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Termina un desastroso, infame, mentiroso 2023, en el que los mexicanos de bien no
olvidaremos las estupideces, incapacidad, ineptitud de las decisiones y acciones de un
gobierno falaz, encabezado por Andrés Manuel López Obrador y la caterva de
colaboradores que sin personalidad, independencia, autonomía, capacidad de decisión,
cultura, obedecen ciegamente a su mesías, lo que ratifica –a 5 años de distancia- la máxima
del tabasqueño “mis colaboradores deben tener 90% de lealtad, y 10 de lo que sea”
Los resultados del (des) gobierno de Andrés Manuel son evidentes: inseguridad, pobreza,
homicidios dolosos, desapariciones, inseguridad generalizada, reprobación de alumnos
mexicanos en la Prueba PISA que organiza la OCDE; desabasto de medicinas,
encarecimiento, por capricho, del precio de las gasolinas. Desempleo galopante, y decenas
de atrocidades más.
Del quinquenio sexenal de Morena y T4a, el año que terminó fue el peor, porque las cifras
reales de su incapacidad superan las que, a lo largo de sus tres intentos por llegar a Palacio
Nacional, criticó: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña. El infumable lustro del macuspano
acumula 157 mil homicidios dolosos y deberán contarse los que acumule en los 10 meses
restantes del sexenio (al 1 de septiembre 2024).
Como se cree indispensable, que sólo él debe resolver, decidir, ordenar, imponer, ha
ignorado a quienes suponemos es su equipo de trabajo, pero no, carecen de autonomía… Es
tanta su arrogancia, vanidad, inconsistencia, que dispuso –como decía líneas arriba- que
para tomar decisiones, proponer programas de gobierno, debe pasar primero por las manos
de Andy y José Ramón López Beltrán, quienes, condicionan su aplicación, a cambio de
entres de los funcionarios públicos. De suyo, Andrés Manuel López Beltrán es el “poder
tras el trono” ante la senectud, incapacidad, inconsistencia del padre.
2023 fue un año sangriento, porque el amorío del señor López con la delincuencia
organizada viene permitiendo que los sicarios, asesinos, gatilleros de las mafias, masacren
inmisericordemente, a enemigos, rivales, inocentes, ancianos, mujeres, niños, con la
complacencia y complicidad del (des) gobierno lopezobradorista: Palacio Nacional, FGR,
GN, Ejército, Marina, GN, policías estatales, municipales; sin olvidar a la ineficiente e
incapaz (por complicidad) Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal, de la
torpe Rosa Icela Rodríguez.
Estas dependencia, directa e indirectamente, permiten, ignoran, solapan a narcos y
delincuencia común cometan (a noviembre de 2023) más de 121 desapariciones (personas
no encontradas) y sumando… debido a que aún restan 10 meses de mal gobierno, la cifras
podrán cerrar el sexenio en 122 mil mexicanos ausentes.
Si estos guarimos no demuestran (la realidad) de una fallida administración morenista,
estaríamos falseando “los otros datos” de Andrés, pero la realidad supera la ilusión de quien
en un momento se auto denominó “el mejor presidente de México”, “enviado de Dios” (así
lo dijo el miserable). Pero ni sus organismos estadísticos INEGI y CONEVAL pueden
defender y justificar la incapacidad de López, porque, lo he dicho a lo largo de la hostia de
ambos organismos: “a sus cifras deben aumentarse entre 50 y 55%), para saber y conocer el
México real, no el ideal de merodeador de Palacio Nacional.
2023, pese a que han transcurrido 5 años del lopezobradorismo, el Peje sigue mintiendo,
acumula ya 107 mil falacias. Este año dispuso, decretó, robó y puso en marcha obras
inconclusas, como su Tren Maya, del que sólo activó el tramo Campeche a Cancún (473
kilómetros), de un total de 1 mil 554, que no terminará en los 10 meses restantes del
sexenio. Mintió porque dijo que concluiría su obra insignia en su administración.
Sucedió como el caso de la Refinería Dos Bocas el 2 de julio de 2022, cuando “inauguró”
(mentirosamente) su otra fanfarronada, que luego de cortar el listón escupió “es un sueño
hecho realidad” (mintió) porque sólo presumió la fachada de oficinas administrativas, pues
a 1 año 6 meses de la pomposa e inconclusa obra, no ha refinado un solo barril de petróleo
(159 litros) de gasolina o diesel.
Y qué decir del otro engaño y robo a propiedad privada, que a través de un decretazo
despojó a un particular, concesionado, el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, cuya posesión contenía oficinas administrativas, línea férrea (Acayucan, Ver.
Salina Cruz, Oax.), locomotoras, vagones, góndolas, plataformas. Vehículos terrestres,
bodegas, patios de operaciones, rutas, empleados, etc. que intempestivamente, en operativo
de efectivos de la Secretaría de Marina, con lujo de violencia, sacaron al personal y se
apropiaron de instalaciones, consumaron el despojo.
La gracia más reciente del incapaz López Obrador (diciembre 2023) fue a través de otroooo
“decretazo”, mediante el cual robó 9 terrenos más de propiedad ancestral de habitantes
originarios mayas, que utilizará para seguir los trabajos del Tren Maya, que nunca
terminará, pero ha jodido a los mayas de sus tierras y desforestar la selva peninsular
(Campeche, Yucatán, Quintana Roo).
Durante 2018, cuando mendigó a través de la campaña presidencial, el voto que le permitió
llegar a Palacio Nacional, tuvo como bandera “primero los pobres”. Dicha frase convenció
a chairos, amlovers, pejezombies, ilusos, crédulos. Cinco años después esa frase en realidad
buscaba lo que es la realidad: “primero los pobres, joderé más”. Tan es así, que este estrato
social acumula a la fecha 53 millones y medio de mexicanos, incluida la clase media, que
antes de 2018 tienen capacidad de elevar su calidad de vida. Pero al inicio de la T4a, el
inmundo López Obrador los degrado a pobreza, cuando nos calificó de “clasemedieros”,
“aspiracionistas”, “traidores”, “insensatos”. El destino estaba echado a la mala.
Para complacer a sus aplaudidores, chairos, botts, comprados, presume lopitos, que los
paupérrimos de su administración sólo son 46 millones 800 mil… ¡¡Infame!! Pervertido.
En 2023… pero por sus resultados desde 2018, Andrés Manuel López Obrador, se ganó a
pulso –reconocido a nivel mundial- el deshonroso 2º peor presidente de México, después
del dictador Porfirio Díaz. Honor que orgullosamente comparte con sus colaboradores,
Morena, T4a, chairos, aliados (PT, PVEM).
Presumía desde la campaña (2018) que no sería igual a los conservadores (según él)
Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña, pero el colectivo popular (el pueblo bueno y sabio),
las estadísticas, sus nefastos resultados y colusión con el crimen organizado, aceptan que en
efecto, López Obrador, se ubica en las cloacas del poder. Falló vergonzosamente como jefe
del ejecutivo, pese a haber obtenido en julio de 2018, 30 millones 104 mil votos legales y
legitimados por las autoridades electorales (INE, TEPJF). No supo honrar su palabra.
Si 2023 fue atroz, los 4 anteriores han sido de traición, ocurrencias, incapacidad y colusión
con los grupos armados, que ya controlan más del 85% del territorio nacional, ante la
mirada y elusión complaciente de las fuerzas armadas (Ejército, Marina, GN, Policía
Federal –la de Rosa Icela Rodríguez), FGR, policías estatales y municipales), pues mientras
la población pone los muertos, el narco la balas y López Obrador las ganancia$.
Cuáles deben ser nuestros deseos para 2024. En lo personal, que el 2 de junio próximo, día
de la elección federal, en donde se renovarán Presidencia de la República, Congreso de la
Unión (senadores y diputados), 9 gubernaturas y congresos, entre ellas la CDMX, su
diputados, 16 alcaldías; presidencias municipales, etc. es decir, en total 20 mil 263 cargos
de elección popular, Morena no obtenga ni el 5% de ellos, porque en sólo 5 años nos ha
demostrado y padecemos la desgracia de un gobierno fascista, totalitario, de un solo
hombre, incapaz, inútil, soberbio, descalificado, sin imagen ni imaginación para gobernar a
más de 130 millones de mexicanos; 30 millones 104 mil confiaron en él y los defraudó,
engañó. Mintió y sobre todo traicionó. ¡¡Ahí están las estadísticas!! Son nuestros datos.
Ya dije mi deseo. Bueno pues, ahora, toca a los mexicanos de bien, dignos, honestos,
demócratas (somos más de 98 millones con derecho a voto), emitir razonada, en conciencia,
seguridad, decisión y capacidad, en los 300 segundos de intimidad en la mampara, frente a
las boletas electorales, con el crayón en la mano aplicar el voto de castigo a un gobierno,
su partido Morena, su candidata, la lagartija pestilente, Claudia Sheinbaum Pardo,
aspirantes oficialistas (Morena, PT y Verde Ecologista), para evitar que estos incapaces
repitan en Palacio Nacional, en las 9 gubernaturas, en San Lázaro y Reforma 135, porque
demostraron a lo largo del sexenio traicionar, robar, mentir. No merecen una segunda
oportunidad.
Un punto importante: evitemos triunfos morenistas, petistas, verdes, que puedan alcanzar
más de 250 curules en la Cámara Baja y 50 escaños en el senado. No permitamos siquiera
que alcance mayoría simple, porque tantas desgracias en el país fueron a causa de ese
mayoriteo adiestrado por López Obrador, que tiene a México catatónico, moribundo,
paralizado, aterrorizado, atemorizado por tantas reformas constitucionales locas que le
aprobaron.
Y resulta que de llegar a Palacio Nacional la lagartija pestilente Sheinbaum, seguirá
exactamente las órdenes de Andrés (poder tras el trono) porque la impuso, no fue electa
candidata de Morena por voto, sino por “dedazo” del peje.
Los mexicanos no queremos más de lo mismo. Seis años de ineficiencias, corrupción,
impunidad, robos, nepotismo, ultrajes oficiales, privilegios personales (Tren Maya, Dos
Bocas, Felipe Ángeles, Corredor Transistmico, poder al ejército, a sus hijos, etc.) sobre las
prioridades de la Nación, no debemos permitirlo.
Voto de castigo es la solución. No más lopezobradorismo, pues ya desgració al país.
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales: algrano.com, entresemana.mx,
matropolihoy.com, pasaporteinformativo.mx, gustavorenteria.com, portalhidalgo.com