Aunque el primer caso conocido de mieloma múltiple (MM) se documentó en 1844 y la capacidad de tratar esta forma de cáncer de sangre continúa evolucionando a medida que crece nuestra comprensión de los fundamentos celulares. Un equipo de investigación del Hospital Houston Methodist, ha arrojado nueva luz sobre las interacciones entre las células del MM y los adipocitos (células de grasa), creando un posible nuevo enfoque para desarrollar terapias contra este tipo de cáncer.
Como el segundo cáncer hematológico más prevalente en los Estados Unidos, el mieloma múltiple representa más del 10 por ciento de todos los cánceres de sangre. Si bien las terapias actuales, como bortezomib y carfilzomib, tienen un éxito modesto, los pacientes experimentan una alta tasa de recaída, resistencia terapéutica o enfermedad refractaria después del tratamiento.
A nivel celular, el mieloma múltiple es causado por la expansión de células plasmáticas productoras de anticuerpos dentro de la médula ósea. Los abundantes adipocitos dentro de la médula ósea contribuyen al desarrollo y la patogénesis del mieloma múltiple al participar en su crecimiento, mediar la génesis de los tumores inducida por la obesidad, reclutar células tumorales a áreas de los huesos específicas donde puede, incluso, influir en la diferenciación y actividad de osteoclastos y osteoblastos. Curiosamente, los adipocitos de la médula ósea también contribuyen a la resistencia terapéutica del mieloma múltiple a través de la inhibición de la apoptosis de células tumorales inducida por la quimioterapia.
En un esfuerzo por comprender mejor cómo el microambiente de la médula ósea rico en adipocitos induce la resistencia a los medicamentos contra el mieloma múltiple, Jing Yang, PhD, profesora asociada de oncología del Hospital Houston Methodist, y su equipo exploraron la comunicación intracelular entre la maquinaria celular clave entre las células tumorales del mieloma múltiple y los adipocitos, utilizando muestras de pacientes con la enfermedad. Las células del mieloma múltiple pueden programar a los adipocitos para secretar adipocinas o citoquinas que funcionan contra los tratamientos al crear un microambiente en la médula ósea que es más favorable para el crecimiento y la supervivencia de los tumores.
Además de las adipocinas, los adipocitos también secretan exosomas que desempeñan un papel en la comunicación celular tumoral-estroma, así como en la resistencia a los medicamentos tumorales inducida por el estroma. Yang y su equipo probaron la hipótesis de que las células del mieloma múltiple modulan el enriquecimiento de LncRNA en los exosomas de los adipocitos que, cuando se internalizan en MM, inhiben la apoptosis (muerte programada de células) inducida por la quimioterapia. Yang evaluó los efectos de la terapia combinada de bortezomib con tazemetostat, un medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para el tratamiento del linfoma folicular sobre el crecimiento tumoral.
«En el mieloma múltiple, los estudios preclínicos muestran que el tazemetostat tiene una actividad tumoricida con un efecto terapéutico adicional sobre la enfermedad ósea asociada al mieloma múltiple a través de la regulación de la diferenciación y actividad de los osteoblastos», explicó el especialista del Hospital Houston Methodist. «Confirmamos que la combinación de bortezomib con tazemetostat reduce significativamente los niveles exosomales de LncRNA en los adipocitos de la médula.
Por lo tanto, nuestros resultados pueden proporcionar una visión adicional para mejorar la eficacia clínica de tazemetostat dentro del microambiente tumoral». Los importantes hallazgos en este estudio mejoran nuestra comprensión de la patobiología del mieloma múltiple y señalan al ciclo entre las células de esta enfermedad y los adipocitos, como un objetivo potencial para diseñar nuevos agentes terapéuticos anti-MM.