Silicon Valley Bank (SVB) se declaró en quiebra. Signature y First Republican Bank también pasaron a ser controladas por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC), lo que despertó el temor de una crisis financiera como la de 2008 y la duda de si guardar el dinero en un banco es seguro.
“No nos apresuremos”, comenta Luis Felipe Treviño, managing director de la firma de inversión privada Beamonte Investments. Primero hay que entender por qué están quebrando los bancos en Estados Unidos y luego analizar su impacto en otros mercados.
Todo empezó hace poco, cuando los responsables del banco de Silicon Valley anunciaron que necesitaban recaudar 2,250 millones de dólares para cubrir pérdidas. Eso causó el pánico entre los clientes. En un día sacaron 42,000 millones de dólares, la situación era insostenible, así que los reguladores tuvieron que intervenir.
Para combatir la inflación desenfrenada, el banco central aumentó las tasas de interés desde 2022. Lo que hizo que los préstamos para empresas e individuos fueran más caros para poder enfriar la economía. “Cuando las tasas de interés estaban cerca de cero, los bancos se cargaron con bonos a largo plazo y de bajo riesgo. Pero a medida que el Sistema de la Reserva Federal (Fed) aumenta las tasas de interés para combatir la inflación, el valor de esos activos cae, dejando a los bancos con pérdidas no realizadas”, menciona Treviño.
Luego las altas tasas restringieron significativamente a las empresas tecnológicas, lo que socavó el valor de las acciones tecnológicas y dificultó la recaudación de fondos. Enfrentados a tasas de interés más altas, pérdida de OPI’s (Ofertas Públicas Iniciales) y sequía de financiamiento, los clientes de SVB comenzaron a sacar dinero del banco.
Ahora bien, esta situación no sólo impacta en Estados Unidos. Su alcance económico y financiero es mucho mayor, de entrada porque el colpaso de Silicon Valley Bank, con sede en Santa Clara, California, y del Signature Bank, con sede en Nueva York, es la segunda y tercera mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos. La crisis se propagó por los mercados mundiales y afectó a los valores del sector, entre ellos Credit Suisse.
“La intervención del gobierno de Joe Biden y de la Fed no equivale a un rescate como en 2008, lo que significa es que los inversores en acciones y bonos de los bancos no estarán protegidos. Al garantizar todos los depósitos –incluso el dinero no asegurado que los clientes mantenían en los bancos intervenidos–, el gobierno norteamericano busca evitar que haya más colapsos bancarios y ayudar a las empresas que depositaban grandes sumas en los bancos a seguir pagando las nóminas y financiando sus operaciones”, apunta Treviño.
Tras las recientes quiebras de los bancos en Estados Unidos, ha cobrado relevancia la idea de volver a revisar los cambios en la legislación bancaria que se aprobaron durante la administración del ahora ex presidente Donald Trump.
Con la Ley de Crecimiento Económico, Alivio Regulatorio y Protección al Consumidor (S. 2155) de ese país, aprobada en mayo de 2018 y considerada la reforma regulatoria más importante sobre instituciones financieras en casi una década, el requisito para liberarlas del cumplimiento de estándares prudenciales mejorados (como el LCR) fue que sus valores de activos ascendieran a 100 mil millones de dólares y ya no sólo a 50 mil millones, como señalaba la legislación anterior.
“Con esa nueva ley, aquellas instituciones bancarias que tuvieran un valor de activos de entre 50 mil millones y 100 mil millones de dólares quedaban exentas inmediatamente de los estándares prudenciales, mientras que aquellas con activos por un valor de entre 100 mil millones y 250 mil millones de dólares quedarían exentas de cumplir con el LCR, 18 meses después de la fecha de promulgación de la ley”, explica el experto.
La buena noticia es que la quiebra del SVB no generará un efecto contagio al sistema bancario de México, al considerar que la regulación del sector es más estricta en el país. El experto indica que los depósitos en México están asegurados por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) que cubre hasta el equivalente a 400 mil Unidades de Inversión (UDIS), es decir, 2 millones 55 mil pesos aproximadamente por persona física o moral y por banco. “Arriba de esa cantidad, en caso de la quiebra de un banco, el depósito sí se perderia”, concluye Treviño.