Muchasd udas sigue despertando la gira de fin de semana de la presidenta Claudia Sheinbaum por el norte del país. En Sonora se reunió con el flamante gobernador Alfonso Durazo, pero se comenta también no solo en los corrillos políticos que presuntamente tuvo un encuentro con el campeón de box, Julio César Chávez, dada la situación que vive Chávez Junior.
Muy aplaudido su encuentro con la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Avila Olmedo, que todavía no cuenta con visa para ir a Estados Unidos. De ahí, Sheinbaum se trasladó a Baja California Sur, entidad que gobierna Víctor Castro, de todas las confianzas de Andrés Manuel López Obrador.
El caso de este último estado es muy especial. Conocida la capital, La Paz como el “puerto de ilusión” por excelencia, todo indica que dejará de serlo para irse incendiando, porque en general toda la entidad ahora es rehén de la delincuencia organizada mientras que el gobernador Castro hace “como que no ve ni oye” los embates de la delincuencia organizada.
No solo los lugareños ven con tristeza como la Baja Sur arde en llamas y se dice que es porque presuntamente el Ejecutivo estatal se colocó de uno de los lados de la guerra que se traen en Sinaloa los “Chapitos” en contra de “la Mayiza”. Echando un volado, salió que del lado de quien ya es testigo protegido en Estados Unidos. ¿Será?
Un caso es por demás ilustrativo de los muchos que se registran a diario, se dio hace dos días, cuando en Ciudad Constitución, en la graduación de una escuela primaria tuvo lugar una balacera con el trágico saldo de un muerto.
Llama poderosamente la atención que mientras en otros estados es más que evidente la violencia, ocupando Sinaloa, gobernada por el impresentable Rubén Rocha Moya, el primer lugar, en Baja California Sur, Víctor Castro trata de manera por demás forzada, por cierto, la imagen de un estado que vive en la calma que tenía de antaño.
Por otra parte, no hay que olvidar un detalle; cuando ocurrió aquella famosa “carrera de las corcholatas” que echó a andar López Obrador, el gobernador sudcaliforniano apoyó abiertamente al “excaballo negro” y ahora vapuleado senador Adán Augusto López Hernández, de la misma forma que lo hizo el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, ahora muy exhibido en las redes sociales.
Una vez que dicha carrera se decantó a favor de la presidenta Claudia Sheinbaum, a Víctor Castro no le quedó más remedio que alinearse con quien hoy habita en Palacio Nacional, pero según se sabe, la relación del gobernador con la mandataria no es precisamente la más cercana.
MORENA SOBRE PROFECO
En otro tema no menos interesante, habrá que ver cómo reacciona ni más ni menos que el partido Morena por las denuncias que hiciera el titular de la PRFOFECO, Iván Escalante, quien se atrevió a hacer públicas las presiones de las que ha sido objeto por parte de legisladores del partido guinda a quienes llamó “compañeros del movimiento”, que en su momento intentaron frenar sanciones contra negocios señalados por incumplimientos legales:
De plano, tajante, el titular de la PROFECO les dijo a sus correligionarios que no se metieran
Esto ocurrió durante una sesión con la Comisión de Trabajo y Previsión Social en la Cámara de Diputados, que preside la morenista Maiella Martha Gabriela Gómez Maldonado. Ahí, Escalante pidió que no intervengan en procesos que desconocen.
Específicamente señaló el titular de la PROFECO: “lo que hacían algunos proveedores era utilizar a los diputados como enlace con nosotros. Entonces yo les pediría que si no tienen la información de ambos lados, no nos hagan el favor de intervenir».
Lo anterior dejó pálidos a los integrantes de la referida Comisión, empezando por la diputada Gómez Maldonado.
Lo más seguro es que los del partido Morena algo harán para, diríamos, calmar a Iván Escalante, no tendrían por qué hacerlo pues en el partido guinda prácticamente se registran casos a diario de los conflictos internos que viven. ¿Será?