El fallido intento de suicido de una godín en su oficina, abre un laberinto burocrático que mostrará la verdadera naturaleza de sus compañeros de trabajo, evidenciando lo absurdo de la vida.
“Todo está bien” es una obra amargamente divertida que siembra cuestionamientos existenciales en el público a través de la comedia. La temática que aborda, necesaria en los tiempos que corren, está dirigida a todas las personas cansadas de la cotidianidad. Dentro del género del absurdo, la obra invita a los espectadores a romper algunas repeticiones impuestas.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, junto con Bauter & Partners y 25 producción, presentan la puesta en escena “Todo está bien”, con dramaturgia de Alejandra Reyes, dirección de Angélica Rogel y la participación de Mahalat Sánchez, Ari Albarrán, Juan Carlos Medellín, Eduardo Tanús y Alejandra Reyes.
Hernández decide suicidarse en su cubículo en horario laboral y sus compañeros evitan que continúe con su plan. La oficina dejará de repetir su día a día para enfocarse en aquella eventualidad.
Esta puesta en escena ofrecerá temporada del 22 de marzo al 27 de abril, los miércoles, jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas, en el Teatro Orientación, Luisa Josefina Hernández del Centro Cultural del Bosque.
Los diseños de escenografía e iluminación son de Félix Arroyo, el diseño de vestuario es de Mario Marín, mientras que el diseño sonoro es de Hans Warner.
Al respecto, en entrevista, los productores mencionan: “al llegar al teatro, el espectador debe sentirse en su propia oficina, ya que el texto de Alejandra Reyes busca espejear la realidad de quien mira con la ficción que observa. Creemos que la obra logra sensibilizar al público contemporáneo sobre la urgencia de reinventarnos como civilización, de frenar la repetición automática del día a día y volver ese absurdo una fuerza creadora”.
“Queremos que el espacio de la obra sea realista y cotidiano, para plantear un acontecimiento extra cotidiano que cae en el absurdo y lleva la situación hasta el límite; teniendo como resultado un contraste dramático contundente.”
Desde un análisis marxista, la puesta en escena presenta a los actores como obreros atrapados en una corporación automatizada y deshumanizante, aterrados y perseguidos por la rutina. Para escapar de ella, la única manera que tienen los personajes de “Todo está bien” es quitándose la vida.