Rocha Moya, con alfileres
Con razón, varios de los ahora expriístas que migraron a Morena para obtener más
beneficios, lo hicieron tan a la callada, así como para que no los vieran hasta tener una
posición por demás asegurada en el segundo piso de esta errada y llamada cuarta
transformación.
Y un caso por demás ilustrativo es ni más ni menos que el del exgobernador de Oaxaca,
Alejandro Murat que, como se recordará, acudía a los mítines de la entonces candidata
presidencial de la alianza “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum, tapándose
con la gorra o bien, envuelto en una chamarra curiosamente, color guinda.
Lo que obtuvo Murat Hinojosa le vino muy bien; llegó al Senado de la República y como
premio, el oficialismo le dio la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la
Cámara Alta.
Su actuación durante la controvertida iniciativa llamada de “Supremacía Legislativa”, fue
soberbia, tratando de hacer sonar su voz por el micrófono mientras la oposición, con
sirenas y altavoces, le impidieron que sus ahora flamantes correligionarios escucharan su
discurso, ¡qué pena!
El caso es que el exmandatario oaxaqueño, desde que se redimió en el morenismo, ha
sabido “amarrarse el dedo” y dice ser una de las personas más cercanas a la presidenta
Claudia Sheinbaum. Sin embargo, en su afán de brincar y hacer lo que sea para que la jefa
del Ejecutiva lo voltee a ver, le ha salido, -como se dice-, “el chirrión por el palito pues,
según se sabe, la distancia que hay entre México y España no ha sido obstáculo para que
el senador de “hueso guinda” se vea presuntamente involucrado en un escándalo que por
cierto ya tiene algún tiempo y que entre otras secuelas tiene que el gobierno español de
Pedro Sánchez camine por la cuerda floja.
Hay un personaje cercano al exgobernador oaxaqueño que pareciera ser el eslabón en
este entuerto y se trata de José Luis Abalos, exconsul del gobierno ibérico en Oaxaca.
Pero hay alguien diríase que más arriba y es Víctor de Aldama, que sería el pilar central en
torno al cual giran operaciones de muy dudoso origen.
Ambos españoles, -se dice en México y en España-, además de verse ampliamente
beneficiados por el entonces gobernador oaxaqueño, habrían tenido influencia en la
llegada de Sheinbaum Pardo a Palacio Nacional, valiéndose, desde luego del senador
Murat. ¿Será?
Por otra parte y siguiendo con el partido guinda, así, Morena y aliados sostienen al
cuestionado gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, con alfileres que no tienen
ningún asidero y de un momento a otro se caerán ante lo débil que son y el peso que
cargan.
No obstante, el mandatario estatal intenta aferrarse a lo que sea y en su estrategia estuvo
incluida una visita a los legisladores de Morena en el Congreso de la Unión para que lo
acogieran, pues estar asido a alfileres, cada día se le complica más al gobernador
sinaloense y lo ha colocado en el círculo de la desesperación al quedar al descubierto
quiénes eran sus más acérrimos enemigos políticos y de qué manera terminaron.
En la Cámara de Diputados, donde fue recibido por el coordinador morenista, Ricardo
Monreal, tuvo muy desatinadas declaraciones: “¿Qué tenemos ahora (en Sinaloa)?
Bueno, una situación que todavía no para” y antes repitió una vez más que esta
sangrienta situación en su estado se desató ese nefasto 25 de julio, cuando Ismael “el
Mayo” Zambada fue secuestrado o entregado a Estados Unidos por Joaquín Guzmán
López, lo que desató la guerra entre los “Chapitos” contra la “Mayiza”.
Luego, reunido con senadores morenistas encabezados por Adán Augusto López
Hernández, el gobernador Rocha Moya dijo algo que causó miradas de sorpresa entre
los propios legisladores del partido guinda al asegurarles que en esta crisis que vive
Sinaloa, pueden confiar en él.
Definitivamente, no hay prueba alguna con la que el mandatario sinaloense pueda
respaldar su aseveración, sin embargo, aun así, logró conseguir defensores como por
ejemplo, el del senador por Puebla, Ignacio Mier quien puso a Rubén Rocha como un
hombre que “no traiciona al pueblo ni a nuestro movimiento”.
Los apoyos guindas no le otorgan a Rocha Moya ni la más mínima capacidad para
aminorar aunque sea un poco a la convulsionada Sinaloa, estado del que se aleja cada
vez que puede por no tener respuesta respecto a que su administración no atina a hacer
nada no solo en este sangriento tema.
En Morena además, han entrado en problemas al no tener a quién culpar de la crítica
situación que se vive en Sinaloa de manera inmediata, es decir, les sería muy complicado
señalar a la anterior administración, por eso, el senador Mier retrocedió 24 años,
cuando un exgobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa, era secretario de
Gobernación y aspiró a la presidencia de la República y aún antes, cuando se desempeñó
como mandatario estatal.
Recientemente, Labastida Ochoa acusó públicamente a Rubén Rocha de haber llegado al
poder con el respaldo del narcotráfico y que la crisis en el estado, podría durar varios
años, o sea, el oficialismo no tendría por qué confiar en un gobernador que está
detenido por alfileres y aun así lo defienden.
MUNICIONES
*** Cuando Claudia Sheinbaum era jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se
congratuló, sonrió y aplaudió de que según ella, los granaderos habían desaparecido.
Qué bueno que para la jefa del Ejecutivo así haya sido, pero no. Ayer, en la celebración
del Gran Premio de México en el que, desafortunadamente Sergio “Checo” Pérez quedó
en lugar 17 derrumbando las esperanzas de muchísimos aficionados a los autos de
carreras, hasta la Puerta 6 del Autódromo “Hermanos Rodríguez”, llegaron a
manifestarse trabajadores del Poder Judicial. Y de repente, comenzaron a llegar
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX que a pesar de que
“caminaban como patos, hacían como patos” y hasta plumas tenían, pues resulta que
no, no eran granaderos. El caso es que se dieron a la tarea de encapsular a los
manifestantes. En la manta más grande se podía leer: “nadie se burla de los mexicanos,
solo Morena” y la consigna: “juez votado, político asegurado”. Sin duda, los granaderos
no granaderos coartaron la libertad de expresión que se supone que los manifestantes
deberían tener. Por su parte, la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito del
Poder Judicial de la Federación, (JUFED), anunciaron que recurrirán a instancias
internacionales para denunciar el uso de la fuerza del Estado para impedir la defensa de
sus derechos.