La violencia que viven los habitantes tanto del norte como del sureste y del centro, no es politiquería, es algo muy real que cada día se extiende a más ciudades del país.
Hasta hace poco la violencia estaba focalizada en algunos estados del norte del país, Baja California, Tamaulipas y Sinaloa, así como en Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Jalisco y Colima en el centro, pero ahora la también está ddsatada en Tabasco, Quintana Roo y Veracruz.
la violencia es real, no es politiquería como insiste en decir el presidente en sus mañaneras desde Palacio Nacional, claro para desvirtuar un hecho del que su gobierno ha sido incapaz de afrontar con eficiencia.
Mención aparte merece la Ciudad de México, la sede de los tres poderes federales, en donde su ex jefa de gobierno, ahora candidata de Morena a la Presidencia de la República, no se cansa de decir que bajó en un 60 % los delitos de alto impacto, nada más falso.
No me digan que es politiquería las balaceras que en los últimos días se han registrado en algunas alcaldías de la capital del país o la extorsión por el derecho de piso que sufren quienes han emprendido un negocio con el fin de tener una vida digna.
Apoco es politiquería las dos olas de violencia que se registraron en Villahermosa, Tabasco y en algunos municipios del estado de donde proviene el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Politiquería es negar los hechos como lo hizo en algunas mañaneras el mandatario y lo emuló el gobernador tabasqueño, Carlos Manuel Merino, quien dijo que fueron cohetes cuando en los videos se ve claramente a los delincuentes cargando y disparando armas de alto poder. El gobernador dijo que fueron editados.
Tampoco es politiquería lo que hicieron los habitantes del municipio de Texcaltitlán, en el Estado de México, que cansados de la extorsión decidieron enfrentarse a la Familia Michoacana ante la ausencia de la autoridad que tiene la obligación de defenderlos.
Y lo que sucedió en Tamaulipas, en donde no es la primera vez, que los grupos de la delincuencia organizada secuestran a migrantes para extorsionarlos en total impunidad.
En Sonora, Sinaloa, Baja California y Nuevo León la población vive en total indefensión, con el temor de salir de sus casas a laborar y, no regresar. ¿En qué país vivimos?
¿O será que como lo comenté en alguna ocasión en este mismo espacio, que se está creando un ambiente de violencia que lleve a la ingobernabilidad para anular las elecciones y que López Obrador permanezca en en el poder? Sería muy perverso pero como se las gasta el gobierno de la 4T, no sería extraño.
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Por cierto después de tanto negar los dos hechos violentos en Tabasco en menos de un mes, ayer renunció el Secretario de Seguridad del Estado, Hernán Bermúdez Requena, acusado de estar coludido con la delincuencia organizada. A Bermúdez lo nombró ni más ni menos que Adán Augusto López cuando fue gobernador de la tierra del edén. ¿No que no? ¿no que era propaganda? Son hechos que no se pueden negar.…Antier en Cuautla, ayer en Armería, fue asesinado Sergio Hueso aspirante a la alcaldía de ese municipio colimense por el Movimiento Ciudadano. Este fin de sexenio pinta muy mal. Qué Dios nos agarre confesados.
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