Amor, la Undécima Musa es una obra de danza contemporánea inspirada en la vida y la obra de Pita Amor, una de las poetisas más transgresoras y polémicas de la literatura mexicana del siglo XX. Conjuga palabras y poemas con cuerpos y danza, en un concepto minimalista que explora las posibilidades expresivas del movimiento corporal.
Su sillón es una especie de trono y su bastón, un arma con la que está a la defensiva. Así imagina a la poetisa Pita Amor el coreógrafo Erick Miranda en esta obra.
La coreografía se presentará en el Teatro Casa de la Paz de la UAM (Cozumel 33, Colonia Roma) el sábado 31 de agosto, a las 19 horas, y el domingo 1 de septiembre, a las 18 horas.
Para Erick Miranda, Amor, la Undécima Musa tiene la intención de dar a conocer la excepcional vida de Guadalupe Amor y su genialidad para contribuir a convertirla en un fuerte referente para la lucha de las mujeres, un estandarte.
Esta propuesta es interpretada por Los Corpógrafos, la compañía que fundó Isabel Beteta en 2020 para pensar el cuerpo de otra manera, como un pincel que dibuja y diseña en el espacio, como un objeto plástico en movimiento.
El coreógrafo se basó en las Décimas a Dios, donde Pita Amor (1918-2000) le habla de tú por tú a ese ser omnipresente a veces en tono de reclamo, otras veces rogándole que aparezca sin dejar de plasmar la incertidumbre sobre su existencia.
“Pita es una de varias escritoras y artistas mexicanas olvidadas, porque la cultura pop no las adoptó como a Frida Kahlo. Mi objetivo con esta creación es que se le conozca un poco. No pretendo dictar cátedra, sino meterle al público la espinita”, reconoce Miranda.
Más que interpretarla, Isabel Beteta simboliza a la llamada Undécima Musa valiéndose del ritmo y la expresión corporal para trabajar desde un aspecto más teatral. A la bailarina las décimas le parecen muy actuales por su manera de tratar a Dios, de tutearlo, de interpelarlo de manera directa, sea o no desde el enojo.
El conocimiento que Beteta tiene sobre el butoh le permite adentrarse, de un instante a otro, en los diferentes estados de ánimo del personaje, en su plenitud, pero también en los momentos de amargura, de tristeza y soledad.
El resto de los bailarines dan vida a las décimas. Desde que el coreógrafo las leyó por primera vez, gracias a un amigo teatrero, le parecieron cargadas de movimiento. Quizá, piensa, se debe a que la rima marca el vaivén del cuerpo.
El ritmo de los intérpretes al comienzo es más acompasado para generar una atmósfera mística y adentrarse en la espiritualidad. La intención inicial de Miranda se subraya con el vestuario color crema de los bailarines y la blancura del foro, elementos que se mantienen a lo largo de la obra y contrastan con el tono azul marino que viste la Pita Amor ideada por Miranda.
En sus Décimas a Dios se asoma la vanidad y soberbia de la autora, pero a Miranda le interesa más resaltar que este libro es la cúspide del legado literario de Pita, cuya voz “fuerte y agresiva” puede escucharse mientras recita parte de estos versos en Amor, la Undécima Musa.
“Fue una feminista adelantada a su época. Creo que hoy la podemos entender mejor que antes, porque nos identificamos con mucho de lo que ella piensa, como en su poemario en el que se pregunta lo que todos en algún momento nos cuestionamos al tratar de comprender nuestra existencia”, considera la bailarina Helena Hernández.
Sin ser abstracta, esta danza contemporánea no cuenta una historia lineal pero sí posee una estructura dramática basada en La Undécima Musa. Guadalupe Amor, de Michael Karl Schuessler, la biografía sobre esta singular mujer de las letras mexicanas que incluye un análisis de su obra de carácter metafísico y literario.
Amor, la Undécima Musa se presentará en el Teatro Casa de la Paz de la UAM (Cozumel 33, Colonia Roma) el sábado 31 de agosto, a las 19 horas, y el domingo 1 de septiembre, a las 18 horas. Los boletos tienen un costo de 180 pesos, entrada de general, y 90 pesos para estudiantes, INAPAM y comunidad UAM y se pueden adquirir en la taquilla del recinto.