Generalas, Coronelas, Enfermeras, Espías y Cocineras
Ellas Formaron Sus Propios Ejércitos y Combatieron
El Popular Corrido “La Adelita”, Himno Combativo
JORGE HERRERA VALENZUELA
Hace 113 Años Surgió El Apóstol de la Democracia, Ahora Sólo
Queda el Recuerdo de ese Sacrificio, Seguido de Lucha Fratricida
Un aniversario más del Movimiento Armado tras la renuncia del
oaxaqueño Porfirio Díaz y el triunfo de Francisco I. Madero.
El suceso es llamado Revolución Mexicana.
Comenzó el 18 de noviembre de 1910, en céntrica calle de la capital
de Puebla de los Ángeles. No hay fecha oficial de la terminación del
Movimiento Maderista, basado en el Plan de San Luis.
Ese día cayeron los hermanos Aquiles y Máximo Serdán Alatriste,
herida y encarcelada la mayor de ellos, Carmen.
Murieron violentamente: Madero, en 1913; Zapata, en 1919;
Carranza, en 1920; Villa, en 1923 y Obregón, en 1928.
Lucha armada fratricida que, aseguran, costó la vida a más de un
millón de mexicanos.
Zapatistas, Villistas, Maderistas, Carrancistas y Obregonistas
pelearon por el poder y los últimos resultaron absolutos
triunfadores.
Versiones diferentes del cómo, el porqué, el paraqué, aparecen en
las narraciones históricas. Cada autor escribió su verdad y los
reporteros diaristas también legaron investigaciones periodísticas.
Encontré para mi comentario periodístico un ángulo poco conocido,
a pesar de existir muchos libros que refieren la participación de las
mujeres dentro y fuera de los campos de batalla, siempre al lado de
su hombre. Algunas vistieron como hombres “para que la tropa les
respetara y obedeciera”.
Recomiendo busquen las obras de la historiadora Martha Eva
Rocha Islas, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e
Historia. Con base en documentación original rescatada en
diferentes instituciones y en el Archivo de la Secretaría de la
Defensa Nacional, detalla vida, acciones y apasionada participación
de mujeres en todos los campos que pueda usted imaginar.
HEROÍNAS EN EL ANONIMATO
Después del enfrentamiento entre mexicanos que formaron grupos
armados bajo la denominación de División del Norte, Ejército
Constitucionalista, Ejército Libertador del Sur, el Ejército del
Noroeste, aparentemente volvió la paz. La Guerra Delahuertista, la
Matanza de militares en Huitzilac, Morelos y la Guerra Cristera,
cerraron la década de los años treinta.
Bueno, al tema.
La participación de las mexicanas en el Movimiento Armado de
1910 fue de singular importancia. Ellas son el alma y corazón. Sin
ellas nadie hubiera saboreado la comida caliente, sin ellas muchos
heridos no hubiese sobrevivido, sin ellas no fuera oportuno el
espionaje-correo.
Una mayoría de las mujeres eran jóvenes como sus esposos, novios,
amancebados, hermanos. Con la enagua larga y el rebozo cruzado
como las cartucheras, las hemos vistos en películas de la época, de
la realidad. También en el cine moderno con las cintas de temas
revolucionarios y las de costumbristas campiranas.
Heroínas en el anonimato, rescatadas por Martha Eva Rocha Islas,
a las que el presidente Lázaro Cárdenas del Río dio, por decreto, el
reconocimiento de Veteranas de la Revolución.
Soldaderas, enfermeras, cocineras, profesoras, espías, correos,
expertas en fabricación de explosivos, periodistas, esparcidas
entre los grupos que peleaban y además aparece en la historia,
como ocurre con María Quinteras de Meras, villista que vestía
como hombre. Participó en 10 batallas, hábil y experta en el
manejo de armas.
Le comento que la carrancista Petra Herrera además del disfraz de
hombre y autollamarse “El Coronel Pedro”, también pedía que la
llamaran “Generala”. Aparentaba rasurarse la barba, en las
madrugadas. Esta veinteañera estuvo en dos batallas célebres, La
Toma de Torreón y la Toma de Zacatecas.
Petra fue descubierta. “¡Es una vieja! ¡Es mujer!”, gritaron sus
compañeros. Aceptó y decidió integrar un Ejército Feminista y
combatió; experta en “volar” puentes terminó su carrera como
espía villista en una cantina de Chihuahua.
Una tercera historia.
Nació en Parral, Chihuahua. Elisa Griesen Zambrano. Era una niña y
admiraba a Pancho Villa. Juntó a niñas y niños, como ella. Cuentan
que Elisa consiguió armas y hasta palos para “armar” a quienes le
acompañaron, ahí en el poblado mencionado, para gritar: “¡Viva
México! ¡Viva Villa!”. La chiquillería, cuando se alejaba la tropa del
comandante Franck Hompkins, presumió que había derrotado y
corrido a los norteamericanos. Cierto o no, aquí se los dejo.
COMANDARON A LOS HOMBRES
Incursionar reporterilmente en libros, diarios, revistas, hojas
volantes y memorias individuales impresas, sirvió para comentarles
de la presencia de muchas mujeres que no solo siguieron a “su
juan”, sino que ellas organizaron sus propias tropas y fueron al
frente como Comandantes, asignándose grados militares, mismos
que fueron reconocidos posteriormente.
Hubo un batallón integrado por viudas, hijas, hermanas y amigas
voluntarias como las otras, lo comandó Carmen Amelia Robles
Ávila. Originaria de Xochiapan, Guerrero, vistió como militar y se
hizo llamar “Coronel Amelio Robles” y está considerado como “el
primer revolucionario transgenere”.
Mujer atractiva y sensual, describió Ricardo Flores Magón a
Margarita Neri Luna. También en Regeneración se leyó que la
guerrillera “era un encanto verdaderamente atractor (sic)”.
Sin embargo en otros relatos aparece una Margarita cruel, de
sangre fría, portando pistola y puñal. Organizó a Ejército con cerca
de mil hombres y junto con Esperanza Chavarría en Yautepec,
Morelos, derrotó a los federales, a los huertistas, causándoles más
de cien bajas. Zapatista que conquistó el cariño y respeto de sus
compañeros que le llamaron “La Coronela Pepita Neri”.
Emiliano Zapata tuvo muchos grupos de seguidoras y que
intervinieron en batallas, como triunfadoras. Clara de la Rocha con
200 hombres comandó la Toma de Culiacán, en 1911. “La
Generala” Carmen Vélez se puso al frente de 300 soldados
revolucionarios. Después de que mataron a su esposo, en un
combate.
Rosa Bobadilla, “La Coronela”, junto a más de 200 campesinos, los
armó y dio otro triunfo al zapatismo.
Doña Luz Corral conoció en “los días de la bola” al guerrillero más
famoso y popular, a nivel mundial, Pancho Villa.
María de la Luz Corral Fierro, hija de acaudalado matrimonio
español, tenía 17 años al encontrarse con El Centauro del Norte y
dos años más tarde contrajeron matrimonio en Torreón, Coahuila.
Tuvieron una hija que murió antes de cumplir dos años.
De las decenas de “esposas o parejas” que se le atribuyan al que
inicialmente se llamó José Doroteo Arango Arámbula, Luz Corral es
la única considerada esposa legítima, aunque fue la séptima
esposa.
Contrajeron nupcias por lo civil y por la iglesia católica. Luz quedó
viuda durante 50 años, falleció en 1981. Esta sepultada en el
cementerio de Hidalgo del Parral.
PERIODISTAS PERSEGUIDAS
Desde finales del Siglo XIX los hermanos Flores Magón iniciaron la
batalla contra el dictador Porfirio Díaz, por medio del periódico
Regeneración. Instaron al pueblo para revelarse contra el gobierno
federal. El periodismo impreso combativo, con antecedentes de
muchos años atrás, cobró mayor fuerza en la etapa que antecedió
al estallido de 1910.
Las mujeres no se quedaron atrás.
Un puñado de ellas redactó artículos de carácter revolucionario,
entraban en la lucha contra el reeleccionismo. Al comenzar el siglo
veinte, Díaz siete veces “triunfó” como candidato presidencial.
En toda la Republica proliferaron las publicaciones “clandestinas” y
puestos en circulación.
En los periódicos, la reacción del presidente Díaz fue actuar
violentamente y una de sus principales víctimas fue Dolores
Jiménez y Muro, perseguida y encarcelada, al igual que Juana
Belén Gutiérrez de Mendoza. Muchas semanas pasaron en las
mazmorras de la Cárcel de Belém (Hoy Centro Escolar Revolución,
Ciudad de México). Nunca dejaron su misión periodística.
Articulistas como Hermila Galindo Acosta y Elisa Acuña Rossettii
tuvieron que buscar refugios para no ser llevadas a prisión. Elena
Torres Cuéllar agresiva, valiente, retadora, decidió firmar sus
artículos con el seudónimo de “La Guanajuatense”.
LA ADELITA, LA RIELERA Y LA VALENTINA
Los combates se sucedían un día y otro también. La División del
Norte contra los Obregonistas. Los Villistas y los Zapatistas reunidos
en Aguascalientes contra Venustiano Carranza.
Todo parecía desaparecer, menos el romanticismo. Las mujeres
inspiraron a los compositores, a los poetas, a los músicos. Todos
dieron rienda suelta a sus emociones.
Llegaron Los corridos de la Revolución.
Adelita vio morir a su amado
Cada uno de los tres corridos que comento, tienen su historia y en
todas aparece el nombre de una mujer joven, guapa, atractiva y
carismática. En uno de los corridos no hay certeza de quién o
quiénes fueron los autores.
El Himno Combativo, el Corrido Más Popular, que sigue en boga
hasta nuestros días, es “La Adelita” y se le atribuye al villista
zacatecano Antonio Gil de los Ríos, quien todas las noches se
sentaba guitarra en mano y entonaba canciones campiranas.
Conoció a una quinceañera chihuahuense de nombre Adela
Velarde Pérez y se enamoró de ella. La chica ingresó como
enfermera a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca. Se hicieron
novios y ella le acompañaba en la escena de combate.
Contaban que el sargento Antonio en sus tiempos libres, por la
noche, escribía la composición dedicada a su adorada novia, quien
en Torreón vio caer herido al amor de su vida y murió en sus
brazos. El zacatecano había terminado días antes el corrido y
Adelita recordó el final:
Y se oía que decía aquel que en tanto moría…
Y si acaso yo muero en campaña
Y mi cadáver van a sepultar,
Adelita, por Dios te lo ruego
que con tus ojos me vayas a llorar.
¿Quién fue La Rielera?
Ahora comienzo con una parte del Corrido La Rielera
Yo soy la rielera, tengo mi Juan
Él es mi encanto, yo su querer
Cuando me dicen que ya se va el tren,
Adiós, mi rielera, ya se va tu Juan.
Hasta ahora poco se sabe sobre quien fue la musa y los nombres de
los autores, letra y música. Una versión señala a dos coahuilenses
como padres de La Rielera: Anastasio Luna Tesillos, el compositor, y
la música del profesor N. Guerra Tesillos.
Este corrido cobró popularidad entre los años 1914 y 1915, pero no
encontramos mayores datos.
Valentina o Juan Ramírez.
Hasta ahora, a más de un siglo, no se sabe quién o quiénes nos
heredaron el corrido de La Valentina, lo cierto es que el corrido fue
base de un argumento cinematográfico que personificó la
sonorense María Félix.
Una revolucionaria de la corriente maderista se llamó Valentina
Ramírez Avitia, al morir en combate su padre, maderista de hueso
colorado, ella decidió vengar la muerte de su progenitor y pelar
contra los federales del ejército de Victoriano Huerta.
La joven nacida en Norotal, Tamazula, Durango, para alistarse en
las armas decidió vestir como hombre y llamarse Juan Ramírez. En
el norte el general Gabriel Leyva comandaba un batallón al que, se
cree, sirvió “Juan”.
Los cronistas consideran que esa joven revolucionaria fue
inspiración para el compositor y “así rendirle un homenaje”.
Lo que es la vida. Un señor de Tamazula, Jalisco, decidió hacer una
salsa y embotellarla. Dicen que Manuel Maciel Méndez determinó
ponerle el nombre de Valentina a sus salsas suave y picante “para
recordar a la revolucionaria”. ¿Usted lo cree?
Valentina, Valentina
Rendido estoy a tus pies
Si me han de matar mañana
Que me maten de una vez.
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