¿Exigirá Fernández Noroña disculpas públicas a Ricardo Anaya?
Y mientras la presidenta Claudia Sheinbaum sigue haciendo un coraje tras otro por tantos
pendientes que se le acumulan como: una mesa más, la cuarta, con la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación, (CNTE) totalmente infructuosa y con violencia
por parte de los maestros de Guerrero aglutinados en la CETEG, en las inmediaciones de la
Secretaría de Gobernación por la falta de respuesta por parte del gobierno y para colmo,
la Coordinadora anunció que llegarán más maestros que se dicen engañados porque una y
otra vez esta llamada y errada cuarta transformación les dice que hay diálogo y es más
bien un monólogo.
¿Será que la CNTE no “quita el dedo del renglón” porque sabe la tajada que puede sacar
de este conflicto? La historia de la Coordinadora es prueba de que es un movimiento
politizado y la pregunta sigue en el aire, ¿quién paga la estancia y comida de los
integrantes de la CNTE?, ¿quién va a sufragar los gastos de los maestros que llegarán en
las próximas horas a la Ciudad de México?
Además, otro dolor de cabeza para Sheinbaum pues está también la amarga noticia con la
que se tuvo que desayunar por los aranceles que el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump impuso al acero y aluminio del 50 por ciento, ¡qué pena! porque la presidenta ya
se sentía la “wonderfull woman” que había podido domar al controvertido mandatario
estadunidense al que al parecer ya no quieren ni en su propia tierra por la crisis que ha
desatado y, encima de todo lo anterior, los constantes señalamientos y críticas que a
diario recibe su “democrática y maravillosa” dizque elección judicial.
Se volvió totalmente irrisoria la versión de que después de estas aberrantes y absurdas
elecciones judiciales, como lo dijo Sheinbaum Pardo nuestro país se volvería “el más
democrático del mundo”. Nada de eso, es evidente que vamos camino a la dictadura.
COMISIÓN PERMANENTE Y ELECCIONES JUDICIALES
Y para variar, la sesión de la Comisión Permanente se volvió un durísimo intercambio
entre Morena, sus rémoras y la oposición, teniendo en el centro de la discusión las
controvertidas elecciones judiciales. Sin duda, resulta impensable y absurdo que en unos
comicios en los que uno de cada diez mexicanos se supone que votó y lo hizo mediante
“acordeones” para inducir de la manera más descarada al voto, los legisladores opositores
se quedaran de brazos cruzados limitándose a escuchar el discurso pírrico y triunfalista del
oficialismo.
De acuerdo a los especialistas, la preocupación reside en cómo se garantizará el tener
juzgados imparciales y tribunales independientes porque por el solo hecho de que hayan
sido dizque electos no garantiza en lo más mínimo eso.
En la Permanente, el coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados,
Ricardo Anaya, fue uno de los legisladores que le dio con todo a la aberración que fue la
elección judicial y abiertamente encaró a un pusilánime Gerardo Fernández Noroña.
“La mal llamada elección judicial fue un cochinero, un fraude, una marranada, una
porquería y un auténtico desastre”, señaló Anaya, al tiempo que destacó el ausentismo y
denunció como se llenaron las boletas en una ilegal práctica sin dejar de criticar también
“la feria de acordeones”
“Como dice el popular refrán, la caca flota y ya empezó a flotar”, sentenció el coordinador
panista en alusión a la simulación de la elección judicial.
Fernández Noroña le cortó el micrófono a Ricardo Anaya y le pidió que guardara respeto,
pero lo que más le irritó al cultísimo presidente de la Mesa Directiva del Senado de la
República, es que Anaya lo llamara cobarde; eso sí lo puso de malas en algo que siempre
pasa cuando le dicen sus verdades.
El ahora flamante morenista, le pidió al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio
Gutiérrez Luna que ocupara su lugar en la Mesa Directiva, porque se supone que él iría a
reclamarle a su curul al coordinador panista y lo llamó “pedazo de… político”
Quién lo diría, Fernández Noroña pidiendo que se evite el lenguaje escatológico cuando él
en su persona no es capaz de tener la más mínima higiene, olvidando los escándalos y
pleitos que ha protagonizado. Ahora solo faltaría que el flamante senador Noroña quiera
una sesión pública para que Ricardo Anaya le ofrezca pública disculpas, algo que nunca va
a suceder, así que ni ilusiones se haga el morenista.
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