Algunas veces los tutores creen que los problemas de salud de sus mascotas no son lo bastante graves como para acudir al veterinario. Estadísticas de INEGI indican que solo el 42% de las personas los lleva a la clínica[1], pero el cuidado de la salud siempre debe de ser supervisado por los profesionales.
Los peligros de la automedicación.
Tal como sucede con los humanos, administrar medicamentos sin una valoración/consulta previa o receta de un médico veterinario, es altamente peligroso para nuestra mascota. Tanto perros como gatos pueden manifestar signos leves de que algo anda mal, provocando que los tutores busquen resolver el problema de manera inmediata administrando, incluso, medicamentos para humanos.
La MVZ. Emilia Tobías, Gerente Técnico del segmento de Mascotas en Boehringer Ingelheim Salud Animal, explicó que “el tener una mascota implica conocer las responsabilidades que como tutores tenemos; entre ellas, brindarle atención médica oportuna con un Veterinario. El no hacerlo puede afectar su salud negativamente. Entre los problemas que tiene el administrar fármacos a nuestras mascotas, sin una receta o recomendación del médico veterinario, está el afectar el funcionamiento de órganos vitales.”
En específico, medicamentos para humanos que no fueron indicados para ellos pueden, por ejemplo, provocar úlceras de estómago o insuficiencia renal.[2] En el peor de los casos, la consecuencia más grave es la muerte.
Otro problema común es la administración de dosis incorrectas, que puede resultar en efectos secundarios peligrosos. La experta recuerda que los organismos de perros y gatos son distintos a los nuestros y algo que puede parecer inofensivo para nosotros, para ellos puede ser mortal.
Los tutores podrían pensar que pueden administrar el mismo medicamento que ya alguna vez el médico veterinario le recetó a su perro o gato tras haber manifestado signos similares. En esta búsqueda por seguir la misma indicación que en ocasiones anteriores, podrían correr el riesgo de administrar medicamentos que la mascota quizás no necesita.
Compra de medicamentos en lugares no autorizados.
Hay muchos motivos por los cuales los tutores pueden querer adquirir fármacos para sus mascotas en puntos de venta no autorizados, ya sean físicos o en línea. Sin embargo, estos puntos de venta podrían estar vendiendo medicamentos falsos, caducados o con un mal manejo en su cadena de distribución.
Al administrar un producto que no es original, tu mascota corre el riesgo de tener
· Reacciones gastrointestinales como vómito, diarrea, inapetencia, etc.
· Reacciones cutáneas como ronchas con o sin comezón.
· Y la más importante: Falta de eficacia.
Tampoco es recomendable adquirir el medicamento suelto o a granel, pues los empaques de cualquier medicamento están diseñados para conservar sus características originales; la manipulación y almacenamiento inadecuados pueden ser perjudiciales.
En México, Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) regula la venta de medicamentos de uso veterinario, por lo que cada uno debe de tener una etiqueta indicando el número de registro y autorización.
Es importante que los tutores consulten siempre al médico veterinario previo a adquirir cualquier fármaco, y solo hacerlo si él o ella ha revisado a la mascota y ha definido un tratamiento para atender su padecimiento. Si tu perro o gato ha ingerido algún medicamento que no le fue recetado, también es necesario contactar al veterinario.
“La única manera de asegurarnos de que estamos siendo un tutor responsable para nuestra mascota es cuidar de su salud, prestando atención a sus signos, llevándolo con el veterinario y siguiendo sus indicaciones para contribuir a una buena calidad de vida”, concluyó la MVZ.