Por Pedro Jiménez Rodríguez
Ni muerto, ni mucho menos enterrado.
El PRI está más vivo que nunca, por lo menos para los principales priístas del país.
Luego del festejo 84 aniversario del nacimiento del Revolucionario Institucional, está claro que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no está dispuesto a entregar la presidencia.
Por el momento no se sabe que tanto van a invertir, o qué van a hacer para impedir su desplazamiento, pero no hay duda de que van a hacer lo que sea necesario para conservar la Presidencia.
Habrá que esperar la reacción de Andrés López Obrador y de los panistas que encabeza Ricardo Anaya, ante la aclaración de Peña Nieto: El PRI no negocia su derrota.
Es que ya se sentían, tanto Morena como el PAN, en la final del 2018, disputándose el honor de tomar Los Pinos.
Claro que mucho más seguro se sentía López Obrador, porque las encuestas, esas que ya perdieron toda su credibilidad, lo colocan como el ganador de la otra madre de todas las elecciones.
Tan seguro se sentía que hasta le bajo de volumen a su discurso y ahora hasta parece conciliador, perdonavidas, y civilizado, pero ya empezó a retomar el camino de la denostación y el ataque franco a la “mafia del poder”.
De Ricardo Anaya y el PAN, no hay mucho que decir, pues ya estaban creyéndose que estarían en la final por la Presidencia, disputándosela con Morena.
Ahora van a tener que modificar su discurso y entrarle por otro lado a la contienda por la silla grande, pues tienen que enfrentar a un contrincante que está listo para la guerra.
Nada que ver con la versión de que Peña Nieto negoció con Ricardo Anaya y Santiago Creel, entregarles la elección del estado de México este año, y el próximo la Presidencia.
No dudamos que habrá una contienda cerrada y que también puede ganar el PAN o Morena la elección presidencial, pero no se les van a entregar con un moño.
Lo único malo, es que Peña Nieto no termina de entender que a estas alturas del partido, su popularidad ya está por los suelos y en lugar de ser un activo para el PRI, es un lastre.
Pensar que Peña Nieto puede mangonear a su antojo el partido, es quedarse anclado al pasado, ahora lo que tiene que hacer es dejar que las cosas caminen por su propio camino, solo inyectarle dinero a las campañas y darles facilidades a los candidatos para desenvolverse.
En esas condiciones, el riesgo para Peña Nieto es que al final se le cuele a la candidatura alguien que no sea de los suyos, como podría ser Manlio Fabio Beltrones o el propio José Narro Robles.
Veremos, pero lo cierto es que el PRI sigue en la pelea y va a dar mucha guerra.
EL PULSO.- Por cierto, también ya quedo claro que no habrá cesión en el estado de México y aunque no le creemos mucho a Enrique Ochoa Reza, líder del PRI, que sus candidatos estén mejor posesionados que sus contrincantes, no sólo en el Edomex, sino també en Nayarit, Coahuila y Veracruz, estamos convencidos de que la lucha será muy cerrada y la moneda está en el aire*** Las contendía de pronostico reservado es la del estado de México, pues aunque Alfredo del mazo maza tiene todo el apoyo del poder y no tiene límites en el gasto de dinero, la popularidad de Josefina Vázquez Mota le va a poner las cosas difíciles. Tal vez Delfina Gómez obtenga un buen número de votos, pero no van a ser suficientes para ganar, por más que lo digan muchos en las redes sociales.