Las verdaderas fricciones entre el proyecto económico lopezobradorista de la 4T, los lineamientos de mercado muy estrictos del T-MEC y la propuesta de reconstrucción económica estadounidenses de MAGA se esconden detrás de los voluntarismos agresivos del presidente Donald Trump.
En sus dos incursiones en la presidencia, Trump ha tocado de manera muy certera el problema del narcotráfico en Estados Unidos que tiene su origen en los cárteles denunciados como protegidos del Gobierno mexicano. Sin embargo, así como de manera inopinada se sacó de la manga la carta del narcotráfico mexicano y la posicionó en documentos oficiales de la Casa Blanca, de esa misma manera decidió disminuir las presiones sobre México en materia de cárteles protegidos.
Trump dio casi todos los pasos para tomar el control de la estrategia estadounidense contra los cárteles mexicanos, pero en el último instante dio un golpe de timón y dejó sueltos esos hilos: denuncias de que México es un narcoestado, declaraciones de que los cárteles mexicanos están protegidos por el gobierno mexicano, insistencias de que el contrabando de fentanilo a EU es culpa de México, caracterización oficial de terroristas a seis cárteles mexicanos, aprobación formal para el envío de boinas verdes expertos en contrainsurgencia delictiva para capacitar a marinos mexicanos e instrucciones al Departamento de Estado para preparar incursiones en México contra bandas del narco.
Trump cometió un error estratégico propio de quienes desconocen el funcionamiento de las instituciones del Estado: decretó el uso de aranceles propios del comercio exterior y regulados de manera estricta como tarifas de castigo contra México y Canadá condicionando a que estos dos países –que constituyen las fronteras tijera de EU– disminuyeran el tráfico de fentanilo al interior del territorio estadounidense y que los mexicanos destruyeran –no controlaran– las estructuras del narco en México.
Todo iba bien hasta que comenzaron a llegar al a la Oficina Oval de la Casa Blanca las informaciones de inestabilidades comerciales y especulativas en las bolsas por la forma atrabiliaria de usar instrumentos comerciales con efectos de crisis en la economía mundial. En efecto, la guerra de aranceles solo en los tres países del T-MEC iba a afectar el precario equilibrio en el comercio exterior internacional que ya había estado padeciendo conflictos desde el hoyo recesivo de la pandemia en 2020.
En la Casa Blanca se percataron con claridad del desajuste que provocaría en la economía estadounidense la decisión de Trump de reconcentrar empresas dentro de Estados Unidos como una decisión de suyo contraria al T-MEC y el castigo arancelario a México y Canadá que provocaría respuestas arancelarias que impactarían las importaciones estadounidenses del Tratado. La suma de estos variables hubiera hundido las expectativas bastante precarias del PIB estadounidense para este año y el próximo.
El modelo de reconstrucción económica de Estados Unidos que planteó Trump tendría que tardar varios años en ser funcional, pero en el camino generaría sobresaltos recesivos y rupturas de cadenas productivas que funcionan de alguna manera. El problema no era la decisión de un presidente de Estados Unidos, sino la puesta en operación de un proyecto que habría que pasar por la declaración de terminación del T-MEC que sigue beneficiando a los productos estadounidenses.
El presidente Trump no supo mezclar comercio con narcotráfico, sus declaraciones tronantes generaron agitaciones en las políticas de seguridad de Estados Unidos y al final no tomó la decisión extrema de atacar a los cárteles mexicanos dentro de México. En respuesta, México hizo muchas concesiones de soberanía, pero al final se negó a tomar la decisión de atacar operativamente las estructuras territoriales del narco en Sinaloa y anunció un mitin político de cohesión interna de la mayoría morenista gobernante.
De acuerdo con expertos en comercio exterior, Trump ya no podrá usar los aranceles ni siquiera como amenaza porque los mercados se lo impedirían, tampoco trabajó acuerdos concretos con México para operativos específicos contra cárteles en funcionamiento y solo se tendrá que conformar que México solo aumente el decomiso de fentanilo ya en circulación, pero continúen funcionando los laboratorios que fabrican esa droga química.
En términos concretos, Trump perdió su jugada de inicio de gobierno y solo fortaleció a las administraciones de México y Canadá que no confían en su vecino de en medio.
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Política para dummies: la política consiste en decidir, no en amenazar.
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