Por Elvya Martínez González
Indudablemente, la lucha por la vida no es nada sencilla, y menos cuando un ser diminuto, indefenso y vulnerable a tu entorno se aferra con fuerza a la sobrevivencia, ellos son los bebés prematuros.
Son varios factores que pueden determinar que una embarazada corra mayor riesgo de sufrir un parto prematuro, por ejemplo, un parto prematuro anterior, embarazos múltiples con mellizos, trillizos, etc., algunas afecciones médicas crónicas, como hipertensión, diabetes, infecciones o embarazo en la adolescencia, cita la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional: prematuros extremos (menos de 28 semanas); muy prematuros (28 a 32 semanas), y prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas). El parto inducido y el parto por cesárea no deben planificarse antes de que se hayan cumplido 39 semanas de gestación, salvo que esté indicado por razones médicas.
De acuerdo con datos de la OMS, al año en el mundo nacen alrededor de 15 millones de niños y niñas prematuros, el 60% en África subsahariana y en Asia meridional. En México, las cifras de la Secretaría de Salud registran más de 200 mil nacimientos prematuros anualmente.
Una historia de éxito sobre el tema es narrado por Karla Corral Herrera, quien hace cinco años dio a luz a su bebé prematuro con una enfermedad que le amenazaba con no poder hablar ni caminar, ahora cuenta con alegría que su hijo, de nombre Jesús, evolucionó manera sorprendente y goza de total salud.
Recordó como su bebé nació en la “Gine” con una prematurez de 25 semanas de gestación, una talla de 22 centímetros y un peso de 780 gramos. Para Jesús no había muchas esperanzas de vida porque además al nacer padeció un derrame intraventricular con posible secuelas como no hablar, no caminar, no levantarse y sin embargo, salió adelante y ¡aquí está!
También resaltó que su hijo fue operado de los ojos al nacer, pero con la supervisión médica y los excelentes cuidados de las enfermeras de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 23 de Ginecología y Obstetricia del IMSS en Monterrey, salió adelante. Ahora, a sus 5 años de edad no ha tenido secuelas, es sano y juguetón, comentó orgullosa la señora Herrera Martínez.
“Ahora me siento feliz, nosotros somos de Victoria y teníamos la inquietud de dar nuestro testimonio, porque me pongo en el lugar de las mamás que ahora están en la situación que viví, y quería darles el ejemplo, enseñarles a mi hijo, que lo conocieran, que sí se puede, sacar a nuestros hijos adelante, ellos son guerreros”, expresó con gran satisfacción.
“Tuvimos una atención excelente, los doctores son muy buenos, muy accesibles, poco a poco nos ayudaron a entender muchas cosas, las madres de bebés prematuros deben tener la tranquilidad de que sus hijos están en buenas manos”, indicó.