omo un rompecabezas, la República Mexicana es el resultado de múltiples procesos tectónicos de cinco placas litosféricas, que lo convierten en un territorio con altos índices de sismicidad.
De acuerdo con la teoría tectónica, la litosfera está dividida en una especie de mosaico de sectores rígidos que se mueven entre sí con desplazamientos de dos a 12 centímetros por año, en promedio.
Sus límites y el de los continentes no coinciden pues una sola pieza de ese rompecabezas geológico puede contener completa o parcialmente continentes y áreas oceánicas.
Sin embargo, en ellos, se producen fuerzas de fricción que impiden el desplazamiento de una, respecto a la otra generándose grandes esfuerzos en el material que las constituye.
Cuando se sobrepasa la resistencia de las rocas o se vencen las fuerzas de fricción ocurre una ruptura violenta y se libera la energía acumulada en forma de ondas sísmicas.
En el caso de México, con excepción de la península de Baja California, se encuentra contenido en la Placa Norteamericana, con la que interactúan la del Pacífico, Rivera, Cocos y del Caribe
Al formar parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, dos terceras partes del país tienen un riesgo sísmico significativo, que se debe principalmente a los terremotos que se generan en la costa del Océano Pacífico, en la conjunción de las placas de Cocos y Norteamérica.
De acuerdo con información del Museo Virtual del Servicio Geológico Mexicano, la placa Norteamericana además contiene parte del océano Atlántico y parte de Asia.
La Placa del Pacífico incluye la península de Baja California, el oeste de California y al Océano Pacífico; la del Caribe abarca el sur de Chiapas, las islas caribeñas y los países de Centroamérica.
Mientras que las otras dos placas que conforman el rompecabezas tectónico de México: Cocos y Rivera son oceánicas y se encuentran en el Océano Pacífico.
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son los estados con mayor sismicidad debido a la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera que subducen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa del Pacífico frente a estos estados.
Esa interacción también afecta a los estados de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y la Ciudad de México.
A pesar de que los epicentros se registran en diversos puntos del Pacífico.