Ubaldo Díaz
En el ambiente político mexicano ronda una preocupación, y es muy seria: advierten que ocurrirá un terremoto en los partidos políticos debido al repudio generalizado de la sociedad por la desconfianza que se han ganado a pulso y que hoy por la tragedia ha quedado patente con su demagogia, mezquindad y desacuerdos que han mostrado frente a los sismos del 7 y 19 de septiembre.
Todos han pichicateado la ayuda y han privilegiado sus intereses personales y de grupo. Su mirada está fija en el 2018 y no en ayudar a la población. Por ejemplo, algunos de ellos, como los de Morena y su dirigente Andrés Manuel López Obrador, no para su activismo político: lo vimos en Durango y Chihuahua en abiertos actos de proselitismo electoral, en lugar de ir a las comunidades que necesitan ayuda y a empolvarse un poco la ropa para ayudar a la gente en desgracia.
Y qué decir del PAN que quiere tapar un hoyo, pero abre otro y muy lamentable al decidir despedir el 90 por ciento de sus trabajadores y reducir sueldos a otros. Así qué valiente ayuda, ahora esos empleados serán damnificados del huracán Ricardo Anaya. Y qué bueno que en el Gobierno no le han hecho caso de aplicar esa misma medida, al proponer que se reduzca el 50 por ciento de la burocracia nacional. Así, mejor no me ayudes compadre. Y si no hay que preguntarles a los despedidos de ese partido.
Sin duda, los sismos han dado tremenda sacudida a los partidos políticos y los obligaron a lo que siempre se habían hechos sordos y ciegos sobre la posibilidad de reducir los recursos públicos que reciben. La contingencia los obligó a voltear a la gente: la emergencia no ha terminado y ninguno de ellos quiere dar su brazo a torcer para ayudar a los mexicanos en desgracia. Hasta el momento hemos visto pura demagogia.
Morena; PAN; PRD; PT; MC se han dedicado a criticar las acciones del Gobierno frente a la tragedia, pero ellos y sus dirigentes no hacen nada para ayudar a la gente. Su bandera es la de siempre: descarrilar a la administración peñista y de llevar agua a su molino a pesar de la emergencia
Los ciudadanos les dieron una clara muestra de lo que significa la palabra solidaridad al desbordarse miles de manos que se la pasaron noche y día removiendo escombros y rescatando gente. En ese momento ningún partido político se atrevió a rasparse las manos, ensuciarse los zapatos o desvelarse para salvar vidas o llevar agua o medicamentos.
Y no estuvieron porque también tuvieron miedo de enfrentarse al repudio de la gente, y por eso la preocupación de que en las próximas elecciones la ciudadanía les dé la espalada. Será difícil que alguno de sus candidatos haga campaña en zonas de desastre, lo cual llevará al colapso a varios de esos políticos que hoy sentirán la furia de la gente.
Tiene lógica ese terremoto político que se ve venir, porque qué pueden decir los candidatos frente a miles de damnificados. Su demagogia se agotó y tendrán que inventar algo para que la ciudadanía no les haga el vacío.
La situación es peligrosa para el sistema político mexicano. Sin duda habrá mucha demagogia, pero seguramente los ciudadanos ya no se tragarán tan fácil las mentiras y promesas de las campañas políticas. Sin duda será difícil ver en este momento la desaparición de esos partidos políticos, pero lo que sí es cierto es que algunos de ellos desaparecerán y otros verán disminuida su presencia política. Creo que llegó la hora de los ciudadanos.
A nombre del Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, la legisladora por el estado de Campeche, Adriana Ortiz Lánz, al referirse a los hechos del 2 de octubre de 1968, reconoció que a partir de esta fecha se aceleró y se acentuó el proceso de democratización y se fortalecieron los derechos políticos de los mexicanos. Desde la máxima tribuna del país, la legisladora por el estado de Campeche puntualizó que las exigencias de los estudiantes de aquel movimiento fueron vanguardistas, entre otras la derogación de un artículo del Código Penal, que contenía el denominado delito de opinión, figura que atentaba contra los derechos humanos y, por ello, se exigía la consolidación de la libertad de expresión. «Probada la necesidad de fortalecer la apertura democrática y convenido que la inclusión de los jóvenes garantiza el futuro de la patria, en 1969 se reconoció, también, el derecho al voto a los 18 años de edad», recordó la diputada del PRI, quien añadió que en la década de los 70 México vivió una transformación radical que fue la base para democratizar al Poder Legislativo. Destacó que con el presidente Enrique Peña Nieto se impulsó una reforma política para garantizar la paridad de género en las candidaturas y el derecho de los pueblos indígenas a elegir su gobierno interno, entre otros avances democráticos. La diputada Ortiz Lánz aseveró que en la educación y en la libertad se confirma la democracia y hoy los jóvenes tienen más y mejores oportunidades que hace 49 años.
El Pleno de la Cámara de Senadores aprobó un acuerdo de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) por el que se nombró como presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes al senador Raúl Gracia Guzmán y a la senadora Silvia Garza Galván, –ambos del Grupo Parlamentario del PAN- como Presidenta de la Comisión Bicamaral en materia de Disciplina Financiera de las entidades federativas y de los municipios. La senadora Silvia Garza también se integró a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
De acuerdo con el documento, el senador Javier Lozano Alarcón, del PAN, se da de alta como secretario de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, y se integró a la Comisión de Relaciones Exteriores Europa.
El presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, designó a Diego Fernández de Cevallos, como su representante ante el Frente Ciudadano por México. El excandidato presidencial panista ya trabaja para el proyecto presidencial del dirigente blanquiazul, que por cierto tiene tiempo laborando como asesor de Anaya Cortés. Además, ha sido el encargado de defenderlo ante los señalamientos de supuesta corrupción en los que se ha visto envuelto junto a su familia política. Fernández de Cevallos es cercano de Santiago Creel, quien ha fungido como principal consejero político de Ricardo Anaya. Además, se conoce la enemistad que ambos políticos tienen con Felipe Calderón, esposo de Margarita Zavala, quien aspira a la candidatura presidencial del PAN y que este fin de semana demandó al Frente Ciudadano una elección abierta para elegir al abanderado en las elecciones de 2018.
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