Emprender y dar el paso hacia la creación de un nuevo negocio en México tiene un papel clave en la economía. La digitalización y el crecimiento del comercio electrónico han facilitado que cada vez más personas opten por lanzarse en busca de producir y vender, explorando diversas industrias y modelos de negocio. Sin embargo, en este ecosistema, las mujeres aún enfrentan retos significativos para acceder a oportunidades equitativas.
México enfrenta una de las brechas de género en participación laboral más altas de la OCDE, con un 32% de diferencia entre hombres y mujeres, comparado con el promedio de 13.5% de la región. Además, las mujeres mexicanas asumen hasta 40 horas semanales de trabajo no remunerado, lo que limita su acceso a oportunidades económicas formales. Esta situación ha convertido el emprendimiento en una opción viable para muchas de ellas: según la ASEM, el 35.2% de las mujeres que emprenden lo hacen por necesidad, ante la falta de empleo y la urgencia de generar ingresos.
Si bien el emprendimiento aún está dominado por hombres en América Latina, con un 75% de participación masculina y solo un 25% femenina, el sector creativo muestra un panorama distinto. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, en la economía creativa las mujeres representan el 38% de los emprendimientos, lo que evidencia que el arte y la creatividad se han convertido en catalizadores del crecimiento profesional y económico para ellas. Dentro de este universo, el crafting se posiciona como una alternativa accesible, escalable e inclusiva, permitiendo que miles de mujeres transformen su talento en un negocio rentable.
La tecnología como impulsor del emprendimiento creativo
El acceso a herramientas tecnológicas ha cambiado las reglas del juego para las mujeres que buscan emprender en el crafting. Por ejemplo, las máquinas de corte han permitido a miles de emprendedoras optimizar sus tiempos de producción, reduciendo el desperdicio de materiales y aumentando la precisión en sus diseños. Con la capacidad de trabajar sobre papel, vinilo, tela, cuero y otros materiales, estas herramientas brindan la posibilidad de ofrecer productos personalizados sin depender de terceros.
Por su parte, las prensas de calor han abierto un abanico de oportunidades en la personalización de productos. Gracias a técnicas como la sublimación y la aplicación de vinil textil, las emprendedoras pueden expandir sus catálogos con prendas, accesorios y artículos decorativos únicos, adaptados a las necesidades de sus clientes.
El software de diseño ha eliminado las barreras para quienes no tienen experiencia previa en diseño gráfico. Plataformas como Design Space permiten que cualquier persona transforme sus ideas en productos tangibles, con interfaces intuitivas que facilitan la creación de diseños únicos. Esto ha hecho que más mujeres puedan incursionar en el crafting sin requerir conocimientos técnicos avanzados.
De acuerdo con estimaciones de Cricut, tan sólo en 2024 más de 15 mil mujeres mexicanas implementaron de 1 a 2 equipos Cricut dentro de su emprendimiento. Lo anterior equivale a 7 de cada 10 asientos del Palacio de los Deportes. Todas ellas han logrado iniciar su propio negocio y alcanzar independencia financiera mediante la creación de productos personalizados, gracias al acceso a este tipo de herramientas.
Empezar en el crafting: la visión de Cricut
El crafting no es solo una actividad recreativa; es una industria en expansión con un mercado en constante crecimiento. Para aquellas mujeres que desean adentrarse en este mundo, Cricut destaca que lo primero es identificar una pasión o un nicho de mercado: decoración, moda, tarjetería, accesorios o productos personalizados para eventos. Definir un enfoque permite especializarse y diferenciarse.
Luego, es clave inspirarse en otros crafters de referencia y siempre estar atentos a las tendencias actuales. Este tipo de negocios no funcionan igual cuando los creadores de manualidades no se permiten explorar y tomar lo que otros están haciendo como referencia. Para ello existen comunidades en línea, tutoriales, cursos gratuitos y foros donde nuevas emprendedoras pueden adquirir habilidades. La comunidad de Cricut, por ejemplo, ofrece recursos de aprendizaje y soporte para quienes inician.
El crafting no solo representa una forma de expresión creativa, sino una vía real de empoderamiento económico para miles de mujeres en México y Latinoamérica. En un contexto donde las oportunidades laborales aún son limitadas, este sector emerge como una alternativa viable y accesible, permitiendo a las mujeres transformar su creatividad en independencia financiera.