Ayer, volvimos a atestiguar imágenes que nos remiten al pasado reciente, cuando inició
esta errada y llamada cuarta transformación y padres y madres de niños con cáncer se
manifestaron en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México,
en demanda de que se les otorgue el medicamento que requieren sus hijos e hijas para
sus terapias.
Esta escena fue muy común verla en la gestión ni más ni menos que de Andrés Manuel
López Obrador, quien siempre hizo caso omiso de esta problemática, utilizando los
recursos de esta causa para regalar dinero o bien, en vender su deplorable teoría de que
México tendría un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, o crear ese “elefante
blanco” que resultó ser la mega farmacia que en cifras por demás “alegres”, llegó a surtir
cuatro recetas al día y hoy, está prácticamente parada.
Ni qué decir de la manera en que el exfuncionario “star” de esta errada y llamada cuarta
transformación, Hugo López Gatell, se dedicó a ser una especie de aberrante vocero en
defensa del tabasqueño, acusando a los niños y niñas que padecen cáncer, así como a sus
padres, de ser “golpistas” y de utilizar eso políticamente, al tiempo que desmintió, en su
mente un tanto cuanto perturbada que hubiera desabasto de medicamentos oncológicos.
Esto último, -lo del desabasto-, ha sido una constante en esta errada y llamada cuarta
transformación, es decir, nunca se ha surtido al 100 por ciento a hospitales y clínicas del
gobierno y sí en cambio, se tira el dinero en otras cosas; en seguir conservando el voto
para Morena y sus rémoras, pues por lo visto hasta el momento, en la administración de
Sheinbaum, se puede calcular para cuándo quedará resuelto este problema y es
verdaderamente muy desafortunado que los niños con cáncer tengan que vivir esta
lacerante realidad.
La jefa del Ejecutivo no ha sabido manejar aquello de la compra de medicamentos; va por
la misma ruta que su antecesor en ese rubro, a lo mejor porque él mismo así se lo ordenó,
de tal suerte que la mandataria del país no tiene margen de maniobra y de plano, no lo
quiere tener.
Con razón en las felicitaciones de fin de año que se podían ver por las redes, aparecía la
figura de Sheinbaum Pardo deseando mucha salud, “porque medicamentos no va a
haber”, y de eso, desafortunadamente, no queda ninguna duda. Igualmente es posible
prever que la situación de los hospitales que desde hace buen tiempo operan con lo que
pueden ante la falta de insumos, seguirá exactamente igual.
Vaya forma de la presidenta de seguir cumpliendo a pie juntillas las ordenes de su jefe y
mentor desde donde esté, en Palenque o en Cuba.
MUNICIONES
*** Es evidente que la presidenta de México está más preocupada y ocupada con la
llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, de ahí que tuviera la brillante idea de enviar a
su no menos flamante secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez a anunciar “con
bombos y platillos” que como si fuera un as sacado de la manga, esta errada y llamada
cuarta transformación en su segundo piso, acogerá a los migrantes connacionales con el
programa "México te abraza", que contempla la incorporación de éstos a los programas
de bienestar, atención, traslados y hasta la entrega de una tarjeta con 2 mil pesos, que
se supone que les servirá para muchísimo, incluido el regreso a sus lugares de origen. Sin
embargo, muy mal hicieron los cálculos en Palacio Nacional pues eso no alcanza para
nada y peor aún, la responsable de la política interna, dio a conocer que el IMSS, cuyo
titular es Zoé Robledo, los afiliará. Qué, ¿acaso se habrán percatado los funcionarios de
esta flamante y errada administración que dicho Instituto está más que saturado a
punto de reventar? Es necesario reiterar: no hay medicamentos ni medicinas.
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