Cuando al presidente Andrés Manuel López Obrador le dio un infarto en el año 2013, quien quiso “entrarle al quite”, asumir la estafeta o el “bastón de mando”, -según se quiera leer-, fue ni más ni menos que Andrés Manuel López Beltrán, hijo del tabasqueño, pero de plano le quedó grande tal responsabilidad y 11 años después, siguen ambos, padre e hijo, en el escenario político nacional en posiciones que les permiten gozar de privilegios que no soñaron nunca.
Por aquellos ayeres, a quien llaman también “Andy”, quiso dirigir las movilizaciones que Morena traía en contra de la reforma energética y sus huestes, cercaron, -como se recordará-, el Senado de la República. Poco más de una década después, el flamante presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña, ha cercado la sede senatorial no con alambre de púas, sino con alambre de navajas ante las protestas de trabajadores del Poder Judicial por lo que parece inminente que ocurrirá mañana, rodeada por granaderos, sí, esos que en los tiempos en que Claudia Sheinbaum era jefa de gobierno de la Ciudad de México, aseguraba que habían desaparecido.
Así los de Morena en un país en el que se supone que no hay represión ni corrupción, ¡qué tal que hubiera!
Total que López Beltrán, consumado empresario, junto con sus hermanos en la industria del chocolate, recorría acompañado ni más ni menos que por el actual jefe de gobierno capitalino, Martí Batres, los plantones que instauraron los de Morena en el Senado y se decía que al junior del presidente, no le caía nada bien Batres Guadarrama, ¿cómo estará ahora esa relación?
A toda vista es evidente la influencia del hijo del tabasqueño en la política; no podía ser de otra forma si se considera que López Obrador finalmente llegó a la presidencia de la República. Todavía son recordados los escándalos de los hermanitos López Beltrán: el de la casa gris; el del Tren Maya y su mejor amigo; el de los sobres amarillos involucrado hasta el tío Pío López y más recientemente el de Chocolates Rocío que siempre ha sido vista, -no está de más señalar-, como una empresa fantasma, que vende dicho producto quién sabe dónde y a quienes.
Frente a los señalados escándalos familiares, el de Tepetitán ha justificado todas las ocasiones como una guerra para manchar a su sacrosanta familia, pero lo cierto es que Andy, ha tenido una gran influencia tanto en la gestión de su padre como en lo que será el segundo piso de esta errada y llamada cuarta transformación, pues ha logrado imponer a sus cercanos en el gabinete de Sheinbaum Pardo sin que la primera presidenta de México diga “esta boca es mía”, nada más faltara que se atreviera a chistar.
Once años después, el primogénito del tabasqueño le tira al partido que fundó su padre y desde luego, con la bendición del inquilino de Palacio Nacional, se perfila para ser el secretario de Organización del partido
El anterior es sin duda, un puesto tan estratégico como clave pues se dedicará a controlarlas estructuras morenistas que evidentemente ya desde ahorita están a su servicio. Tendrá López Beltrán en sus manos el padrón de electores; la creación de comités de base y definición de candidaturas. Quien dice que no se la creé Andy y quiere ser candidato presidencial de Morena en el 20230, porque también cuenta con la bendición de Sheinbaum.
No solo a lo interno de Morena, se comenta con algo de preocupación, por cierto, que la llegada de López Beltrán al partido guinda, bien puede ser una señal de que el presidente López Obrador tendrá un nicho muy importante que le permitirá seguir gobernando vía el oficialismo.
Luego del lacrimógeno discurso que se aventó la flamante secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde el pasado 1 de septiembre en el salón de plenos del Palacio Legislativo de San Lázaro, volviendo una sesión de la Cámara de Diputados en un mitin morenista, sabía que tiene en la bolsa el liderazgo del partido que formó el presidente llevando, muy probablemente en la secretaría general a Carlos Ulloa, uno de los colaboradores más cercanos de Sheinbaum. No obstante, el empresario chocolatero estará ahí vigilante y a sus decisiones tendrán que someterse desde luego, la titular de la Segob y hasta los cercanos a la presidenta electa porque el que decide, estará en su finca.
MUNICIONES
*** Mucho se coincide en el mundo político que la reforma al Poder Judicial propuesta por López Obrador, -su regalote de fin de sexenio-, es producto del odio y la víscera que trae en contra de este Poder, así como en contra de quien preside la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ministra Norma Piña Hernández. Pues bien, dicho odio se lo apropian los cercanos y cercanas al presidente. Tal es el caso de la ministra “pirata” de la Corte, Yazmín Esquivel, quien se lanzó duro en contra de la ministra presidenta de la SCJN. Como es bien sabido, la señora Esquivel de Rioboó siempre ha anhelado llegar al puesto que ahora ostenta la ministra Piña Hernández, solo que al presidente le falló la jugada cuando salió a la luz el tema de que había plagiado sus tesis. Entonces el odio se acrecentó y de nueva cuenta, Esquivel Mossa critica a la ministra Piña acusándola de ser imparcial porque apoya el paro de los trabajadores del Poder Judicial: “Es inadmisible que quien representa al Poder Judicial -que es el árbitro de las controversias entre los otros poderes y órdenes de gobierno- en lugar de establecer el diálogo institucional, llame a la ‘resistencia’ en contra del Poder Legislativo». Puede que la presidenta de la SCJN haya presentado muy tarde su propuesta de reforma al Poder Judicial, pero la posición asumida por las cercanas a López Obrador, la propia Yazmín Esquivel, Lenia Batres y Loretta Ortíz, es verdaderamente deplorable; todavía no se aprueba la controvertida reforma y ya se andan promocionando y la señora Esquivel de Rioboó va por la presidencia de la Suprema Corte y que no le vuelvan a “tocar el vals” de que es ministra “pirata”.
*** A propósito, no dejan de verse preocupados y podría decirse que hasta algo angustiados el flamante coordinador de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López y la presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales, Ernestina Godoy. Luego de que las cuentas nada más no le salen al tabasqueño ni con ábaco y solo anda pensando en jirafas, ahora la “chicana” que pretende esta mancuerna morenista es que hoy se lleven a cabo dos sesiones; una para primera lectura del controvertido dictamen y la otra para discutir y en su caso, aprobarla. De cualquier manera, la oposición se dice lista y la pregunta de si Morena y rémoras conseguirán el voto que les hace falta sigue rondando en la Cámara Alta.