Había una vez un país en el que solo los gobernantes creían que era la nación más
democrática sobre la tierra y suponían que solamente con decirlo tantas veces como fuera
posible, el decreto se cumplía. Sin embargo, por más que se empeñaban estos
gobernantes que por cierto pertenecían al partido Morena, menos podían ocultar su
desesperación, su angustia porque la aberración que es la elección judicial, avizoraba con
meterles tremendo revés, dada la nula participación y entonces, tuvieron que echar mano
el acarreo y el pago para que la gente acudiera a las urnas.
Un fin de semana antes de que este pseudo ejercicio electoral se lleve a cabo, ya no hallan
qué hacer los morenistas para invitar a la ciudadanía a que vote el primer domingo de
junio. Por lo menos por las calles de la Ciudad de México, la propaganda no podía ser más
evidente; como si los del partido guinda estuvieran vendiendo algún producto maravilloso
que se ponía al alcance de los ciudadanos.
Tal parece que el poder de la convocatoria ni más ni menos que de la presidenta Claudia
Sheinbaum una vez más demuestra que no funciona.
El más reciente exhorto vino desde Jalisco, a donde estuvo de gira la jefa del Ejecutivo, no
obstante, pese a echarse frases y convocatorias realmente “domingueras”, como aquella
de que “el pueblo es muy inteligente y sabe por quién va a votar” nada más no logra
convencer.
Y aquí habría que precisar que la ciudadanía que acuda a votar el próximo domingo, no es
precisamente la más inteligente porque estarán en su respectiva casilla básicamente por
dos razones: una, como ya se anotó en líneas anteriores, van por un pago y la número dos,
están “hechos bola” con esa votación, de ahí que el partido Morena haya distribuido las
famosas “acordeones” en las cuales, los que vayan a votar solo se tiene que aprender una
serie de números y fijarse en los colores y ya está.
Otra duda que surge es: ¿cómo está eso de que las boletas que sobren no las van a
destruir? Por lo visto se trata de una operación que tendría que ver con las urnas
embarazadas, basándose en que la participación va a ser casi, casi nula.
MC Y SHEINBAUM
Retomando la visita que hiciera Sheinbaum Pardo a Jalisco, donde fue recibida por el
gobernador de MC, Pablo Lemus, llama la atención en más de un sentido. Acaso fue para
“amarrar” al partido naranja como su nuevo aliado, dado los múltiples problemas que
sigue teniendo el partido Morena con el PT, lo que ha llevado a ambos institutos políticos
al borde de la ruptura y en muy malos términos por cierto. Baste con recordar que hace
no muchos días, el coordinador del PT en la Cámara de Diputados, Reginaldo Sandoval, no
tuvo empacho alguno en declarar que los integrantes del partido guinda se han llenado de
se soberbia.
¿A poco hasta hoy se dio cuenta el diputado Sandoval? Antes de esto último estuvo la fea
manera en que los petistas abuchearon y corrieron al presidente de la Mesa Directiva del
Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien de plano le jugó las contras a
su expartido, el PT.
Sin embargo y según se sabe, la reunión entre Sheinbaum y Lemos, no estuvo tan cordial
como ambos lo hubieran querido. Todavía está reciente la tragedia bañada de rojo del
rancho Teuchitlán, así como las referencias que de diversos lados vienen sobre que el
Cartel Jalisco Nueva Generación, (CJNG) ha ido cobrando fuerza para colocarse al frente
de otras organizaciones delincuenciales.
Retomando la absurda elección del 1 de junio, una vez más la presidenta repitió que ella
misma, renunció a poner a los Ministros de la Corte ahora,” ¿quién va a poner a los
ministros de la Corte?, ¡el pueblo de México!”.
Nada más errado que lo anterior. Bien enterada está la jefa del Ejecutivo que quien puso a
los ministros de la Corte, fue ni más ni menos que su antecesor y maestro Andrés Manuel
López Obrador. Aquí de lo que se trata y parece que no lo puede hacer del todo bien
Sheinbaum, es cumplir el capricho del delirante expresidente.
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