Como era de esperarse, Morena y sus rémoras ejercieron por enésima ocasión su
aplanadora y por 321 votos a favor y 112 en contra, en la Cámara de Diputados, las
bancadas del oficialismo avalaron a más de mil 400 aspirantes al Poder
Judicial insaculados en esas aburridas y largas tómbolas guindas por el Comité de
Evaluación del Poder Legislativo, y la gran mayoría de los perfiles, ¡qué sorpresa!,
resultaron ser afines a los de Morena, pero más allá, el “azar” benefició ni más ni menos
que al expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), Arturo
Zaldívar, que al final resultó uno de los mayormente beneficiados de un capricho
presidencial.
Así, quedó al descubierto que para poder aspirar a formar parte de esta aberrante
elección, había que estar al gusto del ministro en retiro del que se dice, cobra alrededor
de medio millón de pesos de pensión. ¿Será?
Ya lo decía Roberto Gil Zuarth que aspiró a un lugar en la Corte: el requisito
indispensable era arrodillarse, -así, de plano-, ante Morena y desde luego, gozar del
privilegio de ser amigo o amiga de Zaldívar.
El caso es que ya en la Cámara de Diputados, los de Morena y sus rémoras hicieron de la
sesión, un evento partidista, al igual que la presidenta Claudia Sheinbaum, desde
Querétaro, se había reservado el derecho de admisión al Teatro de la República, vetando
a la presidenta de la Suprema Corte, la ministra Norma Piña, y poniendo en primera fila
a la “pirata” Yazmín Esquivel; la que dice ser del pueblo “bueno y sabio”, Lenia Batres y
Loretta Ortíz, las tres, presumiendo que habían sido invitadas por el gobierno federal.
En el colmo, la señora Esquivel de Rioboó, con cierta dosis de soberbia, aseveró que no
hizo falta para nada el mensaje de la presidenta de la SCJN, Norma Piña Hernández,
como representante del Poder Judicial, porque es de oposición a esta burda reforma al
Poder Judicial y ya se sabe cuál es su posición.
O sea, Esquivel aprovechó para destilar el odio que le tiene a la ministra Piña Hernández.
No le perdona que ésta última se haya convertido en la primera presidenta mujer del
máximo tribunal que por cierto, está viviendo sus últimos días.
Quien se aventó “hasta la cocina”, fue quien presidió en San Lázaro dicha sesión, la
diputada María de los Dolores Padierna, -porque Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo
Monreal andaban prestos y diligentes en Querétaro-, al sentenciar que uno de los
objetivos de Morena, era cambiar la Constitución.
No sobra recordar que desde los tiempos de Andrés Manuel López Obrador, éste
manoseó la Carta Magna a su antojo, así que en el segundo piso de esta errada y
llamada cuarta transformación las cosas podrían ser peores y luego con un Poder
Judicial a modo, pues…
En Estados Unidos, por ejemplo, la carta Constitucional se ha cambiado solo en 27
ocasiones.
El coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Rubén Moreira, adelantó el voto en
contra de sus diputados porque para variar, Morena y sus rémoras hicieron todo vía
fast-track, o como dijo el coahuilense: “todo es a tropezones, todo es enmendando cosas,
creo que este país no se merece lo que está sucediendo”.
Ya en la sesión, el priista Emilio Suárez acusó que la reforma judicial y la elección de
personas juzgadoras cristaliza un ejercicio de desmantelamiento del Poder Judicial
mediante un proceso plagado de irregularidades e inconsistencias. En resumen, el
oficialismo no permitió que accedieran como candidatos a estas elecciones del primer
domingo de junio, perfiles aptos y calificados que reunían todos los requisitos.
Por su parte, la diputada Nadia Navarro, exhibió algunas de las muchas fallas que
tuvieron Morena y sus rémoras en este proceso:
“Qué lamentable que ante la falta de interés para inscribirse en los concursos, hayan
alertado al sistema estatal para llenar las listas de gente que están muy lejos de conocer la
práctica de la impartición de justicia. Lamento aún más la falta de atención de algunos
compañeros y de compañeras diputadas, porque ni siquiera entienden la importancia y la
trascendencia de lo que hoy se discute en esta Cámara de Diputados. La obediencia
perfecta sí existe, y es la de ustedes. La obediencia perfecta sí existe, y es con la falta de
dignidad con la que ustedes han estado legislando desde que se permitió esta mal llamada
Reforma Judicial”.
[email protected]