La Presidenta Comparte Poder con El Tabasqueño
En Sus 32 Informes del Informe Ocultó La Verdad
Monreal: “Nos Encorralaron” En la Segunda Fila
En la segunda mitad del pasado siglo hubo una pareja de
bailarines comediantes que causó fuerte impacto en los escenarios
teatrales y después en el cine. La formaron el pachuqueño Sergio
Corona y Alfonso Arau, capitalino. Sergio acaba de cumplir 97
años de edad y Alfonso ronda en los 93, director de la película
Como Agua para Chocolate. Sergio terminó la serie Como Dice el
Dicho, que inició en la televisión en 2011.
Como siempre, Paco Calderón, caustico.
El lunes pasado, en su cartón, dibujó a la Primera Presidenta en el
balcón presidencial, levantando el brazo izquierdo y la frase ¡Aquí
Yo Mando! y, a la derecha aparece la figura del expresidente
tabasqueño en una canoa, empuñando, con la izquierda, un hacha y
el texto Y Yo, Remando.
Queda clara la postura de Claudia Sheinbaum Pardo.
Siente que la presionan para que se aleje de su antecesor, su
protector, el que la hizo “corcholata”, después candidata y ahora
una mujer decidida a elogiarlo, a mantenerse junto a él,
compartiendo el poder presidencial que, en junio de 2024, le fue
concedido, a ella, por decenas de millones de electores.
Definitivamente inicia el segundo año del sexenio gubernamental,
sin personalidad propia, ejecutando los programas que le heredó el
tabasqueño.
No termina el primer piso de su llamada “cuarta transformación” y
se pone todos los obstáculos posibles, justificando su proceder sin
argumentos válidos, para empezar el segundo piso.
“Se han empeñado –dijo el domingo en el Zócalo de la Capital
Mexicana—en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es
otro más que acabar con el Movimiento de Transformación, que
nos dividamos. Pero, eso no va a ocurrir”.
Claudia Sheinbaum Pardo debe ser más observadora y proceder
con cautela. La inexistente oposición política no está en los
minipartidos políticos, al enemigo lo tiene en casa, repartido en
Morena y sus dos sanguijuelas.
Por enésima ocasión, en doce meses y cinco días, Sheinbaum Pardo
insiste en que el tabasqueño “es un ejemplo de honradez y de
austeridad, que “nunca se vendió a los poderosos y nunca se
apartó de sus principios”.
Dos frases para su archivo personal, dos más que seguramente
piensa que la inmortalizarán: “…quien traicione y robe al pueblo,
enfrenta (a) la justicia…” y: “El poder no es para enriquecerse, es
para servir con humildad”.
No está claro, cómo se traiciona al pueblo. Robar al pueblo, es algo
que hicieron, hacen y seguirán haciendo, quienes tienen la
oportunidad de ocupar un cargo en la administración pública/o en
el campo legislativo.
Hizo referencia a la legislación en materia de Amparo, aseverando
que “la reforma tiene dedicatoria a los magnates que no quieren
cumplir con el fisco”. El señalamiento directo es contra el
empresario Ricardo Salinas Pliego.
Como se puede observar, y los analistas lo están haciendo, la
presidenta Sheinbaum Pardo está a partir un piñón con el
tabasqueño, quien, también voz popular, está comenzando su
octavo año de mandato, abiertamente y através de su hijo Andrés
Manuel López Beltrán, más conocido como “Andy”.
La utopía nos invade a millones de mexicanos.
Seguimos creyendo que la Doctora en Ciencias entenderá su papel
histórico por ser la primera mujer en llegar a la Presidencia de la
República, luego de 66 hombres, en el lapso de 200 años.
RECORRIDOS INFRUCTUOSOS
Claudia Sheinbaum Pardo entró a la historia. Rindió dos Informes
Presidenciales, en 2025.
Uno, el primer día de septiembre. El segundo, también clasificado
como primero, el domingo 5 de octubre, en la Plaza de la
Constitución, nuestro hermoso Zócalo.
En septiembre el público que le aplaudió, recibió una invitación
personalizada. Excluyó a muchos personajes de la política, del
medio empresarial y al cuerpo diplomático.
Una muestra, irrefutable, de que no hay política de reconciliación
ciudadana. Es obvio que desconoce que, en política, primero
sumar, después multiplicar, enseguida dividir y finalmente restar.
En octubre castigó a sus correligionarios que el 9 de marzo,
también de este año, le dieron la espalda para tomarse una foto
con Andy, en el Zócalo. Ese evento fue para hablar de los impuestos
que anunciaba aplicar el presidente Trump.
Los dimes y diretes están a la orden del día.
Ricardo Monreal es el único que inmediatamente habló, con
picaresco lenguaje, del incidente y la presidenta, desde su
mañanera, afirmó que no mandó mensaje ni tiene importancia
cómo se ubica a los personajes, atrás o adelante.
“Nos encorralaron para portarnos bien”, dijo el zacatecano y
sonrió.
Bueno, la cita dominical fue para cerrar su gira nacional de
rendición de cuentas.
Treinta y dos eventos sin justificación alguna, en materia política.
Visitar las ciudades capitales y movilizar a la gente, acarreos que
criticaron antes los morenistas y que hoy hacen.
El domingo, decenas de autobuses de pasajeros, estacionados en el
Primer Cuadro o Centro Histórico, en que transportaron a los
aplaudidores.
Las crónicas periodísticas de esos eventos, diarios, radio y
televisión, están referidos a más que “volver a informar lo realizado
en 11 meses del sexenio”, a proclamar: “venimos de un
movimiento profundamente humanista, democrático y popular,
con el proyecto de justicia social que sacó de la pobreza a más de
trece y medio millones de personas”.
OCULTÓ DOS GRAVES PROBLEMAS
Claudia Sheinbaum Pardo no advierte que el pueblo está
ampliamente informado de los dos graves problemas políticos,
heredados del sexenio anterior, ambos ligados a la corrupción que
se dio a los más altos niveles de gobierno, lo que se quiere acallar.
En ninguno de los 32 eventos hizo mención a la tarea de su
Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
No habló ni del huachicol fiscal ni de la organización criminal que
operó en Tabasco, casos que dejaron miles de millones de pesos
para quienes protegieron, intervinieron y realizaron acciones
clasificadas, sin duda alguna, como delitos que deberían ser
investigados por la Fiscalía General de la República.
Marinos de alta graduación, sobrinos del entonces Secretario de
Marina, de 2018 en adelante “engañaron” a los aduaneros y
pasaron, de tierras norteamericanas a suelo mexicano, millones de
litros de combustible, gasolina, que registraban como aditivos,
burlando al fisco.
En las celdas de la prisión del Altiplano, en Almoloya de Juárez,
Estado de México, está bajo proceso el vicealmirante Manuel
Roberto Farías Laguna, cabeza principal de la banda que, con
protección de entes poderosos, recibía el contrabando de
combustible y lo distribuía.
Hernán Bermúdez Requena, apodado “El Abuelo”, está en el penal
de alta seguridad, para responder de los delitos consumados al
amparo de la organización criminal conocida, en Tabasco, como “La
Barredora”. Era secretario de Seguridad en esa entidad sureña;
estuvo a las órdenes de dos gobernadores.
Nadie supo ni conoció las actividades delictivas de Farías Laguna y
de Bermúdez Requena.
La libraron muy tranquilos en el sexenio que presidió el
tabasqueño, quien presumía que “el Presidente de México está
enterado de todo lo que sucede”.
El escándalo es mayúsculo.
Se presume que hay “pollos gordos” o “gallos de plumaje real”,
pero hasta ahí. La Fiscalía General de la República, mantiene la
sumisión, ni ata ni desata.
Se dice que el tabasqueño ha “solicitado” frenar los dos
expedientes. Es una versión callejera, no confiable.
El contralmirante Fernando Frías Laguna está prófugo. Solicitó
protección federal, pero le fue negado el trámite de Amparo.
Pretendió acudir a una cita para declarar ante el juez que lo
requiere, con la condición de que no fuera detenido y sujeto a la
prisión preventiva.
Debe de haber, en ambos casos, muchas personas involucradas. El
silencio oficial y el que la Presidenta de México no hable de ello, es
una señal de que “los asuntos deben enfriarse”.
Tampoco hubo mención, el domingo 5, de la zacapela que armaron
hombres vestido de negro y encapuchados, con saldo de más de 90
policías agredidos, varios de ellos siguen hospitalizados. Los daños
materiales y los robos cometidos por los vándalos, suman muchos
millones de pesos.
Ah, eso sucedió la tarde noche del 2 de octubre. Los uniformados
fueron enviados a la guerra sin fusil. Recordando lo sucedido hace
57 años, el gobierno aplicó su dicho “no somos iguales a los de
antes”. Las familias de los policías hospitalizados, no piensan igual.
Ayer, “abrazos no balazos”. Hoy, “contención no represión”.
Un solo detenido, sorprendido cuando robaba, pero nada se volvió
a saber de él.
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