Las irregularidades y por qué no decirlo, trampas abiertas y descaradas que hizo el partido
Morena, quedaron al descubierto aquel primer domingo de junio en las elecciones
judiciales que en resumidas cuentas, resultaron ser un circo guinda con un altísimo
abstencionismo y no participación y aun así no deja de ser desconcertante que el Instituto
Nacional Electoral que encabeza Guadalupe Taddei, haya dado validez a dichos comicios,
pese a toda la porquería que sigue saliendo como que candidatos de dudosa reputación,
acusados de violación, hayan participado en dicho amañado proceso que ahora ya no
saben los morenistas como tapar.
Por eso, es de reconocimiento que el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno
Cárdenas, acompañado del coordinador de los diputados del tricolor, Rubén Moreira; el
coordinador en el Senado de la República, Manuel Añorve; la secretaria general del
Revolucionario Institucional, Carolina Viggiano; Jorge Meade, secretario de Organización,
entre otros, se apersonaron en las instalaciones del INE para entregar sendo expediente
en el que se pide anular las dizque elecciones judiciales por diversas violaciones, la
principal, el tan llevado y traído tema de las “acordeones”.
Efectivamente y como lo apuntó el dirigente priísta, la citada elección fue diseñada para
excluir y favorecer al poder y bien puede concluirse que la voluntad popular fue
distorsionada porque grupos afines al gobierno controlaron estos cuestionados comicios.
Incluso, como se recordará, los de Morena ya tenían listos los resultados con toda
antelación y solo les hacía falta la simulación.
Otro punto fundamental en el que hizo énfasis Moreno Cárdenas, es que efectivamente
varios de los participantes hicieron campaña abierta en mítines del partido Morena, que
tuvo a bien extenderles la alfombra guinda y no faltan, desde luego, los que están
señalados por incurrir en conductas ilegales e incluso, de tener nexos con el crimen
organizado y eso a todas luces es ilegal.
Frente a situaciones como ésta, es cuando se podría preguntar por qué Bernardo Bátiz,
quien recibió su premio por parte del partido Morena, ya tiene su constancia de mayoría
como integrante del Tribunal de Disciplina Judicial, sigue insistiendo en defender lo
indefendible. Cuestión de reparar en que pese a abucheos y cuestionamientos que no
puede ni sabe contestar, Bátiz no deja de repetir que el Judicial es el único poder que no
era democrático y era necesario que se democratizara y en el colmo, explicó que las tan
llevadas y traídas “acordeones” eran un mecanismo que encontraron los mismos
ciudadanos para facilitar el voto, no para inducirlo.
Y lo peor es que consejeros del INE como Uuk Kib Espadas apoya esta versión a la voz de
que no hay evidencia de lo contrario. ¡Qué tal!
Ahí está el “Poder Judicial con rostro humano” del que tanto ha venido alardeando Bátiz,
en lo que parece más una necedad, -muy alejada de la realidad-, propia de su avanzada
edad, que a otra cosa.
Defender lo indefendible, precisamente, es la tarea que ahora les han encomendado a los
ganadores de este cuestionado proceso. Otra prueba de ello es cómo quien será
presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar, muy ufano, por
cierto, salió con aquello de que a él, no lo puso en ese puesto nadie; lo colocó ahí el
pueblo. ¿Será el bueno y sabio del que tanto echó mano Andrés Manuel López Obrador?,
porque si de algo no puede desligarse el flamante señor Aguilar es de sus nexos con el
tabasqueño que fue “la mano que meció la cuna” para ponerlo en la silla principal de la
Corte.
FERNÁNDEZ NOROÑA Y SU PAPELAZO
Otro que también se dio a defender lo indefendible fue el controvertido presidente de la
Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien acusó que
la dizque elección Judicial, “ha generado una resistencia enorme de la derecha, de los
conservadores, de los poderes, de quienes se creían dueños del país y han buscado
descalificar la elección democrática de las personas juzgadoras”.
Democrático, es el término que menos debería de utilizar el senador al que ya se le va a
acabar el cargo de presidente de la Cámara Alta porque lo que estuvo ausente en ese
proceso, fue el voto universal, secreto y directo.
También es absolutamente falso que dichos cuestionados comicios fueron “un parteaguas
en la historia de nuestro país, no sólo en la historia del Poder Judicial sino en la historia de
nuestro país”.
No de muy buen ánimo, Fernández Noroña reconoció que estas elecciones se pueden
mejorar, algo que es imposible porque el partido Morena siempre seguirá favoreciéndose
de estas artimañas.
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