Un Simulacro de Retiro de la Política
Será Jefe del Movimiento Social Nacional
Un Guardián de la Cuarta Transformación
El Poder lo Seguirá Ejerciendo Donde Esté
JORGE HERRERA VALENZUELA
Se cumplirá con el mandato constitucional. A las cero horas del
martes 1 de octubre la Presidencia de la República quedará acéfala
por unas horas.
En este Bicentenario de la República, México recibirá a la Primera
Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, que al mismo tiempo
será la primera ocasión en que militares y marinos tengan un
mando civil y femenino.
Un capítulo muy importante, un suceso significativo, un mandato
otorgado por más de 36 millones de mujeres y hombres, en las
urnas el pasado domingo 2 de junio.
Claudia Sheinbaum Pardo, doctora en Ciencias, académica, política
y defeña de nacimiento hace 62 años, se cruzará la banda
presidencial, jurará respetar y hacer respetar la Constitución
Política y las Leyes que de ella emanen.
Los mexicanos, término que incluye a las mujeres, tenemos
optimismo por el cambio de administración federal. Deseamos que
la Primera Presidenta actúe con inteligencia, prudencia, tolerancia y
espíritu conciliador. Nada fácil. El reto es de alto grado.
El equipo de colaboradores debe de coordinarse desde el primer
día. Ellas y ellos tienen una responsabilidad paralela a quien
despachará en el principal despacho del País, ubicado en el primer
piso, ala sur, de Palacio Nacional.
Por ese espacio desfilaron 66 presidentes, 33 militares y 33 civiles.
No todos, pero muchos usaron el elevador presidencial que
comunica a una pequeña sala, después un amplio salón y al final
despacho presidencial.
MEDITÓ SU FUTURO Y…
El tabasqueño, que vivirá hasta el último día de su mandato en el
“modesto departamento”, en Palacio Nación, tiene planes muy
concretos para su futuro, lo ha construido desde hace tiempo.
Nadie duda que es un hombre audaz, inteligente, mordaz,
calculador y con dos características muy especiales de su
personalidad: jamás se da por vencido, nunca acepta equivocarse o
cometer errores. No sabe lo que es la lealtad y menos en política,
donde él se mueve como peligroso tiburón.
Será el primer presidente que no cumpla seis años como tal, por la
modificación constitucional que se hizo para restarle dos meses,
aplicable solo esta vez.
Su estilo de gobernar es hablar, hablar y hablar. Por eso implantó
su programa de televisión, mañanero, en el set del salón que
antiguamente ocupó la Tesorería de la Federación. Los fines de
semana los ocupó en visitar las entidades donde gobierna gente de
su partido e hizo campaña electoral, violando la legislación.
Es y será su tribuna hasta el 30 de septiembre, un lunes, sí así lo
decide. Frente a la cámara de televisión y con micrófono a su
disposición desde el primer día se lanzó contra los medios de
información, la emprendió contra los gobiernos anteriores. Culpó
de todo lo malo a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. No tocó a
Enrique Peña Nieto ni a su banda de corruptos.
Como dicen en mi pueblo, “no dejó títere con cabeza”. Destruyó
todo lo que encontró a su paso. En aras de su política “de “la
austeridad franciscana cambió a la austeridad republicana”,
suprimió organismos autónomos, anuló fideicomisos y en
septiembre espera acabar con la autonomía del Poder Judicial
Federal.
En relación a la violencia y la criminalidad perduraron las órdenes
de “abrazos, no balazos” y “los delincuentes también humanos”.
Los investigadores, los estudiantes de posgrado en el extranjero, los
científicos, se quedaron sin los tradicionales apoyos económicos.
Acusó que había corrupción. Jamás presentó una denuncia formal
ante la Fiscalía General de la República. Carecía de pruebas para
fundamentar su dicho.
Protegió la corrupción que se propició en la Comisión Nacional de
Cultura Física y Deporte, CONADE. El presunto responsable de un
peculado por 155 millones de pesos está superprotegido por Ana
Gabriela Guevara Espinoza. Las quejas de los deportistas jamás
tuvieron una contestación oficial.
La historia lo registra como el primer Presidente de México que
“destapó” a su sucesora, con tres años de antelación. Impulsó la
candidatura que supuestamente fue la de oposición. Manejó, sin
discreción, todo el proceso electoral y contó con el silencio de los
presidentes del PRI, PAN y PRD.
Deja una refinería que no produce ni un litro de petróleo, un Tren
Maya sin terminar de ser construido y un aeropuerto que no
resolvió la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México. Miles de millones de gastos, no de inversión.
EN PERMANENTE CAMPAÑA
Hasta el último día de su existencia, el tabasqueño estará en
campaña. La empezó aquel día en que el gobernador Enrique
González Pedrero lo llamó a la Quinta Grijalva, residencia oficial en
Villahermosa, para ofrecerle la Oficialía Mayor de gobierno a
cambio de la presidencia estatal del PRI.
El nacido en el poblado de Tepetitlán, el 13 de noviembre de 1953,
de abuelos españoles, no aceptó la propuesta de Gonzáles Pedrero.
Se presentó en la asamblea PRIista que había inaugurado y al
regresar de su entrevista con el gobernador, ya estaba electo el
sustituto.
Se volvió opositor político. No descansó en su tarea de movilizar a
los chontales y en 1993 encabezó el bloqueó de 18 pozos
petroleros para exigir a PEMEX indemnización para 40 mil
campesinos y pescadores. Daños a los sembradíos y contaminación
de ríos y lagos por las exploraciones y perforaciones para
producción de petroquímica, fundamentaron la acción.
En dos ocasiones como militante del PRD buscó la gubernatura de
su natal Tabasco, pero no triunfó. Una elección se la ganó el
desprestigiado Roberto Madrazo Pintado. De hecho, el hoy
presidente empezó a ser conocido, de nombre, porque tras las dos
derrotas juntó gente, barrenderos entre otros, y se plantó en el
Zócalo. Exigía revisión de la votación, porque, dijo, había fraude.
En esos días lo atendió el secretario general del Departamento del
Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Las pláticas entre ambos
permitieron soluciones en los dos movimientos. Los tabasqueños
retornaron a Villahermosa. Circuló la versión, en Radio Pasillo, de la
entrega de sumas millonarias, con el consenso del jefe del DDF y el
visto bueno del que despachaba en Los Pinos.
Se conectó con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y con Porfirio
Muñoz Ledo. Lo ayudaron hasta hacerlo presidente nacional del
PRD y después postulado para Jefe de Gobierno del Distrito
Federal. Sintió tener el poder necesario, abandonó al Partido
Azteca y se acabó la lealtad, si es que la hubo, hacia sus
promotores.
Encarrerado y con una privilegiada mente para mantenerse vigente,
se acercó a quienes podían ser los emisarios para conseguir dinero,
a efecto de iniciar su gira de campaña, visitando hasta las más
recónditas poblaciones. Despertando el interés de quienes le
escuchaban. Dejó a Alejandro Encinas como jefe interino y se
proyectó como candidato presidencial en 2006, sin mayor éxito.
Baste recordar que durante meses puso un plantón en céntricas
avenidas y en la Plaza de la Constitución. La pregunta obligada era
¿Quién paga todo?
Un amplio reportaje periodístico convertido en el libro “El Rey del
Cash”, de la autoría de Elena Chávez y colaboración de Anabel
Hernández, revela la procedencia del dinero y la forma en que se
obtenía. Ninguno de los aludidos desmintió lo publicado.
Volvió en 2012 a estar en las boletas electorales y nueva derrota.
Ahora le ganó un PRIista. Se declaró Presidente Electo. Hubo acto
de toma de posesión en un templete instalado en el Zócalo. Se puso
la banda tricolor y nombró a su gabinete.
Está por concluir los 5 años y 10 meses de Presidente de la
Republica. Reiteradamente insiste en que se retira de la política,
dice que no va a actuar más. Se va solo a Palenque para escribir su
libro número 21. Viajará a la Ciudad de México para saludar a su
esposa y madre del hijo menor que procreó con, Beatriz Gutiérrez
Müller.
NO CONOCE QUE ES DESCANSAR
Por disposición constitucional el hombre saldrá de Palacio Nacional
y volverá a su vida como ciudadano común y corriente.
Disfrutó el poder a su libre albedrío, a su antojo, casi seis años. Hizo
y deshizo. Como la canción de José Alfredo, el tabasqueño validó la
estrofilla “y mi palabra es la ley”. Sembró más que respeto para su
investidura, miedo, temor y silencio. Sus amigos temporales y
convenencieros, pronto tocarán otras puertas.
Como hombre pensante, hábil para el juego del ajedrez político,
desde tiempo atrás se fijó una nueva meta. Seguir en las primeras
planas de los diarios, en los comentarios de radio y televisión, en las
tertulias familiares, en las mesas del café.
¿Cómo suplir la mañanera? ¿De qué manera atraer la atención?
La mirada estará dirigida hacia quien le sucederá en el poder
presidencial. Obvio, será visitado en su domicilio, en su oficina si
pone alguna, como lo hizo el expresidente Luis Echeverría Álvarez.
Allá por el 2011 armó el engranaje para retomar el liderazgo que
tuvo en el PRD. Anduvo entre los “partidos chiquitos”, mantuvo su
campaña en la provincia y anunció la integración del Movimiento
de Regeneración Nacional.
Para tener mayor formalidad, el tabasqueño, lo registró como
Asociación Civil. No se detuvo, encaminó sus pasos hacia el
Instituto Nacional Electoral, consiguiendo en 2014 el registro como
partido político con el nombre de Morena y el lema “la esperanza
de México”
Su audacia apareció una vez más.
Con las dos primeras letras de esas tres palabras formó el acrónimo
Morena. Mexicanas y mexicanos esa palabra la asociamos con la
Virgen de Guadalupe. Golpe seco que “el pueblo sabio y bueno”
asimiló con gusto.
Fundador y auténtico líder de un partido político, le dio su baño de
democracia al integrar el comité ejecutivo nacional. Martí Batres
Guadarrama fue el primer presidente y duró tres años, a partir de
2012. Los dos siguientes años el propio tabasqueño tomó la
presidencia.
Yeidckol Polevnsky presidenta de Morena, además de fungir como
secretaria general con su jefe y con Alfonso Ramírez Cuéllar.
El 5 de noviembre de 2020, el colimense Mario Delgado Carrillo y
Minerva Citlalli Hernández Mora, quedaron para la etapa histórica
de las elecciones del 2 de junio. La secretaria general es
actualmente senadora y Mario sigue como presidente y está
nombrado Secretario de Educación Pública en el próximo sexenio.
Lugar aparte tiene la contadora pública chihuahuense Bertha Elena
Luján Uranga. Fundadora de Morena y cien por ciento de corazón
política de camiseta guinda. Primera secretaria general del partido
e influyente dirigente. Está casada con el abogado litigante Arturo
Alcalde Justiniani.
Ese matrimonio tiene dos hijas, las abogadas Luisa María y Bertha
María. La primera fue secretaria del Trabajo y ahora es de
Gobernación, con planes para dirigir Morena. La segunda, es la
directora general del ISSSTE, desde febrero de este año.
JEFE DE UN MOVIMIENTO
Bien, la historia no terminará el 30 de septiembre próximo.
“Me voy a vivir a Palenque”. A esa frase añade que se alejará de la
política. Si lo llama la doctora Sheinbaum, regresaría.
No será la sombra de la Primera Presidenta. Negó que vaya a
gobernar tras bambalinas. Desmintió versiones surgidas en EUA.
Un hombre hiperactivo, deseoso de poder, de ser el centro de las
noticias y de las conversaciones, no puede romper, de la noche a la
mañana, su rutina.
Desde hace más de cuarenta años por sus venas corre sangre de
inquieto, combativo y agresivo político.
No se quedará sentado leyendo los diarios, un libro o viendo
programas de televisión. Apasionado del béisbol, tal vez vaya al
campo y jugar un partido.
En noviembre cumplirá 71 años. Para entonces lo veremos como
Jefe de un Movimiento Social Nacional, como refuerzo de Morena.
¿Para qué? ¿Por qué no descansa?
Solo hay un motivo principal y determinante, quiere, desea y añora
ser testigo de la consumación de la 4T. Hará política, pero no de
partido sino de un servicio social para el pueblo.
Su nueva meta: Guardián del Segundo Piso de la Cuarta
Transformación.
[email protected]