El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, aseguró que lo del supuesto crematorio clandestino en los límites de Iztapalapa y Tláhuac, el cual denunció la madre buscadora Ceci Flores, se trató de un “montaje frustrado”, ya que se comprobó que en ese lugar no hay ninguna fosa clandestina y que los restos hallados no son de personas sino de perros.
«Es un montaje lo que vimos, un montaje frustrado. Nosotros respetamos la auténtica labor de quienes trabajan por encontrar a personas desaparecidas”, dijo Martí Batres desde la mañanera de hoy 2 de mayo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El jefe de Gobierno aseguró que con el caso del supuesto crematorio clandestino en la Ciudad de México tenía como fin lucrar políticamente “con el dolor humano y con una causa justa”, ya que reiteró que tras las investigaciones que hicieron las autoridades y en la que se involucraron al menos tres instancias del gobierno se descartó que dicho paraje funcionara o fuera una fosa clandestina de restos humanos.
Batres explicó que la investigación la hicieron por noticia criminal ya que la madre buscadora de Sonora no los contactó para realizar el acompañamiento de la inspección en el lugar y trabajar juntos, además de que, señaló, los propios colectivos que existen en la Ciudad de México tampoco fueron tomados en cuenta.
Agregó que tras el involucramiento de diversas instancias, entre ellas la fiscalía capitalina, se realizó la inspección del lugar y el análisis de los restos óseos encontrados en el lugar se determinó que estos pertenecen a caninos, además de que la zona no era ninguna fosa clandestina.
“Se desmintió (lo del supuesto crematorio clandestino), fue falso, se encontró que no había crematorio ni fosa clandestina, no había restos humanos”, puntualizó y defendió el trabajo de las diversas instancias que trabajaron en el caso, pues aseguró que actuaron con rapidez, eficacia y profesionalismo, por lo que dieron resultados inmediatamente.
El jefe de Gobierno capitalino dijo que los esfuerzos de las autoridades se centraron primero en hallar a las personas cuyas credenciales, una del INE y una escolar, fueron localizadas en la zona en la que supuestamente era un crematorio clandestino.
Detalló que hallaron a los padres del menor de nombre Álvaro ’N’, quienes les informaron que la credencial escolar la habían desechado como parte de sacar los útiles y artículos que ya no usaban, mientras que la mujer a la que le pertenecía la INE también fue ubicada y les refirió que había perdido la credencial durante el robo de su celular en el cual la tenía.