“Con gusto los voy a enfrentar en un proceso en la Cámara de Diputados, no tengan duda.
Porque nuestro país es mucho más grande que todo Morena. Para todo México y para el
mundo, es clara la complicidad de un senador de Morena señalado por proteger y tener
vínculos con el crimen organizado”. Esto lo sentenció el senador Alejandro Moreno
Cárdenas, hacia la parte final de una muy candente sesión de la Comisión Permanente en
la que al fin Morena y sus rémoras aceptaron discutir el tema Adán Augusto López
Hernández, pero hicieron todo lo posible porque no se siguiera señalando y criticando al
coordinador guinda y para ello, llevaban en la bolsa varias “monedas”.
Una de esas cartas era precisamente la solicitud de desafuero en contra del también
dirigente del PRI, que respondió y duro, a las amenazas que les lanzaron el diputado
Alfonso Ramírez Cuéllar, que en su momento dijo que si estuviera en posibilidades,
votaría en contra del desafuero de Alito Moreno, mientras que el flamante presidente de
la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, que lanzó
señalamientos en contra de la oposición y trató de impedir la participación del dirigente
del tricolor a quien hasta a la cárcel mandó pero, ¿con qué autoridad moral?
Buscando quizás que quien realmente manda en el país, le dé una buena posición luego
de que deje la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Fernández
Noroña de plano exigió a la oposición: “cuando hablen de Andrés Manuel López Obrador,
tengan tantita vergüenza… les dio lecciones de política y moral”, (¿cuándo?). Moreno
Cárdenas le reviró que cuando el morenista se refiera al PRI, se lave la boca.
En la intentona por descalificar a la oposición llamándolos racistas y clasistas, Fernández
Noroña fracasó y al contrario, siempre, a querer o no, exhibió que le duelen dos cosas. La
primera, que ya mero se va, no en balde dijo hacia el inicio de la sesión que a partir del
primero de septiembre, su presidencia en la Cámara Alta, “se me hace calabaza”, y la otra,
que Alito Moreno le haya dicho sus verdades ante lo cual, el morenista solo alcanzó a
decir, “como dijo aquel gran político Hugo Chávez Frías: ‘águila no caza moscas’” y el
diputado priísta Humberto Ambriz le replicó y recordó que las águilas son aves
carroñeras.
LOS MUCHOS TRAPITOS DE MORENA
Casi en el final de la hirviente sesión estuvo en la tribuna el coordinador de los senadores
del Revolucionario Institucional, Manuel Añorve pidiéndole al oficialismo que ojalá y
exigieran cárcel para, entre otros, Ignacio Ovalle por el caso Segalmex; para el flamante
secretario de Educación Pública, Mario Martín Delgado, por presunto huachicol; al
mismísimo Andy López Beltrán, que nada más no justifica de dónde salen los recursos
para la vida de lujo que se da y en más, Añorve Baños le lanzó al diputado Leonel Godoy el
hecho de que en el 2010, el medio hermano de éste, Julio César Godoy Toscano, tuviera
que ingresar a la Cámara de Diputados en la cajuela de un vehículo para poder rendir
protesta y que la ley no lo tocara pese a tener vínculos con la Familia Michoacana.
Entonces, vino un silencio por parte de los legisladores del oficialismo que evidentemente
ya no pueden con tantos “trapitos al sol”; con tantas verdades lanzadas a la cara. En esa
sesión, quedó al descubierto como lo señaló Alito Moreno que el partido guinda quiere
construir una dictadura sin reparar en que “no pueden romper los derechos y las
libertades del pueblo de México”.
TIBIA DEFENSA DE ADÁN AUGUSTO
La senadora panista Lilly Téllez presentó un Punto de Acuerdo en el que planteó “que
saquen con esposas a Adán Augusto de su escaño… se imaginan todo lo que le debe
(Claudia) Sheinbaum a ese criminal Adán Augusto… él es la perfecta representación de
Sheinbaum, él conjunta lo que es Shienbaum, la narcopolítica en el poder”.
Durísimo, como puede verse, se lanzó la senadora Téllez en contra de coordinador
morenista, que las seis veces que estuvo en tribuna, procuró ir con paso lento y una
sonrisa pero ello no lo libró de permanecer en el “ojo del huracán”.
La defensa que hizo de su persona López Hernández, fue más bien tibia; la del marido que
es el último en enterarse de lo que hace su cónyuge. Negó haber nombrado a Hernán
Bermúdez Requena como secretario de Seguridad en Tabasco, “no inició Bermúdez
conmigo, … yo lo nombré en un momento de crisis de inseguridad en diciembre del 2019 y
nunca durante mi ejercicio de gobierno tuve algún indicio o sospecha, a mí no me da
vergüenza”.
Agregó que no se va a escudar en el fuero, pero en los hechos, no lo suelta y está aferrado
a su escaño.
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