“Flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones/ Muere mi cuerpo, mi casa, no tengo pasiones/ Y aunque pretenda ocultarte, te llevo presente/ ¡Aquí en mi mente! ¡Aquí en mi mente! …” Óscar Eduardo Athie Furlong
Usted ya se habrá percatado de que, en cualquier parte de México, donde levante una piedra se encontrará un producto hecho en China.
Literalmente se los encuentra hasta en la sopa, en tazones de melamina imitación de cerámica mexicana.
Usted perdonará el atrevimiento religioso, pero es ilustrativo.
Cuando el 31 de julio de 2002 el entonces Papa Juan Pablo II definió Santo al Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin y lo inscribió en el Catálogo de los Santos, en los comercios alrededor de la Basílica de Guadalupe ya había en venta figuras del nuevo Santo.
Y sí, traían la marca: Hecho en China, en español para que no quedara duda de la ilegal procedencia.
¿Y las autoridades mexicanas? ¿Y los derechos de los artesanos mexicanos? ¿Y los impuestos? Bien gracias.
¡Chínguense los productores cautivos!
¿A poco no, Marcelo?
El mercado nacional de todo tipo de productos, todo tipo, está inundado de productos chinos. ¡Bueno! Hasta automóviles que se entregan vía paquetería.
Lo legal es legal, diría el filósofo de Güemes. Pero estará usted de acuerdo en que buena parte de lo que se expende en el comercio formal e informal tiene su grado de ilegal, es decir, es contrabando y no ha pagado derechos aduanales.
No, no es nuevo. Con Su Alteza Serenísima Andrés Manuel López Obrador nada de hizo por frenar esta competencia desleal en comercio y producción. Los chinos ganaron terreno.
Hasta que llegó el licenciado Donald Trump en un estridente y encabronado retorno al poder en Estados Unidos y apanicó a la Princesa Caramelo y su gabinetazo económico, en el que sobresale Monsieur Marcelo Ebrard Casaubon.
Trump cuestionó al naciente gobierno de eso que llama el segundo piso de la 4T y lo acusó de pervertir el comercio con Estados Unidos, es decir, de haberse convertido en la puerta mediante la cual se llenaba el mercado estadunidense de productos chinos.
Y, mire ustee, en febrero de este año, la ingeniera presidenta admitió formalmente lo que se sabe desde tiempo ha: el enorme déficit comercial que México tiene con China.
Así, reiteró que, el Plan México tiene como objetivo disminuir las importaciones provenientes de China y fortalecer la producción nacional para reducir el déficit comercial con ese país.
A la Princesa Caramelo urge quedar bien con el licenciado Trump.
Y merced a esa presión sublime de Donaldo, el 28 de noviembre la ingeniera Sheinbaum cio la orden para ejecutar un golpe espectacular, sí, espectacular en Plaza Izazaga 89, donde se decomisaron más de 262 mil piezas presuntamente ilegales de procedencia china, con valor de 7.5 miserables millones de pesos.
Incluso el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sostuvo que habrá extinción de dominio para los inmuebles arrendados, medida prevista en la ley por la venta de mercancía ilegal.
Pero todo fue una mascarada. Ni extinción de dominio ni desaparición del comercio ilegal en esa plaza del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Luego, el 10 de marzo de este año 2025, la Agencia Nacional de Aduanas decomisó en la aduana de Pantaco, en la CDMX mercancía china de contrabando con valor superior a los 300 millones de pesos.
¿Y los responsables? Ningún detenido, impunidad absoluta.
El miércoles 27 de noviembre la Princesa Caramelo declaró que no hay desacuerdo comercial ni politización con China y ponderó –no se ría, porfis– las buenas relaciones comerciales México-China.
Pero, he aquí que la ingeniera presidenta, el 22 de noviembre del año pasado, 2024, acusó a Estados Unidos y a Canadá de importar mucho de China mientras el Gobierno mexicano tiene un plan para sustituir en toda Norteamérica importaciones de Asia, en medio de las tensiones por la revisión del tratado comercial trilateral.
En serio… ¡Recórcholis!
Le platico lo que ha ocurrido en el naciente gobierno dizque de avanzada, nacionalista y etcétera, en materia de comercio internacional y la protección a productores y, en especial de los artesanos mexicanos.
Ayer, en conferencia de prense ofrecida en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el diputado federal priista Luis Gerardo Sánchez, guanajuatense a quien por cierto en su natal Dolores Hidalgo conocen como “El Chino”, e informó del Punto de Acuerdo presentado en el que se exhorta a la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales, la UPCI, de la Secretaría de Economía y Crédito Público para que investigue y determine las prácticas de dumping, de contrabando y robo de marca realizadas por productores extranjeros de cerámica que afecta a los productores mexicanos.
El punto toral es el enorme perjuicio económico, de propiedad industrial y derechos de autor que se comete contra los artesanos de Dolores Hidalgo y municipios colindantes con el ilegal comercio de productos chinos.
“Yo sé que este Punto de Acuerdo, no es la primera vez que se presentan. Ha habido otras ocasiones en que se ha buscado la manera de que se logre el tener la cuota compensatoria, pero también que se aumente.
“Pero el caso que estamos viviendo hoy en día es una afectación que nos preocupa, dado que se está dando una nueva investigación”, refirió el diputado federal del PRI Luis Gerardo Sánchez.
Recordó que, en 2019, se hizo una investigación por parte de la Secretaría de Haciendamy se determinó que era necesario y urgente tener una cuota compensatoria a los productos chinos, primordialmente el tema de la cerámica. Pero…
“Lamentablemente en 2024 se volvió a realizar la investigación y nos preocupa que se esté teniendo un resultado, en el que la Secretaría determine, que no aumente la cuota compensatoria, que la que se tiene ya es suficiente y que no se requiere más”, advirtió.
¿Entonces? ¡Chínguense los artesanos! Puro rollo oficialista.
Por eso mismo, acotó el legislador priista, requerimos y urgimos en este punto de acuerdo que la Cámara de Diputados, el honorable Congreso de la Unión, exhorte a la Secretaría de Economía a ratificar la investigación del 2019 y superar el manejo dudoso de la investigación del 2024, para ratificar el dumping que realizan productos chinos de las importaciones de vajillas y piezas sueltas de vajillas de cerámica, incluidas las de porcelana.
Además, que la Secretaría de Economía y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público aumenten la cantidad monetaria de las cuotas compensatorias de las importaciones de vajillas y piezas sueltas de vajillas de cerámica, incluidas las de porcelana originarias de China y de otros países.
Luis Gerardo Sánchez puntualizó: “buscamos obtener una protección para los artesanos, no solamente de Dolores Hidalgo, que hoy somos quienes tomamos y alzamos la voz, sino también los demás estados que producen cerámica en nuestro país”.
En la conferencia lo acompaño Rubén Moreira y, entre otros, el presidente municipal de Dolores Hidalgo, Adrián Hernández, además de Osvaldo Rodríguez Contreras, vicepresidente de la Asociación de Artesanos de Dolores Hidalgo, y
“No pedimos privilegios, pedimos condiciones justas para competir, para crecer y para seguir enalteciendo el nombre de México a través del arte hecho a mano, pieza por pieza, con el corazón de nuestros artesanos”, dijo Adrián Hernández.
Ojalá y la Princesa Caramelo atienda la demanda y se deje de esa retórica en que le dice que hay colaboración mas no sumisión con Donald Trump. Los artesanos de Dolores Hidalgo están a la intemperie, ayunos de protección legal.
¿Le creemos a la Princesa Caramelo, Drakko? Digo.
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