Desde 2018 cada 28 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Conservación de Jaguar, el único felino grande de América y el tercero más grande del mundo, con el objetivo de concienciar a la sociedad acerca de las amenazas que enfrenta como la deforestación, la minería, la pérdida de su hábitat y el tráfico ilegal, las cuales lo ponen en riesgo de extinción.
Según la WWF, se estima que alrededor del 50% de su rango de distribución histórico ha disminuido y en países como El Salvador y Uruguay está extinto. En el resto del continente, la especie está en estado de «casi amenaza» con posibilidad de que en un futuro cercano pueda clasificarse como vulnerable, por lo que estaría enfrentando un riesgo de extinción alto en estado de vida silvestre, tal como indica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El jaguar es una especie de gran importancia para la salud de los ecosistemas que habita, ya que como depredador desempeña un papel fundamental en el equilibrio de la cadena alimentaria. Por esta razón, su conservación lo convierte en una especie sombrilla: al proteger al jaguar, se facilita la conservación de muchas otras especies y de su hábitat.
¿Cómo podemos contribuir a su conservación?
Diferentes organizaciones trabajan de la mano con gobiernos y comunidades indígenas y locales en la conservación del jaguar y su hábitat. Estas iniciativas se enfocan principalmente en el monitoreo comunitario mediante cámaras trampa y en la provisión de recursos educativos dirigidos a las poblaciones cercanas a los hábitats de la especie. Sin embargo, ¿cómo podemos contribuir a su conservación desde nuestras decisiones diarias de consumo?
Según datos de National Geographic, una de las amenazas que enfrentan los jaguares es la alta tasa de deforestación, impulsada por la expansión de tierras para pastoreo ganadero, lo que ha destruido y fragmentado su hábitat. Además, los ganaderos matan a los jaguares en represalia, ya que, al destruir los bosques, los jaguares recurren al ganado como fuente de alimento.
Por ello, una de las maneras en las que podemos contribuir a la protección de los jaguares es a través de nuestras decisiones de consumo. Optar por una alimentación más consciente y sostenible, como la basada en plantas, es una forma de no apoyar una industria que amenaza la vida de esta especie.
En Fundación Veg, trabajamos promoviendo el respeto por la vida animal y creando conciencia sobre la importancia de reconocer su sensibilidad y su papel en la conservación de los ecosistemas. A través de recursos educativos, ofrecemos acompañamiento en la transición hacia una alimentación más ética, como el Veggie Challenge, un desafío en el que, durante un mes, los inscriptos reciben consejos nutricionales, recetas y asesoramiento gratuito para facilitar el cambio hacia una alimentación vegetal de manera responsable. Más información en www.cambiatuplato.org/veggiechallenge
“Es importante tener presente que desde nuestras decisiones diarias también podemos contribuir a proteger los ecosistemas y las especies que habitan en ellos, al optar por una alimentación 100% vegetal podemos generar un gran impacto en la conservación de especies en peligro de extinción”, indicó Jesica Bon Denis, directora de Comunicaciones de Fundación Veg.