En la esfera de la hospitalidad los hoteles son concebidos como espacios de calidez, confort, diversión y deleite. Con el paso del tiempo, estos sitios se han convertido en más que un lugar al que sólo llegar cuando se está de viaje. Las necesidades de los huéspedes cada vez exigen más y de ahí surge la importancia de que los restaurantes dentro de los hoteles no sólo sean buenos, sino en verdad excepcionales.
Una comida bien servida puede encontrarse en cualquier sitio, pero una comida que realmente deleite al cuerpo mientras se exploran nuevos destinos es, sin duda, algo que todos los viajeros buscan. Es por ello que hoy queremos presentarte algunas de esas opciones que más allá de ofrecer una alternativa conveniente, complementan la experiencia de hospedaje con una oferta gastronómica más que deliciosa.
Tarumba, en Sombra del Agua
Sombra del Agua es el hotel que ha acompañado por más de un siglo a San Cristóbal de las Casas. La cultura y tradición son marca indeleble en la esencia tanto de este sitio como de su restaurante: Tarumba. Ambos deben su nombre a la inspiración dada por Jaime Sabines, el poeta chiapaneco por excelencia. Aquí el chef Jorge Gordillo y su equipo hilan conocimientos ancestrales para servir platillos que expresan orgullo por su gente, sus raíces, sus lenguas y su legado.
Su concepto es el de una cocina de pueblo, honesta y que regresa a los orígenes. El chef rescata las recetas y el legado de este pueblo mágico y lo adereza para contar historias a través de sus platillos, como la barbacoa —una receta heredada de su madre—, o la cecina, cuya preparación es toda una ceremonia: se marida durante toda una noche con limón, jugo de naranja, sal y pimienta luego se asolea y finalmente se pone al fuego.
Kun Reforma, en el Hotel Carlota
En el corazón de la colonia Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, el Hotel Carlota se presenta como un refugio urbano en el que convergen arte, cultura, creatividad, innovación y gastronomía. Kun Reforma ofrece una propuesta fresca y relajada creada por el chef Fernando Martínez Zavala.
Su menú, variado y dinámico, puede disfrutarse en los amplios salones, en la terraza ataviada con follaje verde o al lado de una de las mejores albercas de la ciudad. Todos los platillos son dignos de satisfacer el antojo de los comensales pero, sin duda, uno de los platos estrella son sus sándwiches, que van desde la trucha salmonada con huevo frito hasta las carnes frías, prosciutto y huevo estrellado, cada bocado es una explosión de sabores cuidadosamente elaborados.
Casa Ofelia, en Hotel Herencia
Ubicado en el corazón de Morelia, dentro del Hotel Herencia, Casa Ofelia es un puente entre el pasado y el presente gastronómico de la ciudad. Este restaurante lleva en su nombre la esencia de su cocina, que es hogareña y por lo tanto captura la esencia de las casas morelianas. La experiencia culinaria no es pretenciosa, pero sí tiene un secreto: se utilizan siempre ingredientes de primera calidad, muchos de ellos son locales, como las truchas, que provienen de la reserva de la biosfera en Zitácuaro.
Aquí se puede disfrutar de un buen salpicón de venado, una trucha frita, unas albóndigas que recuerdan al hogar; todo se prepara con esmero por el equipo de cocineros. La mente detrás de esta propuesta es la del chef Fernando Martínez Zavala, conocido por su liderazgo en el exitoso restaurante Migrante.