En pleno siglo XXI, millones de mexicanos enfrentan barreras de acceso a servicios de salud básicos; uno de los desafíos que enfrentamos con mayor apremio es la desigualdad en la atención médica. Si bien, se han logrado avances significativos en la expansión de la cobertura de salud en las últimas décadas, aún existen disparidades regionales y socioeconómicas que limitan que todos los mexicanos tengan a la mano lo necesario para ejercer su derecho a la salud a través de un servicio médico de calidad.
En medio de esta realidad y particularmente en nuestro país, se abren ventanas de oportunidad que merecen ser exploradas.
En el contexto del Día Mundial de la Salud, que se conmemora cada 7de abril gracias a la designación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conmemorar su fundación en 1948 y destacar la importancia de la salud global, compartimos algunas reflexiones.
En específico este año, bajo el lema “Mi salud, mi derecho», se busca defender el derecho que tienen todas las personas, dondequiera que estén, a tener acceso a servicios de salud, a educación y a información de calidad, así como a agua potable, aire limpio, buena alimentación, vivienda de calidad, condiciones laborales y ambientales decentes, y a no ser discriminadas.
El acceso a la salud en México
En México, al igual que en muchas partes del mundo, enfrentamos distintos desafíos: enfermedades infecciosas; que al carecer de la atención oportuna se agravan; la saturación de los sistemas de emergencia; un crecimiento de enfermedades crónicas no transmisibles; siendo estás últimas una de las principales causas de muerte y discapacidad; entre otros. Pero el mayor desafío permanece: ¿Cómo logramos que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud para que puedan prevenir y atender estas enfermedades deforma digna y adecuada?
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) en su edición 2022 revelan que, en los tres meses previos a la encuesta, 24.6% de la población informó haber tenido una necesidad de salud aguda; es decir, repentina; y de éstos solo 44% recibió la atención requerida en los servicios públicos.
A su vez, el estudio “Utilización de servicios de salud en México: cascada de atención primaria en 2022”, menciona que el uso de servicios privados es extensivo a toda la población, pero fue más elevado en aquellos sin derecho habiencia. Se encontró que 71% de los motivos por los que las personas no se atienden en el lugar que les corresponde de acuerdo con su derecho habiencia, tiene que ver con el acceso y 21% con la percepción de calidad. Entre los motivos de acceso para elegir el lugar donde se atendieron destacan la afiliación, la cercanía y el costo. En cuanto a la calidad, resaltan la atención rápida y la satisfacción con la atención.
Salud en la era digital
En este mar de retos, la innovación tecnológica y digital se alzan como una alternativa de creciente importancia, desempeñando un papel cada vez más relevante en la transformación de la prestación de servicios médicos y que podría ayudar a cerrar la brecha de información en salud que hoy tenemos; incluso abre la posibilidad de que, en algún punto, facilite que los servicios de salud lleguen a comunidades de difícil acceso.
La digitalización de la salud no solo promete una mayor accesibilidad a la atención médica, sino que también ofrece soluciones innovadoras para abordarlas complejidades de la gestión de la salud pública.
Un ejemplo de ello es la telemedicina, que permite servicios de consulta online; tan solo en 2023, casi 3 millones de personas los solicitaron. También podemos observar el caso de las tecnologías de medición biométrica, las cuales están revolucionando la forma en que monitoreamos nuestra salud y bienestar.
Hoyen día es posible que pacientes con enfermedad renal o enfermedades del corazón tengan un monitoreo remoto, donde a través de la tecnología, sus médicos pueden chequear su estado de salud a la distancia.
Esto no solo permite una mayor autonomía y empoderamiento de los individuos en el cuidado de su salud, sino que también ofrece datos valiosos que pueden ser utilizados por profesionales de la salud para la prevención, la atención y el tratamiento de enfermedades.
En una era digital donde la conectividad es una herramienta, se está transformando la forma en que accedemos a información sobre salud, nos relacionamos con los demás y gestionamos la atención médica que necesitamos.
En enero de 2024, había 107.3 millones de usuarios de internet en México y se contaba con 90.20 millones de usuarios de redes sociales, lo que equivale al 70% porciento de la población total. Hoy más de 125 millones de conexiones móviles celulares estaban activas en México a principios de mismo año, siendo esta cifra equivalente al 97.3% de la población total, esto representa una oportunidad invaluable para llegar a un público amplio y diverso con mensajes de salud y oportunidades de atención.
Es fundamental reconocer que las redes sociales y la tecnología de la información juegan un papel cada vez más relevante en la promoción de la salud en México yen todo el mundo.
Sin embargo, no podemos dejar de lado que la adopción generalizada de estas innovaciones aún enfrenta desafíos, como la brecha digital y la falta de regulación adecuada. ¿Cómo logramos que esta tecnología e innovación llegue alas personas que lo necesitan? El Día Mundial de la Salud nos invita a reflexionar sobre el importante papel que desempeñan las redes sociales y las tecnologías de la información en el ámbito de la salud. Estas herramientas no solo nos brindan acceso a una cantidad sin precedentes de información médica, sino que también facilitan la conexión entre pacientes y profesionales de la salud, y promueven un enfoque más personalizado en la atención médica. Sin embargo, mientras celebramos estos avances, también debemos enfrentar desafíos como la brecha digital y la necesidad de una regulación adecuada para garantizar que todos puedan beneficiarse de estas innovaciones.
Esa través de un trabajo conjunto para superar estos obstáculos, que podremos avanzar hacia un futuro donde la salud sea un verdadero derecho, accesible para todos, independientemente de su ubicación o situación socioeconómica.