La presidenta Claudia Sheinbaum no tiene a quien echarle la culpa ahora que la
corrupción en el partido Morena fluye por todos lados hasta formar una cadena de hechos
de este tipo. No puede hablar del pasado inmediato porque se toparía ni más ni menos
que con su mentor y quien la llevó a vivir a Palacio Nacional, Andrés Manuel López
Obrador a quien por cierto, ya no halla como tapar sus omisiones y errores.
Resulta que en la gustadísima “mañanera del pueblo”, la jefa del Ejecutivo no pudo acabar
de señalar que la denuncia que interpuso el diputado panista, Federico Döring en contra
de Andy López, -a quien no le gusta que le digan Andy- era “pura politiquería”, porque
para su infortunio, las piezas se fueron acomodando; cuestión de revisar que la denuncia
del legislador albiceleste tiene que ver con delitos relacionados con el llamado huachicol
fiscal.
Y no terminaba con un flanco Sheinbaum Pardo, cuando otro le salió aún con más fuerza.
Se trata de la red de corrupción de los sobrinos políticos de quien fuera el secretario de
Marina en los tiempos de López Obrador, Rafael Ojeda, Roberto y Fernando Farías
Laguna, el primero aprehendido y el segundo fugado y el delito, por aquellos azares que
tiene la política, especialmente la de esta llamada y errada cuarta transformación en
general,, es el mismo de la denuncia presentada por el diputado Döring Casar, o sea, el
huachicol fiscal, además del huachicol de diésel.
Como puede observarse, esta telaraña tiene muchísimos hilos finamente tejidos que
reflejan la penetración de la delincuencia organizada en la clase política pero también que
las aduanas se han convertido en verdaderas coladeras para volverse negocios que han
beneficiado a esta errada y llamada cuarta transformación, ¿o no?
Lo más dramático hasta ahora de esta situación, es el presunto suicidio del capitán de
navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, quien se venía desempeñando como titular de la
Unidad de Protección Portuaria de Altamira, señalado por presuntamente haber recibido
sobornos en este asunto.
O se suicidó, o quienes manejan esta trama están silenciando a testigos que pudieran
abrir la boca para afectarlos. Y lo que falta.
La secretaría de Marina, a cargo de Raymundo Pedro Morales Angeles, se comprometió a
trabajar en colaboración con las autoridades competentes para esclarecer estos hechos
que, se reitera, no dejan de ser sumamente delicados.
Y como, se reitera, la presidenta no puede echarle la culpa al pasado de este tipo de
situaciones, en su gustadísima “mañanera del pueblo” señaló que su gestión tiene un
“compromiso de cero impunidad, cuando se encuentra una situación que es evidente, un
entramado de corrupción y de ilícitos, pues lo que hay que hacer es cero impunidad y
detener a todos aquellos que estén involucrados” .
¿Será?, porque todavía falta ver cuál es la “línea” que le dicta ni más ni menos que desde
Palenque.
SHEINBAUM PARDO, NON GRATA EN PERÚ
Y a propósito de la línea que recibe la presidenta de México desde Palenque, ahora le
brota otro frente desde más allá de nuestras fronteras y habrá que ver si eso la coloca en
una situación todavía más vulnerable.
Ayer, el pleno del Congreso de Perú, votó en primera instancia, una moción para declarar
persona non grata a Sheinbaum, bajo el argumento de “su inaceptable injerencia” y todo
precisamente, por seguir a pie juntillas las lecciones de su maestro y antecesor;
específicamente en este caso, por el apoyo que ha mantenido la mandataria mexicana
hacia el expresidente peruano Pedro Castillo, que pasó fugazmente por la presidencia de
dicho país, porque fue encarcelado y enjuiciado por el fallido de golpe de Estado que
protagonizó a finales de 2022.
Como se recordará, en esa época el entonces presidente López Obrador montó en cólera,
acusó que los neoliberales querían frenar a la izquierda y quiso protagonizar una escena
similar a la que utilizó para rescatar a un ahora muy señalado expresidente de Bolivia Evo
Morales.
En diciembre del 2022, el gobierno lópezobradorista declaró las puertas del país abiertas
para familiares y cercanos de Pedro Castillo y, como se recordará, la familia del
encarcelado expresidente, Lilia Paredes Navarro y sus dos hijos se vinieron para México,
donde tienen la protección tanto del tabasqueño como de su sucesora y pupila.
La actual presidenta de Perú, Dina Boluarte, goza del odio de esta errada y llamada cuarta
transformación. Incluso, López Obrador intentó vetarla de reuniones internacionales y
como es de suponerse, Claudia Sheinbaum igualmente se va por esa misma línea sin
chistar.
Pues quien tuvo un encuentro muy significativo con la presidenta Boluarte fue el líder
nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y los temas que abordaron ambos fueron la
seguridad, democracia en la región y fortalecimiento de las relaciones exteriores entre
ambas naciones.
Esto también tiene con dolores de cabeza a la inquilina de Palacio Nacional.
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