La estación Constitución, uno de los principales puntos de transporte en Buenos Aires, se ha convertido en el epicentro de tensiones y protestas luego de que el gobierno de Javier Milei anunciara un aumento en las tarifas del transporte en el Área Metropolitana de la capital argentina.
La medida, que elevó el boleto mínimo de autobuses a $270 pesos (25 centavos de dólar ‘blue’ / alrededor de 4.50 pesos mexicanos) y el de tren a $130 (12 centavos de dólar ‘blue’ / alrededor de 2 pesos mexicanos), ha generado reacciones mixtas en los usuarios.
Con el objetivo de evitar que los usuarios viajen sin pagar, la terminal amaneció con un aumento significativo en el personal de seguridad controlando los torniquetes. La medida busca frenar el fenómeno del «salto del molinete», que se hizo tendencia en diversas estaciones de trenes, donde cientos de personas buscaban evitar apoyar la tarjeta SUBE —la tarjeta de transporte— en los torniquetes.
La subida de tarifas, que estará vigente hasta el 31 de marzo, afectará a aquellos pasajeros que no hayan realizado la nominalización de su tarjeta SUBE en el sistema. A partir del 1 de abril, los boletos para quienes no hayan registrado su tarjeta se elevarán a $429.30 (0.40 dólares ‘blue’ / cerca de 7 pesos mexicanos) para colectivos y $260 (cerca de 25 centravos de dólar) para trenes.
En respuesta al aumento y en defensa de un boleto estudiantil, organizaciones de izquierda y asambleas estudiantiles y barriales, ha convocado a un «molinetazo», para este viernes a las 17:30 horas antes de que el presidente Javier Milei realice un discurso en el Congreso. La medida de fuerza busca protestar en estaciones ferroviarias y de subte, y posteriormente marchar al Congreso de la Nación.