Como casi, casi lo prometió el oficialismo, dieron fast-track a la Ley de Amparo que
propuso el Ejecutivo y con ello, el acostumbrado madruguete conforme a las precisas
instrucciones provenientes de Palacio Nacional aprobaron dicha Ley que fortalece ni más
ni menos que a lo que podríamos llamar el Estado morenista, acompañado de sus rémoras
y eso, desafortunadamente, ya estaba cantado, es decir, que por enésima ocasión, el
partido guinda y sus rémoras utilizarían su mayoría aplastante en detrimento de la
sociedad mexicana.
Rapidito, el oficialismo se saltó todos los trámites y un día después de fugaces
conversatorios en los que para variar, el oficialismo hizo “oídos sordos”, como en otros
ejercicios similares, las “habas se les quemaban” para dar agilidad a esta discusión, votar y
cerrar el tema.
Quizás por eso, estaba tan, pero tan tranquilo ni más ni menos que el coordinador de la
fracción parlamentaria de Morena en la Cámara Alta, Adán Augusto López que para darse
un respiro, se entretuvo viendo por su lap top el partido de futbol de la Champions League
entre Barcelona y el equipo de PSG mientras el secretario de Hacienda, Edgar Amador
Zamora.
Muy, pero muy al contrario de los dijeron una y otra vez los legisladores de Morena y sus
rémoras, esta nueva controvertida Ley de Amparo, no se le devuelve a éste su sentido
más profundo como lo intentó defender la morenista Ana Lilia Rivera Rivera; menos aún
otorga certeza jurídica ni acerca la justicia al pueblo.
Esta nueva controvertida Ley que por cierto, forma parte del Plan “C” que por consigna le
heredó Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum, tampoco hace que
prevalezca el interés general, ni responde a la exigencia ciudadana de que “justicia tardía
es justicia denegada”, menos es un instrumento de justicia social ni se rompen lo que el
senador morenista, Ricardo Shieffield llamó las “inercias perversas”. Menos aún se
convierte en herramienta efectiva para el acceso a la justica de todos los mexicanos.
En su oportunidad, el panista Raymundo Bolaños Azocar, dijo desde la tribuna legislativa
algo que es totalmente cierto, que el amparo está hecho para proteger los derechos de la
población, “una reforma cínicamente contraria al interés de la ciudadanía y favorable a un
poder que aspira a la omnipotencia a costa de cualquier contrapeso democrático”.
La iniciativa de la presidenta Sheinbaum que se destaca por ejercer en una de sus partes,
una verdadera tiranía fiscal, sin duda, favorece al Estado sobre los derechos humanos y
ojo, se otorga un poder enorme al poder para revocar permisos y concesiones. Esto le
sirve “como anillo al dedo”, como diría un clásico, a Morena para iniciar una nueva
“cacería de brujas”.
EL CANDIDATO EMPRESARIO
Un punto muy importante que destacó el senador Bolaños es que a esta errada y llamada
cuarta transformación le urge cobrarles a empresarios contrarios al régimen y los
ciudadanos van a sufrir las consecuencias.
Digno es de destacar en esta parte que de acuerdo a una reciente encuesta de Polis.mx
dada a conocer apenas el pasado 29 de septiembre, a la pregunta: “¿A usted le gustaría
que algún empresario se postulara para la presidencia de México en el 2030?”, el 62.3 por
ciento respondió afirmativamente contra un 37.7 por ciento que lo hizo en sentido
contrario.
El 45.3 por ciento se pronunció a favor de quien es el empresario más influente en
México, Ricardo Salinas Pliego, dejando en un muy lejano segundo lugar a Arturo Elías
Ayub.
De lo anterior entonces, bien puede desprenderse que una parte importante de esta
iniciativa tiene específica dedicatoria al dueño de Grupo Salinas, que no dejará de ser
incómodo a Palacio Nacional, además, por sus críticas y atraer a un sector de la población
perteneciente a la clase media, a los aspiracionistas como los llamaba despectivamente
López Obrador.
Con esta señalada y cuestionada Ley de Amparo, en resumidas cuentas, una persona
políticamente incómoda para el régimen, para esta errada y llamada cuarta
transformación, ahora en su segundo piso, no tenga la posibilidad de ampararse, amén de
que se impone una máxima muy señalada ayer por la oposición en el respectivo debate:
primero pagas y luego litigas.
Y si se combina esta regresiva ley con el flamante y nuevo sistema de justicia, ello deriva
en una verdadera bomba molotov.
Sin duda y como producto de una decisión apresurada e inconstitucional, esta errada y
llamada cuarta transformación, en ambos pisos, ya destruyeron el Poder Judicial y hoy,
con esta nueva ley de Amparo, se avocan a destruir los derechos de los contribuyentes,
mientras a la par, el dictamen que se discutió favorece la concentración de poder y reduce
los contrapesos ciudadanos. No hay más.
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