La anunciada decisión del presidente Donald Trump de aplicar aranceles a sus importaciones se hizo realidad ayer para el México gobernado por su primera presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum.
El mandatario decretó ayer impuestos del 25 por ciento a todos los autos que sean enviados a Estados Unidos con lo cual al primer país que castiga es a México, cuyos vehículos representan el 30 por ciento de las importaciones automotrices norteamericanas.
El otro 70 por ciento de autos y camiones introducidos a EU provienen de Canadá, Europa y medio oriente, especialmente de Japón cuyos gobiernos reaccionaron de inmediato.
El primer Ministro de Canadá, Mark Carney, indicó que esta decisión de Trump no sólo viola y anula al T-MEC sino que representa una agresión directa a Canadá.
Más allá de las quejas y consideraciones externas, Trump dice que sus aranceles tienen la intención de que las grandes automotrices norteamericanas, y de otros países, que tienen sus plantas fuera de este país, se reubiquen en territorio estadounidense para generar empleo y producción interna.
Y así hacer grande y prospero de nuevo a América… EU.
Anteayer, al anunciar los aranceles, el presidente estadounidense dijo a empresarios que su política ya comienza a tener resultados al llevar a grandes empresas, como Honda, a proyectar plantas en varios estados de EU para producir y armar sus autos dentro de ese país.
Estos aranceles a la industria automotriz, son solo un adelanto de otro paquete de aranceles generalizados que dice aplicará a partir del 2 de abril con lo cual complica más todavía la perspectiva económica de México, y del resto del mundo.
Luego de recibir la noticia de los aranceles a la industria automotriz, ejecutivos y dirigentes sindicales, autoridades municipales y trabajadores de plantas armadoras localizadas en el centro del país -especialmente en Guanajuato- advirtieron que si bien es cierto que las grandes industrias no pueden parar de un día a otro sus operaciones en México, y menos comenzar a desmontarlas y llevárselas a EU, lo cual podría durar varios años, lo cierto es que tan sólo enfrentar los aranceles ya alteró las proyecciones de producción y de inversiones en ese sector en México.
Y generó incertidumbre en poblaciones enteras.
Lo que se viene, indican, es el paro del crecimiento y el cierre de muchas empresas de la cadena de producción, el despido de personal especializado que ya no tendrá perspectivas de ocupación y que buscará emigrar hacia las zonas donde se abran las nuevas plantas, muy probablemente hacia EU.
Las poblaciones y sus municipios, sus estados, el país mismo, resentirá el cierre de plantas, la fuga de capitales y la caída de la producción y generación de riqueza, indican.
El caso es que la aplicación de aranceles es una estrategia central para el presidente Trump, que no se ve cómo pueda ser modificada ya que para él es una promesa de campaña y un elemento fundamental para obtener votos y simpatías entre sus bases.
Todo indica que si el magnate mantiene sus aranceles, no sólo anulará el T-MEC lo cual representará un golpe incalculable en lo económico, lo político y lo social para los mexicanos, pero quizá mortal para la viabilidad de la 4T.
En caída económica por el hundimiento del T-MEC, con una enorme deuda encima, sin el aporte de las remesas, los programas sociales del llamado “bienestar” basado en el reparto de bonos -dinero en efectivo- a adultos mayores, jóvenes, madres solteras, etc-etc podrían colapsar.
Y sin bonos no hay votos ni simpatías ficticias que soporten ningún gobierno ni mayorías legislativas para continuar sacando adelante reformas sin moverles una coma.
La popularidad de 80 puntos de las encuestas desaparecería ante reclamos ciudadanos.
Y FALTA VER QUE ORDENA TRUMP VS CARTELES MEXICANOS
Todo indica que luego de los aranceles, seguirá lo que Trump y sus colaboradores, han preparado para ir a un combate a fondo contra los carteles de la droga y el crimen organizado.
Incluidos políticos y funcionarios de todos los niveles, aliados de los grupos delincuenciales.
Y desde luego no debemos descartar intervenciones militares directas en territorio mexicano, por más que la presidenta Sheinbaum diga que eso no puede ocurrir.
Del presidente Trump hacia abajo todos en su gobierno afirman públicamente que el gobierno de México está infiltrado por los carteles. Y que estos tienen el control de regiones completas. Lo cual es intolerable, a afirmado el magnate.
Por eso Trump ya blindó su frontera con México con ya más de 10 mil miembros del Ejército y equipos de la Patrulla Fronteriza reforzados a los que se han sumado la DEA, el FBI, la AFT y otras agencias.
Además de eso, Trump ha ordenado decenas de sobrevuelos de los aviones espías y drones más sofisticados, y con la tecnología más avanzadas en intercepciones en comunicación y localización de objetivos.
A eso ha sumado un portaviones y los buques igualmente más avanzados en armamento y tecnología de guerra, que cierran el paso de sus aguas en el Pacífico y el Golfo de México, muy cerca de nuestro país.
El comando Norte, que es regionalmente la fuerza militar y de inteligencia más poderosa del mundo, está hoy orientado y centrado a realizar proyecciones sobre los carteles mexicanos y a la seguridad de la frontera común México-EU.
¿En verdad hay quien crear que todo eso lo ha ordenado Trump para asustar a la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno?
Mover todo eso cuesta muchísimos millones de dólares, pero lo importante es que un presidente no puede echar a andar todo ese aparato militar y de inteligencia para nada.
Claro que va a dar golpes. Y esos vendrán, no dudemos, muy pronto.
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