Todo había sido preparado con el visto bueno de su papá para dejar atrás la derrota de junio en Durango y Veracruz, pero el pésimo manejo político y mediático del escándalo de Adán Augusto López hecho por tierra el intento.
Andy supo desde hace una semana que todo lo preparado para ser anunciado en el Consejo Nacional de Morena estaba en el basurero.
Ya no había tiempo para hacer nada. Y entonces decidió no ir.
Hoy Andrés Manuel Andy López Beltrán no sólo anda de malas, sino triste, frustrado, y su papá -el mismísimo Andrés Manuel López Obrador- muy sacado de onda, dicen por ahí.
El Consejo Nacional iba a ser conducido por él secretario de Organización de Morena para establecer 4 ejes de acción y conducta hacia las elecciones del 2027 y consolidar luego el camino al triunfo de la presidencial del 2030.
Su propio autolanzamiento, destape para el sexenio 2030-2036.
Pero se le atravesó Adán Augusto y lo de su secretario de Seguridad Hernán Bermúdez evidenciado por el propio Ejercito como líder de La Barredora, el cartel que domina Tabasco.
Uch!
Lo que tenía planeado Andy para rescatar su propia imagen luego de todo lo que se dijo después de la derrota de Morena en Durango y Veracruz hace 2 meses, era una especie de rescate de la esencia de Morena.
Ello lo lograría son 4 ejes iniciales:
1.- Se crearían 71.541 comités seccionales -uno por sección distrital- para, bajo el principio de “defender la transformación”, crear una red de células territoriales electorales de control e inducción de voto en todo el país. Esta red operaría ya en la intermedia de 2027 en la elección de 500 nuevos diputados federales, 16 nuevos gobernadores y miles de alcaldes y diputados locales en la renovación de congresos estatales.
2.- Se echaría a andar un programa de capacitación de presidentes municipales en temas de planeación y manejo presupuestal, seguridad y creación y aplicación de programas sociales.
3.- Se reactivaría y reforzaría el Consejo Consultivo Nacional, integrado por intelectuales y líderes destacados en la estructura de Morena para que actúe de nuevo como un órgano auxiliar básico, en una especie de labor de comisarios en la tarea de preservar ideología y principios partidarios, y evitar desviaciones de sus cuadros y corrientes.
4.- Y finalmente se crearía la Comisión Evaluadora de Incorporaciones que actuará como filtro de última instancia para quienes aspiren a pertenecer a Morena. Con ello se busca evitar el ingreso indiscriminado de personajes polémicos como Miguel Ángel Yunes Márquez -hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, quien fue uno de los peores denostadores de Andrés Manuel López Obrador-, así como de una caterva de expriístas que llegaron para desplazar a prominentes militantes de Morena en cargos diplomáticos y otros, entre los que están: los exgobernadores Quirino Ordaz, de Sinaloa, Claudia Pavlovich, de Sonora, Carlos Aysa, de Campeche, Alejandro Murat, de Oaxaca, u Omar Fayad, de Hidalgo…
En el fondo de las nuevas estrategias estaba el intento de preparar a Morena y a la familia de AMLO para superar los procesos electorales de 2027 y 2030.
Todo ello se encuadraba en el contexto de las recientes reformas legislativas que cierran los márgenes de la disidencia mediática, social y política y para la oposición.
Pero en especial se buscaba optimizar el desempeño y desarrollo de Morena bajo la conducción de Andrés Andy López Beltrán desde la secretaría de Organización.
En esta área recaería concentrar las tareas y recabar la información que generaría la red de 71.541 comités seccionales -uno por sección distrital- para tener el pulso de cada rincón del país.
Cada comité seccional, se pensó, estaría formado por un presidente y su estructura para dar juego político a miles y miles de morenistas en todos los municipios y estados del país.
De hecho este nuevo esquema sustituiría al programa de afiliar a 10 millones de nuevos militantes de Morena.
Todo ello iba a ser planteado por Luisa María Alcalde, presidenta formal de Morena y por Andrés Andy López Beltrán, secretario de Organización quien reaparecería con todos los reflectores mediáticos en un evento de cupulas de Morena luego de su fracaso electoral en Durango y Veracruz.
Con esta nueva estrategia de 4 ejes de reorientación y rescate partidario iba a dar respuesta ante la cúpula interna de su partido a las críticas y burlas que se le hicieron en junio.
Nunca contó con el escandalo de Adán Augusto López y su secretario de seguridad, caso que ahora ya se ha trasminado hasta poner en sospecha al propio Andrés Manuel López Obrador en un contexto en que el presidente de EU, Donald Trump aumenta su presión sobre la presidenta Claudia Sheinbaum para que actúe contra políticos y funcionarios vinculados a los cárteles de las drogas.
El peor de los escenarios.
TODOS SABEN QUE ADAN AUGUSTO SE TIENE QUE IR
Lo ocurrido en el Consejo Nacional y el nivel al que ha llegado lo de su secretario de Seguridad, le dicen claramente al senador Adán Augusto López que ya se le acabó su tiempo en el Senado.
Se tiene que ir.
La propia presidenta Sheinbaum le ha tendido la cama al indicar ayer que “si hay algo contra Adán, no (lo) vamos a encubrir… nosotros no vamos a encubrir a nadie que tenga vínculos con algún grupo delictivo o con un acto de corrupción, pero tampoco respondemos ante linchamientos mediáticos o de las redes sociales”.
Lo mismo repitió ya la presidenta de Morena Luisa María Alcalde.
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