El cantautor español brilla en su debut en tierras aztecas, compartiendo escenario con leyendas como Fernando Delgadillo, Edgar Oceransky y Alejandro Filio, y dejando claro que su música trasciende fronteras.
El Festival Versos y Raíces, ese espacio sagrado para la trova y la poesía musicalizada, vivió un momento histórico el pasado sábado en el Auditorio del Centro Cultural Teopanzolco. Entre figuras consagradas como Fernando Delgadillo, Edgar Oceransky y Alejandro Filio, un nombre resonó con fuerza propia: Javi Robles. El cantautor español, en su primer viaje a México, no solo logró conmover al exigente público morelense, sino que se fue con una ovación que confirmó algo: su arte ya tiene un hogar en Latinoamérica.
En un debut que parecía un regreso, Javi Robles subió al escenario como acto de apertura del concierto de Fernando Delgadillo. Lo que siguió fue magia pura. El artista tejió con su música un diálogo íntimo con el público, mezclando canciones llenas de honestidad con anécdotas que derribaron cualquier barrera cultural. Desde el primer acorde, quedó claro que su música —profunda, socialmente consciente y melódicamente impecable— no necesita pasaporte para llegar al corazón.
El cariño fue tan inmediato que entre el público se escucharon gritos de «¡Javi, ya eres mexicano!», una muestra del flechazo entre el artista y un país que siempre abraza a los trovadores que hablan con el alma. «Nunca imaginé recibir tanto amor en mi primera vez aquí», confesó Robles, visiblemente emocionado.
Que Javi Robles haya compartido cartel con Fernando Delgadillo, Edgar Oceransky y Alejandro Filio no es un detalle menor. Estos nombres son pilares de la trova iberoamericana, y que un artista español emergente, pero con una trayectoria ya sólida en España se gane un espacio entre ellos habla del potencial universal de sus letras.
Delgadillo, célebre por canciones como «Entre Pairos y Derivas», y Filio, autor de himnos generacionales como «Alta Suciedad», son referentes de una tradición musical que Javi Robles parece heredar y renovar. «Es un honor estar aquí, al lado de artistas a los que he admirado toda mi vida», declaró el español, quien además destacó la conexión entre la trova mexicana y el folk protesta español.
Uno de los momentos cumbre de la noche fue la interpretación de «Guerra Mundial», sencillo que se ha convertido en un emblema para Robles. La canción, un crudo y poético retrato de la desigualdad social, ha resonado fuertemente en México, donde las luchas por la justicia y la crítica al poder son temas recurrentes en la música tradicional.
«Guerra Mundial no es solo una canción, es un grito compartido», explicó Javi. El tema, que ya acumula miles de reproducciones en plataformas digitales, fue coreado por el público, confirmando que su mensaje trasciende geografías. En un país como México, donde la trova siempre ha sido un altavoz de las causas sociales, el éxito de esta pieza no es casualidad.
Esta presentación no fue solo un concierto: fue la consagración de un artista que llega para quedarse. Javi Robles demostró que su música —anclada en el folk pero con ecos de rock y poesía urbana— tiene un lugar en el panorama iberoamericano. «México me ha dado tanto en un solo día que sé que esto es el inicio de algo grande», adelantó, dejando entrever futuras colaboraciones y giras.
Mientras el Festival Versos y Raíces cerró con broche de oro, una cosa quedó clara: Javi Robles ya no es un secreto solo para España. México lo adoptó, lo ovacionó y, sobre todo, le dejó claro que su arte ya era necesario aquí. La trova tiene un nuevo nombre, y viene con acento español pero eco latinoamericano.