Con aparentemente la decisión de política de Estado de no avalar ni aprobar ningún asalto de fuerzas de seguridad de México y EU contra fortificaciones el crimen organizado aquí ni una redada contra jefes del narco, la estrategia más afinada de Palacio Nacional sobre los narco aranceles del 2 de abril mantendrá decomisos y arrestos menores y le apostará como Plan X al doble daño de Estados Unidos contra a sí mismo.
Por un lado, los narcoaranceles hundirán a México en una larga noche de recesión, aumentarán el desempleo, de modo natural constituirán una presión de mayor inseguridad interna, aumentará sin ninguna duda el flujo de mexicanos ilegales tratando de entrar a Estados Unidos; por otro lado, los narcoaranceles obligarán a aumento de precios al consumidor estadounidense, estimularán la inflación allá y escalarán los reclamos sociales contra el Gobierno de Trump.
Este juego de estrategias se parece mucho la famosísima ruleta rusa: un revólver cargado solo con una bala, el barril de tiros dando vueltas hasta que se detiene y accionar el gatillo en la sien esperando el clic o el balazo.
La salida intermedia implicaría costos para las dos naciones: Estados Unidos aplicará de manera selectiva narcoaranceles evitando un el doble daño en la economía y la política mexicana y México seguirá insistiendo en los decomisos y aprobará algunas incursiones menores que no desestabilicen el precario equilibrio crimen organizado-Estado-zonas territoriales ocupadas y tratará de encontrar algunos otros clientes para productos mexicanos de exportación aunque sin beneficios del libre comercio.
No ha sido difícil tomarle la medida al presidente Trump, aunque en Palacio Nacional todavía no alcanzan a descifrar con mayor claridad el funcionamiento del sistema de toma de decisiones del impulsivo habitante del Palacio Oval en Mar-a-Casa Blanca de Washington. Trump tiene todavía un margen amplio de apoyo para sus decisiones imprevistas, pero al final cuenta con cada vez mayor oposición en el sistema judicial ya ha ido paulatinamente perdiendo apoyos al interior del Partido Republicano.
Los cálculos económicos en Palacio Nacional sobre el costo productivo de los aranceles revelan indicios de decrecimiento económico hasta -2% a -4% en caso extremo, pero las principales preocupaciones serían la duración de la recesión, la caída correlativa de ingresos tributarios que ya no podrían ser suficientes para subsidiar el gasto social y productivo y no podrán sostener los requerimientos de apoyo de las obras insignias heredadas como elefantes blancos, ni menos aún tienen clara la capacidad de decisión de Trump para ordenar incursiones unilaterales extraterritoriales y enfrentar un congelamiento profundo en relaciones bilaterales.
Con más costos que beneficios, al final México eludiría la decisión de Estado de romper con las relaciones de entendimiento con el crimen organizado para mantener una muy precaria gobernanza criminal, pero además México estaría enfrentando uno de los efectos internos más graves: amenazas, decisiones e incursiones de Estados Unidos están desarticulando la estructura de equilibrios al interior de los seis carteles ya decretados por Washington como narcoterroristas y el miedo a ser tratados con esos castigos extraordinarios estaría generando luchas internas en las bandas criminales.
Los dos cárteles que causarán más estragos entre ellos, en sus relaciones con el Estado mexicano y por las insidiosas recompensas son el Jalisco y el de Sinaloa, el segundo todavía sin ninguna incursión especial en México Estados y Unidos para perseguir a sus mandos con todo el peso de la ley y con el extraño mando de Nemesio El Mencho Oceguera Cervantes como presunto jefe número. Y el de Sinaloa se centra en el golpe final que quiere dirigir Washington contra los mantos en funciones de los mayitos y los chapitos.
Muchos indicios se están acumulando para crear un tiempo político adecuado con el fin de atrapar con fines de extradición a Iván Archibaldo Guzmán Salazar, el primer hijo del Chapo, y el único que estaría pasando muchos esfuerzos para mantener su precario liderazgo en el Cártel de Sinaloa, además de que pesan sobre él persecuciones por daños directos causados a Estados Unidos. La captura y extradición de Iván podría hacer un regalo similar al de los nueve narcos mexicanos entregados sin cumplir con los requisitos ilegales a Estados Unidos para aplazar más los narcoaranceles el 2 de abril.
Los tiempos políticos de los narcoaranceles pudieran favorecer a México con costos medianos pero administrables, aunque en EU están midiendo el precio que tendría para la credibilidad de Trump no aplicar los narcoaranceles como había amenazado al principio de su gestión.
De hoy martes 25 al martes 2 de abril será la semana más larga en las relaciones México-Estados Unidos
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Política para dummies: la política aún sirven los peores momentos.
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