Por consejo de sus asesores, que esta vez a ver si le atinaron; por las regañadas en Palacio
Nacional, porque es difícil penar que en Palenque lo hubieran podido reprender; por ver
todo lo que está perdiendo, el caso es que el todavía coordinador de la fracción
parlamentaria de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López Hernández,
se dejó ver ayer ni más ni menos que por la sesión de la Comisión Permanente. Llegó con
la misma cara larga que ha traído desde que asistió al Consejo Nacional del partido
Morena y cuando los reporteros intentaron sacarle alguna declaración, de plano se negó
porque no quiere que ni de lejos le nombren a quien fuera su secretario de Seguridad
Publica en Tabasco, el fugado Hernán Bermúdez Requena.
En los corrillos de la Permanente, mucho se comentó que el exsecretario de Gobernación
debería de seguir el consejo que a distancia le dio el senador Alejandro Moreno Cárdenas
en cuanto a retirarse de su cargo y su separación de la Junta de Coordinación Política,
(JUCOPO), por considerar que su permanencia en estos puestos daña seriamente la
credibilidad del Legislativo.
Esto lo debería hacer López Hernández para estar en condiciones de responder a los
muchos señalamientos que lo tienen pendiendo de un hilo.
Lo anterior lo solicitó la bancada del PRI en una conferencia de prensa que ofreció en la
que acusó además a varios gobernadores morenistas como el tamaulipeco Américo
Villarreal; el ya tristemente famoso Rubén Rocha Moya, de Sinaloa; Alfonso Durazo, de
Sonora; la siempre dilecta gobernadora de Campeche, Layda Sansores, -encargada de
reactivar la andanada en contra de Alejandro Moreno-, por presuntos vínculos con la
delincuencia organizada.
Bueno, hasta sus vínculos familiares le recordaron a López Hernández con el
exgobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, que dejó a ese estado con tremendo tiradero,
así como a quien llama su “hermano”, Andrés Manuel López Obrador y el vacacionista
número uno de esta errada y llamada cuarta transformación ahora en su segundo piso,
Andy López, igualmente por presuntos nexos con la delincuencia organizada.
La denuncia presentada por los tricolores ante la Fiscalía General de la República, (FGR),
no es asunto menor, al contrario, ya que escalará a instancias internacionales donde por
cierto el oficialismo no es muy bien visto y si no, que le pregunten al presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, que no piensa dar prórroga a los aranceles de alrededor
del 30% que impondrá a México a partir de mañana. ¿Será?
LEGISLADORES DE MORENA HACEN SU TAREA
Y se reitera, pendiendo de un hilo que cada vez se hace más delgado, está el exsecretario
de Gobernación y tan lo saben los legisladores del partido Morena que hicieron la tarea y
ayer, en la sesión de la Permanente, evitaron que en la tribuna se abordara el tema del
“comandante H”.
Como se recordará, la semana pasada, el flamante presidente de la Mesa Directiva de la
Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña, por todos los medios y como buen censor,
impidió que dicho punto estuviera en el debate, pero eso sí, se dio tiempo para defender
ni más ni menos que a Andy López a la voz de: “¿quién dice qué es lujo?”.
Ayer fue la senadora morenista Imelda Castro Castro la que se dio a la tarea de impedir
que tocaran “ni con el pétalo de una coma” al vapuleado Adán Augusto López, yéndose
por el puro “corcholatazo”, es decir, asuntos que no tienen mayor trascendencia.
Una muestra de esto fue cuando el coordinador de los senadores del PAN, Ricardo Anaya,
le reclamó a Castro Castro que impidiera que el diputado panista Federico Döring
intentara meter el tema Hernán Bermúdez en el debate.
Las conferencias de prensa que ofrecieron tanto el PRI como el PAN, incomodaron
muchísimo no solo en el Senado, también en Palacio Nacional, donde por cierto, ya no
saben dónde poner al “hermano” de López Obrador. Y es que también los albiazules
exigieron una investigación exhaustiva y a fondo en el caso del exsecretario de Seguridad
en Tabasco.
Es más, el senador Anaya remató que este, “no es un caso aislado, sino un patrón, porque
estos vínculos de Morena con el crimen organizado se ven en Sinaloa, Tamaulipas y en
Baja California”.
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