La discusión que se da en la Cámara de Diputados en torno a la ley contra el nepotismo
que envió la presidenta Claudia Sheinbaum, se ha convertido en la prueba de fuego ni
más ni menos que para el presidente de la Junta de Coordinación Política, (JUCOPO), en
esa instancia legislativa, Ricardo Monreal pues por lo que puede advertirse hasta el
momento, la bancada que coordina amenaza con salirse del carril a días de que ésta llegue
al pleno y el problema que los que empezaron a revelarse fueron los vicecoordinadores de
la bancada morenista, Alfonso Ramírez y Gabriela Jiménez que no consideran al diputado
Monreal “santo de su devoción”.
Como prueba de lo anterior está la división que se empezó a dejar sentir en cuanto la
iniciativa en ciernes llegó a San Lázaro. La amplia bancada del partido guinda se empezó a
fracturar, perdió la uniformidad y lealtad que tanto demostraban en los tiempos de
Andrés Manuel López Obrador y algunos de los diputados se manifestaron a favor de la
posición de la jefa del Ejecutivo para que sea en el 2027 y no en el 2030 cuando la ley
contra el nepotismo entre en vigor así se afecte a quien sea.
O sea, las órdenes que da la presidenta Sheinbaum desde su gustadísima mañanera del
pueblo o a través de llamadas van perdiendo peso o más bien, nunca lo tuvieron.
Una de las primeras en revelarse, como ya se mencionó, fue la vicecoordinadora de la
fracción parlamentaria del partido guinda, Gabriela Jiménez, quien la víspera anunció que
estaba en conversaciones con otras bancadas para sacar adelante el propósito de la
presidenta Sheinbaum, “… para revertir la reforma aprobada en el Senado de la
República y respetar la propuesta original. Apoyaremos a nuestra Presidenta para
fortalecer la democracia con una renovación constante de los cargos públicos y dar
oportunidad a los nuevos liderazgos”.
El caso es que al parecer, Ricardo Monreal dio un manotazo en la mesa y Gabriela
Jiménez canceló la conferencia de prensa que tenía programada para hablar del tema.
Por su parte, Juan Hugo de la Rosa, también morenista, anunció que presentó una
propuesta con el mismo objetivo que la diputada Jiménez, que en ese momento se
discutía en la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara Baja que preside, por
cierto, el flamante diputado por Michoacán, Leonel Godoy Rangel, ahora uno de los más
radicales de Morena.
Explicó el diputado de la Rosa que este es un tema no solo de Sheinbaum Pardo, “sino
de quienes hemos luchado en la vida política del país para que se erradiquen estas
conductas éticamente incorrectas. Por eso creo que es muy importante que pudiera
aprobarse porque es un tema que a la gente le lastima mucho porque sabemos
perfectamente como hay municipios y lugares en el país en los que a partir de la
reelección y el nepotismo, familias se adueñaron del poder”.
La hora de la verdad vendrá, sin duda, cuando se dé la votación en el salón de plenos
porque no hay que escamotear que existe otro número importante de diputados de
Morena que están a favor de que dicha iniciativa entre en vigor para el 2030 y se trata
de los que se ven afectados y con eso de que “el que respira aspira”, pues.
Hay que recordar que en la votación de la ley contra el nepotismo y la reelección, se
requieren dos terceras partes del quorum, y si los vicecoordinadores morenistas están
hablando con otras bancadas, entonces la división correría de adentro hacia afuera de
Morena y ¿cómo pensará controlarla el coordinador Monreal? Ese día, va a medir
quienes están con él y quienes en su contra.
Lo anterior porque el propio legislador zacatecano señaló que sus coordinados estaban
en libertad de expresar su opinión sobre este difícil tema, esto es, lo que antes, cuando
Morena estaba en el PRD, se conocía como el voto de conciencia, pero en esta
coyuntura no parece ser lo más conveniente, ¿o sí?
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