El presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Ricardo
Monreal, declaró ayer que no quería hablar más del “error involuntario” que tanto él
como otros distinguidos personajes del morenismo como los senadores Adán Augusto
López y Alejandro Esquer y el siempre verde Manuel Velasco, entre otros, cometieron el
fin de semana pasado en plena plancha del Zócalo capitalino, donde, como se recordará,
privilegiaron de todas, todas ni más ni menos que al hijo de López Obrador, Andy López
Beltrán.
Monreal ahora sí que se “amarró el dedo” y dijo, -palabras más, palabras menos-, que la
presidenta Claudia Sheinbaum había actuado de manera muy inteligente al considerar
como un incidente menor lo ocurrido en el Zócalo y esperaba que lo hubiera personado
luego de las disculpas ofrecidas públicamente. ¿Será?
Pero con todo y lo anterior, tiene razón el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara
de Diputados, Rubén Moreira, cuando señaló en una entrevista, que el desaire a la
presidenta, fue un hecho medio inédito, porque quienes no vieron a Sheinbaum Pardo
hasta muy tarde no estaban concentrados y que definitivamente no es justo lo que le
hicieron a la jefa del Ejecutivo, por muchas disculpas que ofrecieron, también, por cierto,
tardías.
Retomando lo inicial, el diputado estaba más ocupado en el tema de que en San Lázaro, el
pleno declaró la constitucionalidad de las reformas de no reelección y nepotismo y en este
asunto, los morenistas también se la deben a la presidenta Sheinbaum porque en lo que
se refiere al nepotismo, finalmente el golpe quedó asestado y entrará en funciones hasta
el 2030. O sea, entre otras cosas, la autoridad de la jefa del Ejecutivo quedó bastante en
entredicho.
Cabe destacar que en la iniciativa sobre el nepotismo se señala que, “las enmiendas
establecen el concepto de "nepotismo electoral" y prohíben la práctica que se conoce
como “herencia de cargos” entre familiares, de la cual se han beneficiado personajes de
todos los partidos, -ojo-, empezando por Morena.
Además en la citada ley, se establece como requisito que las personas que busquen
participar para un cargo de elección popular no tengan o hayan tenido en los últimos tres
años anteriores al día de la elección, un vínculo de matrimonio, concubinato, "unión de
hecho" o de parentesco por consanguinidad en línea recta sin limitación de grado, y en
línea colateral hasta el cuarto grado.
En un inicio, ésto causó nerviosismo tanto a los propios morenistas como a sus rémoras,
especialmente el PVEM, pero cuando la fecha la corrieron los del partido guinda hasta el
2030 y no operará para las 17 elecciones que habrá en el 2027, hasta las “campanas al
vuelo” echaron los del oficialismo pues ¡qué importa lo que diga la referida ley, lo
importante fueron al final, los tiempos!
El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, Sergio Gutiérrez Luna, señaló que
una vez avalado en el Legislativo, se obtuvieron votos aprobatorios de la mayoría de las
Legislaturas estatales y de la Ciudad de México
Por su parte, el diputado del PT, José Luis Montalvo Luna, informó que se recibieron 20
votos aprobatorios correspondientes a las legislaturas de Baja California, Campeche,
Colima, Chiapas, Durango, Hidalgo, México, Michoacán de Ocampo, Morelos, Nayarit,
Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz de
Ignacio de la Llave, Zacatecas y la CDMX.
En el caso del Senado de la República, hay que subrayar que el presidente de la Mesa
Directiva, Gerardo Fernández Noroña aprovechó el momento para, como reza un sabio
refrán, “llevar agua a su molino”. Primero declaró que no se había dado cuenta de la
distracción de quienes estaban con Andy López, “yo estaba arriba en el templete, en el
presídium y entonces yo me di cuenta que se fue rápido (Claudia Sheinbaum), que no los
saludó como venía saludando y no supe la razón hasta que vi después el video”.
Fernández Noroña respiró tranquilo e hizo énfasis de que a él, no se le hubiera pasado el
arribo de la presidenta. Un ejercicio medio extraño en el que el controvertido senador,
entre que se lavó las manos y no dejó de clavar una espinita.
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