La fibromialgia es una condición crónica y compleja que afecta a millones de personas en el mundo, caracterizada principalmente por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga constante y problemas para dormir, además de efectos secundarios que afectan el estado de ánimo y la memoria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que aproximadamente un 2% de la población mundial padece fibromialgia. Sin embargo, su prevalencia varía según la región y, en México, la Secretaría de Salud estima que un 4.8% de la población vive con esta enfermedad; Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar fibromialgia. De hecho, más de 80% de pacientes con fibromialgia son mujeres mayores de 30 años.
Para muchas personas, la fibromialgia incluye síntomas que van desde dolores de cabeza hasta trastornos digestivos, ansiedad y depresión. A pesar de no conocerse una causa exacta ni una cura, existen tratamientos para manejar sus síntomas, y uno de los métodos que ha ganado popularidad en la fisioterapia es la inducción miofascial. Esta técnica manual busca liberar restricciones en el tejido fascial, una red de tejido conectivo que rodea músculos y órganos, sin forzar el estiramiento. A través de ligeras compresiones y tracciones, esta terapia ayuda a recuperar la movilidad del tejido, reduciendo así el dolor y mejorando la movilidad de las personas con fibromialgia.
El Dr. Andrzej Pilat, fisioterapeuta, creador del método de Inducción Miofascial y director de la Escuela de Terapias Miofasciales Tupimek, explica que esta técnica permite al paciente recuperar movilidad sin añadir incomodidad. «La inducción miofascial ofrece alivio sin agregar presión al cuerpo, ayudando a reducir el dolor y mejorar la movilidad. Es una forma de restaurar el bienestar físico de manera respetuosa con la sensibilidad de cada paciente».
Además de ser no invasiva, la inducción miofascial se adapta a la tolerancia de cada persona, lo que la convierte en una opción para quienes tienen sensibilidad a la presión física, siendo útil para mejorar patrones de sueño y reducir los puntos de dolor o “puntos gatillo” que suelen acompañar esta enfermedad.
El Dr. Pilat estará impactiendo un diplomado sobre esta técnica en la Universidad AMERIKE del 28 de noviembre al 3 de diciembre, donde compartirá sus conocimientos y experiencia en el tratamiento de pacientes con esta y otras condiciones. La terapia miofascial representa, así, una herramienta de apoyo tanto para el manejo físico como emocional de quienes viven con esta compleja condición, ayudando a mejorar su calidad de vida.