La Policía Nacional Civil de El Salvador anunció la captura de Edwin Alvarado Lazo, de 50 años, identificado como el perpetrador del homicidio de la menor Diana Melissa Cabrera, de 7 años, en un caso que ha generado gran impacto en la nación. El suceso tuvo lugar en la urbanización La Campanera la noche del lunes, y la rápida respuesta de las autoridades culminó con la detención del sospechoso en un plazo de tres días.
La Casa Presidencial de El Salvador, bajo la administración de Nayib Bukele, informó sobre el caso, resaltando la eficiencia y la determinación de las fuerzas de seguridad en la resolución de este crimen. En una presentación ante los residentes locales y los medios de comunicación, el director General de la Policía, Comisionado General Mauricio Arriaza Chicas, junto con miembros del Gabinete de Seguridad, expusieron detalles sobre cómo Alvarado Lazo, conocido de la familia de la víctima, la secuestró y posteriormente le quitó la vida.
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Se ha indicado que existen pruebas documentales, testimoniales y científicas que sitúan a Alvarado Lazo en su residencia entre las 5:30 y las 7:00 de la noche, momento en el que se presume cometió el delito. Las autoridades activaron inmediatamente el protocolo para personas desaparecidas, una medida que resultó crucial para la localización y arresto del individuo.
Es importante destacar que Alvarado Lazo no es nuevo en el sistema judicial, con antecedentes en 2001 y 2005 relacionados con delitos contra mujeres. Este historial previo ha generado cuestionamientos sobre la eficacia de las medidas legales y de seguridad implementadas en el pasado.
La Policía Nacional Civil confirmó que la menor fue encontrada sin vida el día siguiente al secuestro en una zona verde de la comunidad.
El estilo Bukele, odiado y querido
Nayib Bukele, desde su ascenso a la presidencia en 2019, ha implementado una serie de estrategias y políticas con el objetivo de combatir la inseguridad en El Salvador, un país históricamente afectado por altos niveles de violencia y criminalidad, principalmente debido a las pandillas y el narcotráfico.
Una de las iniciativas más destacadas de su administración es el Plan Control Territorial. Este plan se centra en recuperar el control de los territorios dominados por pandillas, aumentar la presencia policial y militar en las zonas clave y mejorar las condiciones de vida en las comunidades más vulnerables. El programa también ha incluido medidas para cortar las fuentes de financiamiento de las pandillas y reducir su capacidad operativa tanto dentro como fuera del sistema penitenciario. Como parte de estas medidas, se ha visto un aumento en las detenciones y el decomiso de armas y drogas.
Bukele también ha promovido una modernización de las fuerzas de seguridad, invirtiendo en equipo, tecnología y capacitación para la Policía Nacional Civil y la Fuerza Armada. Además, ha implementado programas de videovigilancia en lugares estratégicos y ha fortalecido la inteligencia e investigación criminal para desarticular grupos delictivos.
En términos de prevención, el gobierno de Bukele ha buscado atacar las raíces socioeconómicas de la violencia, invirtiendo en programas de educación, empleo y desarrollo comunitario en áreas históricamente marginadas. Se han iniciado programas destinados a ofrecer alternativas a los jóvenes en riesgo de unirse a pandillas y crear oportunidades de reinserción para exmiembros.
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Sin embargo, el enfoque de mano dura de Bukele ha sido objeto de críticas y preocupaciones en cuanto a los derechos humanos. Hay quienes argumentan que algunas acciones, como el uso de la fuerza y las condiciones carcelarias para los pandilleros, podrían estar en conflicto con los estándares internacionales de derechos humanos.
A pesar de esto, Bukele mantiene una alta popularidad entre la población salvadoreña, muchos de los cuales consideran que sus políticas han contribuido a una disminución en los índices de criminalidad y una sensación generalizada de mayor seguridad en comparación con administraciones anteriores.
Este video viene a encender ante la mirada internacional efectivamente un exceso en los protocolos que seguramente serán tomados por la oposición para criticar al gobierno de Bukele.
¿Usted qué opina: justo o excesivo?
