Resulta ser singular, -por señalarlo de algún modo-, la conducta que han asumido destacados integrantes de la cúpula de Morena una vez que Ovidio Guzmán López se declaró culpable de cuatro cargos de once relacionados con el narcotráfico en una Corte de Illinois y que lo convierte en testigo protegido en Estados Unidos y esa es una enorme piedra en el zapato guinda
Si esa actitud asume la “crema y nata” del morenismo, bien vale la pena preguntarse: ¿qué pasará una vez que rindan su respectiva declaración Joaquín Guzmán López, conocido también como “el Güero” e Ismael “el Mayo” Zambada?
Curiosamente, la audiencia programada para el hermano del “Ratón”, se corrió dos meses y por azares del destino, la fecha cayó en un momento muy patriótico de nuestro país: el 15 de septiembre y eso, definitivamente, distraerá la atención ni más ni menos que de la presidenta Claudia Sheinbaum quien, según se sabe, ya planea la primera ceremonia en la que la primera mujer presidenta dará El Grito desde el Balcón principal de Palacio Nacional, la noche de ese día.
Puede que ese abigarrado escenario desemboque en una situación de pronóstico reservado, de ahí la actitud de la cúpula del partido Morena ante estos hechos y otros más. Y, ¿cuál ha sido ésta?, pues se han mostrado escurridizos, evadiendo apariciones públicas y más no hacer declaraciones a los medios o salir con aquello de que no sabían nada.
COMPLICADO ADÁN AUGUSTO
Al coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López Hernández, se le complica más el panorama porque es bien sabido que a Hernán Bermúdez Requena, -conocido en el mundo de la delincuencia organizada como “Comandante H”-, lo nombró el hoy senador como su secretario de Seguridad en Tabasco y actualmente y desde el mes de febrero, cuenta con una orden de aprehensión en su contra por presuntos nexos con el narcotráfico, específicamente con el cartel “La Barredora”.
Pretextos que rayan en lo absurdo ha esgrimido el exsecretario de Gobernación intentando defenderse y aduciendo a que le montaron una trampa vía la inteligencia artificial. Lo que no podría negar el senador de Morena, es la relación de años que tiene con el hoy fugado Bermúdez Requena, además de que en su momento, la presidenta Sheinbaum Pardo tuvo la feliz idea de apoyar públicamente a Adán Augusto López ante las primeras denuncias que hiciera el gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez de que desde hace tiempo, dicho estado había dejado de ser un Edén para convertirse en un infierno.
Ahora la jefa del Ejecutivo estará viendo las consecuencias de su errada decisión.
Tal situación le vino “como anillo al dedo” ni más ni menos que al gobernador tabasqueño, quien trae una conocida rivalidad política con el coordinador morenista en la Cámara Alta y este caso lo libra un poco del “reguero” que evidentemente dejó López Hernández y quien lo suplió, Carlos Manuel Merino.
Y desde luego, no podía faltar la participación del secretario de Gobierno del estado, José Ramiro López Obrador, -integrante del grupo del gobernador May Rodríguez-, quien manifestó que con este caso “está saliendo toda la pudrición”, con la consabida promesa de que se llegará hasta el fondo. ¿Será?, a lo mejor sí porque eso sería lodo para su rival político que, según se sabe, está escondido debajo de su escaño en la Cámara Alta.
Y por cierto, otro que anda escurriéndose también es el flamante director del INFONAVIT, Octavio Romero Oropeza, quien participa en el grupo que encabeza Javier May.
Un descolón le dio a los medios Romero Oropeza cuando le preguntaron la crisis que vive Pemex y como dejó él a la paraestatal. Hasta enojado se rehusó a contestar a la voz que “del Infonavit lo que quieran”. Otro que se escurre.
MUNICIONES
*** Muy triste está la presidenta Sheinbaum porque el Departamento de Comercio de Estados Unidos confirmó la tasa arancelaria del 17.09% a las importaciones de jitomate mexicano. La jefa del Ejecutivo señaló que se trata de una medida injusta misma que afectará a los productores de nuestro país pero también a los propios estadunidenses. Por otra parte, si bien la presidenta no llegará a enfrentarse directamente con Donald Trump porque sabe que lleva las de perder, tiene que “tragar sapos” porque el gobierno de Estados Unidos le ha demostrado más de una vez que en temas de inteligencia, los norteamericanos ni le van a pedir permiso ni explicación alguna porque esos temas de inteligencia lo consideran de seguridad nacional.
