Su Apellido Impuesto al Lugar Donde Nació
Ejemplar Familia Combatió a Los Realistas
Descansa en La Columna de la Independencia
Ni duda cabe que el destino del hombre llega a un final inesperado.
El amor a la Patria llevó a un próspero hacendado, de pensamiento
liberal, a organizar guerrillas y sumarse al Movimiento Insurgente,
cuyos próceres habían sido fusilados.
Pedro Moreno abandonó los negocios y el comercio, después de
interrumpir sus estudios de Derecho en el Seminario de
Guadalajara, para defender la libertad de sus compatriotas
sojuzgados, más de 300 años, en la Nueva España.
Lo inédito de la decisión del ilustre jalisciense está en que, al ir a los
campos de batalla, lo siguieron su esposa, Rita Pérez Jiménez, uno
de sus hijos de apenas 15 años, que murió combatiendo.
El historiador Oscar González Azuela en sus escritos referentes a
este patricio laguense, asienta que las esposas de muchos
guerrilleros, de familias acomodadas, acompañaban a sus maridos
para evitar ser víctimas de los realistas que la sometían a torturas,
les rapaban y hacían escarnio de ellas.
Ojear las páginas de la Historia Patria me apasiona. Conocer
sucesos y personajes que brillaron por sus actuaciones, permite
adentrarme en la vida de los actores. No siempre son juzgados sin
antes verificar lo positivo de su trayectoria.
Abordar temas históricos no siempre garantiza la atracción de
muchos lectores, por la aridez que marca el referir nombres, fechas
y lugares. Una alumna del Centro Universitario Ixtlahuaca, Estado
de México, me advirtió “lo aburrido” de “la clase que me gusta,
pero agilícela, por favor”. Impartía la cátedra de Derecho Agrario.
La observación de la chica me hizo reflexionar que, comentar sobre
acontecimientos históricos, en tarea académica como en la
redacción de un artículo periodístico, lo principal es resaltar hechos
poco conocidos y mezclarlos con biografías y detalles interesantes,
con precisión, concisión y legibilidad.
DE SEMINARISTA A GUERRILLERO
El pasado 18 de enero se cumplieron 250 años del natalicio de un
hombre perteneciente a una familia campirana, hacendados, de
amplios recursos.
Precisamente porque hay quienes consideran a Pedro como “un
héroe olvidado”, está hoy en ALFA OMEGA DEL RECUERDO, el
seminarista que se convirtió en un guerrillero seguidor del
Movimiento de Independencia.
Cuando falleció su padre, Manuel Moreno de Ortega y Verdín y
Villavicencio, Pedro dejó los estudios que realizaba en el Seminario
de Guadalajara. Se puso al frente de la familia, apoyando a su
madre, María del Rosario González de Hermosillo.
El matrimonio de Manuel y Rosario, españoles ambos,
establecieron su domicilio en la Hacienda de la Daga, en Santa
María de los Lagos.
Ahí nació Pedro. Luego de doce años de su muerte, el Congreso
Local, en 1829, aprobó cambiar el nombre al municipio y cabecera
del mismo, desde entonces es Lagos de Moreno, Patria Chica del
sacerdote e historiador liberal Agustín Rivera y del novelista
revolucionario Mariano Azuela.
Pedro Moreno (Pedro José Miguel Ignacio Moreno González de
Hermosillo) fue llamado “hacendado progresista, de ideas
liberales”. Cuando llegaron a ofrecerle el indulto, respondió con
firmeza a los realistas: “me decidí a favor de la Patria”.
Esposa e hijos lo respaldaron y la Familia Moreno González de
Hermosillo se negó a deponer las armas insurgentes.
EN EL FUERTE DEL SOMBRERO
A los 37 años de edad decidió abandonar su exitosa carrera en los
negocios y el comercio. Pedro, acompañado de su esposa Rita
Pérez Jiménez, los hijos de ambos y un considerable número de
familias, establecieron su centro de operaciones, instalaron un
campamento, en el Fuerte del Sombrero.
Desde ese lugar, las guerrillas insurgentes, organizadas por Pedro
Moreno, salieron a combatir a los realistas, al ejército español.
Llegaron a muchos lugares del Bajío, en Guanajuato. Lo mismo
hicieron en poblados jaliscienses, sin dar cuartel a los españoles
que recibían órdenes del virrey en turno.
Dos personajes se unieron a la causa insurgente. El español Xavier
Mina (Xavier Martín Mina Larrea) y el fraile dominico, de
Monterrey, Nuevo León, Servando Teresa de Mier (José Servando
Teresa de Mier y Noriega y Guerra.
Mina fue apresado el mismo día en que Pedro Moreno cayó
acribillado en el campo de batalla, en octubre de 1817 y días
después Mina muere en el Fuerte de los Remedios, en Pénjamo,
Guanajuato.
El nuevoleonés, Servando Teresa, no participó en los combates. Sin
embargo, simpatizó con la lucha insurgente y estuvo preso en
varias ocasiones. Su historia pronto la comentaré.
SUS RESTOS EN EL ÁNGEL
Los realistas se ensañaron contra la esposa e hijos de Pedro. A uno
de los hijos, de apenas de quince años, lo asesinaron. Guadalupe,
de dos años de edad, fue secuestrada y entregada a un matrimonio
español. Terminada la guerra, madre e hija se reencontraron.
He comentado que el ilustre laguense se desenvolvió con mucha
destreza en el comercio, continuaba lo que su padre había
desarrollado en Santa María de los Lagos, pero, el pero que nunca
falta, Pedro nació para apoyar a los rebeldes insurgentes.
Los jefes españoles, desde que el exseminarista retornó a casa,
supieron de los planes de Pedro y establecieron vigilancia
permanente, nada discreta. Le seguían los pasos y reportaban los
movimientos que hacía en la región de Los Altos.
En el campo de batalla en “El Venadito” cayó, acribillado, el
luchador insurgente, cuyo cuerpo fue mutilado. Lo decapitaron y
pusieron su cabeza en la punta de lanza y así la llevaron a Lagos.
Corto tiempo estuvo exhibida en Lagos, como ocurrió con las de
Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez
que permanecieron meses, en la parte alta de las esquinas de la
Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.
La cabeza de Pedro fue rescatada por familiares y la inhumaron en
lugar secreto de un templo en Lagos. El resto del cuerpo fue llevado
a la Columna de la Independencia, donde las autoridades, en el
sexenio de Felipe Calderón, omitieron el nombre de Pedro Moreno
en la relación de los once “Beneméritos de la Patria en grado
heroico” y las protestas no tardaron de llegar de Lagos.
La Comisión Oficial de los Festejos del Bicentenario de la
Independencia, sin explicación alguna, “olvidaron” el nombre del
laguense. Sus paisanos indignados protestaron e hicieron todos los
trámites burocráticos, personalmente y por escrito. La respuesta
oficial fue favorable.
En el presente año tuvo lugar la ceremonia, en la Columna de la
Independencia, siendo el historiador González Azuela encargado
del discurso alusivo.
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