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Lo dije, ratifiqué y sostengo que Andrés Manuel López Obrador, nunca fue, ni será
Presidente de México, es el eterno candidato presidencial (perdedor) porque no sabe, no
puede, no quiere asumir el compromiso protestado el 1 de diciembre de 2018, ante la
nación, sencillamente porque al Peje no le interesa sujetarse al deber de velar por los
intereses, calidad de vida, seguridad y futuro promisorio de 130 millones de mexicanos
porque nos odia, no le interesamos. Sólo le han sido útiles (sus 30 millones de chairos,
pejezombies, aduladores, “pagados”, larvas etc.), pues al resto de los ciudadanos nos
detesta, ignora, no respeta, es abúlico.
Jamás ha asumido el papel de Jefe del Estado, por nulidad, opacidad, carecer de perfil
profesional, sin control de confianza, corrupción, nepotismo, avaro (del dinero ajeno),
venganza, especulador (persona servidora pública que se queda con el dinero que debía
administrar para beneficio social), porque no nació para ello. Le ha resultado más lucrativo
($) ser opositor, contestario, inconforme, pues no asume compromisos formales, sólo
demagogia, promesas sin cumplir, falto de palabra, como lo ha hecho a lo largo de 5 años
de fallido sexenio.
Andrés Manuel tiene 2 prioridades: poder y dinero. Mucho dinero. Recur$o$, desde luego,
no propios, sino del pueblo. Para eso llegó el 1 de diciembre de 2018 a Palacio Nacional,
para desde el poder acceder libertinamente al dinero público para su beneficio, de su
parentela (su huevones hijos José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López
Beltrán, de Jesús Ernesto López Gutiérrez). De sus hermanos, primos, cuñadas, nuera,
sobrinos. De su primer círculo de malandrines (Claudia, Mario, Alejandro Esquer, Rocío,
Manuel, Delfina (fina para la tranza), Gertz, Octavio, Napito, Luisa María, Cuitláhuac,
Citlalli, Alfonso. Rosa Icela, Luis Crescencio, Córdova Campos, Taddei, Ojeda Durán,
Lety Ramírez, y demás caterva)
López Obrador desde el primer día de su desafortunada llegada a la presidencia de la
república mostró su objetivo: cobrar venganza a los mexicanos, empezando por la
burocracia nacional: despidió a más de un millón de trabajadores, desapareció instituciones,
programas, descentralizadas, apoyos oficiales, con los que echó a la calle a empleados
federales, así, valiéndole madres, quitar plazas, salarios, prestaciones, derechos, la
tranquilidad de una pensión o jubilación. Millones de personas (integrantes de familias)
afectadas, que de la noche a la mañana, la cabeza de familia, se quedó sin empleo.
Quitó a los padres burócratas el derecho constitucional de las guarderías infantiles. Echó a
la calle a los pequeños que ahí maduraban su vida inicial. Después se fue contra lo más
sagrado de un mexicano: su derecho legal a la salud. Lo más cobarde que un hombre con
poder (sólo 6 años) puede hacer. López Obrador ordenó a Jorge Alcocer, Secretario de
Salud y a Hugo López Gatell, Subsecretario, suspender, frenar la atención médica y
medicación oncológica pediátrica a más de 3 mil 500 niños con cáncer, entre 2019 y 2023,
bajo el inhumano y peregrino argumento de austeridad republicana, que motivó suspensión
de quimioterapias, tratamientos especializados en proceso, consultas programadas.
Esta cobarde decisión provocó la muerte de esos pequeños… y contando, más la
impotencia, ira, desesperación, decepción de los padres de familia que nada pudieron hacer
contra un poder fáctico, perverso, cobarde que oficialmente dejó morir a 3500 infantes
indefensos, enfermos, postrados en una cama de hospital sin que la autoridad obligada a
atenderlos hiciera nada, por miedo a contrariar la orden de un enfermo mental.
¿Y saben una cosa más que argumentó López Obrador para dejar morir a los pequeños? Se
lo digo: “atender esta situación implicaría gastar (leyó bien, gastar, auxiliar, no invertir o
destinar) mucho dinero en ellos. Tenemos otras prioridades. Es muy caro para el
presupuesto en salud destinar una partida especial para niños con cáncer”… Así lo dijo.
Pues bien, ese dinero, que no destinó a los niños enfermos, lo gasta, créanlo, es verdad, en
sus 3 obras faraónicas: Central Avionera Felipe Ángeles, Tren Maya y Refinería Dos
Bocas, que a 4 años de la fatal decisión, son inoperantes, improductivas, innecesarias y
dilapidan los Presupuestos de Egresos de 2019 a 2023, pues las tres son subsidiadas con
recursos públicos, más asignaciones extraordinarias cuyos beneficiarios directos son: Luis
Crescencio Sandoval y los “moches” súper cuantiosos para Andrés Manuel López
Obrador… Para eso quiso el poder, para hurtar dinero
LA DANZA DE LOS MILLONES
Andrés Manuel López Obrador, desde el inicio de la T4a, advirtió que él supervisaría,
manejaría, dispondría, asignaría las finanzas del Estado, por lo que Carlos Urzúa, Arturo
Herrera y Rogelio Ramírez de la O, Secretarios de Hacienda, serían sólo floreros, en
pasillos y oficina de Palacio Nacional. Las decisiones las toma Andrés Manuel, ¿por qué?,
¡Aah, porque ahí está el dinero, las tranzas, los cochupos, los “entres”, el arca abierta!
Ha manejado a su antojo los dineros de los Programas –cachavotos- Sociales, que desde
Hacienda, Cámara de Diputados y sus Presupuestos, diseña año con año. Para ello utiliza su
brazo operador Alejandro Esquer Verdugo, secretario particular y Denis Zaharula Vasto,
encargada de las finanzas de la Oficina de la Presidencia de la República, en donde se
acopian recur$o$, entregados al ejecutor de compra de votos, conciencias, lealtades: la
Secretaría del Bienestar, que prostituye a los ejércitos de “convencimiento” como jóvenes
construyendo el futuro, sembrando vida, pensión a adultos mayores, servidores de la
nación, becas para el bienestar “Benito Juárez” de educación básica, pensión a las personas
con discapacidad, entre otros.
Sin embargo, recordarán, suspendió el presupuesto para la atención médica y medicación
para niños y adultos con cáncer. Como decimos en el argot periodístico, “ni los niños ni los
muertos votan”, esos no le interesan.
El macuspano no tiene llenadera cuando de robar dinero público se trata. Desglosaré la
dilapidación (no inversión) de los 3 proyectos vanidosos, egocéntricos, faraónicos,
perversos, fatuos, humillantes (para más de 55 millones de clasemedieros, pobres y pobres
extremos), que inició con la cancelación (75% de avance) del Nuevo Aeropuerto
Internacional de México, (NAIM), que por capricho y venganza contra la Nación y la
Iniciativa Privada impuso López Obrador, cuya indemnización a los propietarios de la obra
cuesta al dinero de los mexicanos 113 mil 327 millones de pesos, a los que hay que sumar
104 mil 532 millones, por la rehabilitación de la vieja y obsoleta Base Militar de Santa
Lucía, pomposamente bautizada como AIFA, que a dos años de su “inauguración” es
inoperante. No aterrizan las poderosas líneas aéreas de Estados Unidos, Gran Bretaña,
Alemania, Emiratos Árabes, Francia, Italia, Japón, China, Suiza, España, Canadá, etc. Para
sostenerse es subsidiada por la SHCP. Sólo pierde dinero, No aporta al desarrollo
económico del país.
Tren Maya, en 2020 se autorizó (López Obrador) un presupuesto inicial de 156 mil
millones de pesos. A lo largo de 4 años (a 2023) se le han inyectado más recursos
extraordinarios, hasta llegar, ahora, a 362 mil millones; es decir, 132% más del proyecto
original. Para el próximo año se le destinarán más millones de pesos.
Refinería Dos Bocas, en 2020 el Peje y la Cámara de Diputados aprobaron un presupuesto
de 8 mil millones de dólares. Tanto Rocío Nahale, Secretaria de Energía, igual de rapaz y
depredadora de dinero ajeno, como Andrés Manuel, a lo largo de 4 años ha exprimido el
presupuesto federal al solicitar (y aprobarle) extensión de financiamiento hasta llegar en
2023 a superar los 21 mil millones de dólares. Obra “inaugurada” en marzo de 2022 y
hasta le fecha no ha refinado un solo barril de petróleo crudo,
Eso sí, Nahale fracasó en sus proyectos sexenales de energía y petróleo, pero ya se apuntó
con la bendición y “dedazo” de López Obrador como aspirante a la gubernatura de
Veracruz, por Morena, pero resulta que la cínica nació en Zacatecas y pretende contender
por Veracruz. ¡¡Vaya sinvergüenzada, cinismo, descaro y podredumbre!!
Lo cierto es que, de esta danza de los millones, nadie informa, precisa o aclara si todas las
cifras, ultra, multi millonarias se han utilizado en realidad o totalidad, pues ni López
Obrador en sus disque informes de gobierno, las Secretarías de Energía, Función Pública,
Hacienda, la Auditoría Superior de la Federación (Cámara de Diputados), el INAI, Pemex,
dan cuenta peso por peso sobre la dilapidación de las arcas públicas.
Seguro, como cada vez que López O brador y su administración “esconden” información a
la que tiene derecho los mexicanos, toma la decisión de encriptar, proteger, ocultar, hasta
por décadas, bajo el pendejo argumento de Seguridad Nacional, para que no sepamos qué
porcentaje de ese dinero (obras faraónicas) en realidad se usó (no invirtió) por lo que “ante
el vacío de información, ese hueco se llena con rumores” lo que me lleva a pensar que más
del 75 por ciento se dilapidó y el 25% se queda en las manos manchadas de corrupción,
engaños, mentiras (más de 105 mil en 5 años), pravedad de Andrés Manuel López
Obrador, su parentela y larvas ciegas.
Dinero, poder, dictadura, “tengo otros datos”, gobierno de un solo hombre, corrupción,
impunidad, nepotismo, son los signos vitales de este perverso, nacido para fracasar.
Como dije al principio de la Entrega, Andrés Manuel ha fracasado toda su vida. Si bien
hoy, detenta el cargo más importante del país, es un fiasco, porque no sabe gobernar, jamás
ha demostrado ser jefe de Estado. Es el eterno candidato presidencial y nunca veló por los
intereses de la Nación, seguridad, calidad de vida, salud, educación, futuro promisorio de
130 millones de mexicanos, incluidos sus chairos.
AMLO es un don nadie, mediocre
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales revistapeninsular.com.mx,
aldeadigital.mx, bajosello.org, endirecto.mx, lagacetametropolitana.com, algrano.mx