Después de la Lucha Fratricida, Unificación Política
Tres Partidos Dominaron, 71 Años, Políticamente
En 1989, el Presidente Planeó Desaparecer al Tricolor
JORGE HERRERA VALENZUELA
Al finalizar la lucha fratricida entre grupos surgidos, tras la caída de
Porfirio Díaz, el asesinato de Francisco I. Madero, la llegada del
usurpador Victoriano Huerta y la aparición del Constitucionalista
Venustiano Carranza, se desataron las batallas a campo abierto,
muriendo, dicen, un millón de mexicanos.
Carrancistas, Zapatistas, Villistas y Obregonistas escenificaron
encuentros con carabinas, fusiles, cañones y ametralladoras. Las
“levas” proliferaron, era obligar a los hombres de todas las edades,
a “entrar a la bola”.
Destruyeron hogares, desintegraron familias, murieron inocentes.
El Grupo Sonora impuso a dos presidentes interinos y a dos por
elección: Adolfo de la Huerta y Abelardo L. Rodríguez, los primeros.
Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, asesinado después de
haberse reelegido presidente. Estos dos sonorenses fueron electos.
El Plan de Guadalupe, de Carranza y el Plan de Ayala, de Zapata,
serían las banderas de esos dos grupos. Francisco Villa organizó la
poderosa División del Norte y Álvaro Obregón quedó al frente del
Ejército Constitucionalista, después de la Convención
Revolucionaria de Aguascalientes, se declaró leal a Carranza.
Después se enemistaron y el de Huatabampo mandó matar al
coahuilense.
Inicialmente Emiliano Zapata, jefe del Ejército del Sur, estuvo con
Madero, a quien después declaró traidor de los campesinos. Se
unió con Villa y peleó contra Carranza.
De hecho, la pugna entre todos ellos terminó con el doble asesinato
de los generales Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez, al
imponer Obregón a Plutarco Elías Calles como presidente en 1924.
Tras el asesinato, en 1928, del caudillo reelecto como presidente,
Calles se empoderó y convocó a los combatientes en la llamada
Revolución Mexicana.
Unificó a la gente y organizó, en 1929, el Partido Nacional
Revolucionario. Diez años después, el presidente Cárdenas, lo
cambió a Partido de la Revolución Mexicana. El Revolucionario
Institucional, PRI, aparece en 1946, terminaba su mandato Ávila
Camacho.
71 AÑOS EN EL PODER
A casi un siglo todavía no terminan los estudios, análisis,
recopilación de documentos, detalles de la lucha que comenzó en
1914. Hubo una etapa de relativa pacificación. Se produjo “La
Guerra Cristera”, la violencia poselectoral en 1940 y en 1958 por
“almazanistas” y “henriquistas”, protestando contra los triunfos de
Ávila Camacho y de Ruiz Cortines, respectivamente.
Setenta y un años, el poder lo detentaron gobiernos emanados de
la llamada Revolución Mexicana. En 1929 comenzaron los períodos
sexenales de los partidos PNR, PRM y PRI. El general Pascual Ortiz
Rubio iba a ser el primero, pero renunció a los 2 años. Los
divisionarios Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho cerraron el
ciclo de diez presidentes militares en el Siglo XX.
Ortiz Rubio fue candidato presidencial del PNR y tanto el
michoacano como el poblano recibieron el apoyo del PRM. El
veracruzano Miguel Alemán Valdés, fue postulado por el PRM,
pero en enero de 1946 cambió a Revolucionario Institucional, del
cual salieron 9 presidentes más. En 2012 la televisión hizo ganar al
candidato PRIista, de infausta memoria.
EL FINAL DEL INVENCIBLE
Cierto es que el PRI empezó a “desmoronarse” en 1991, al
desconocerse el triunfo del candidato a gobernador de Guanajuato,
Ramón Aguirre Velázquez. Declarado Gobernador Electo, el
presidente carlos salinas de gortari lo obligó a que no asumiera el
poder y la gubernatura le fue entregada a un PANista.
Dos años antes, el mismo presidente abrió el camino a los del
blanquiazul, al no apoyar a la candidata del PRI para el gobierno de
Baja California, Margarita Ortega Villa. El joven Ernesto Ruffo
Appel, de 37 años de edad y expresidente de Ensenada, ganó en las
urnas el 2 de julio de 1989. Primer gobernador de un partido
opositor.
Quiérase o no los dos primeros pasos estaban dados. En ese
sexenio, un golpe frustrado: el presidente quiso borrar al PRI y
crear el Partido de la Solidaridad. Otra más: precisamente en
tierras bajacalifornianas en 1994 fue asesinado el candidato
presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Se acabó el invencible, se decoloró el tricolor, al ser arrasado por el
Partido de la Revolución Democrática en 1997. Perdió todo en la
Capital Mexicana, el Distrito Federal, “la corona real del poder
político” desde entonces no ha vuelto el PRI. Difícil que regrese.
El ciclo iniciado en 1929, llegó a su final en julio de 2000. Ernesto
Zedillo, abierto antipriista desde su juventud, no dudó en levantar
el brazo de triunfador al candidato de Acción Nacional, antes de
que fuera conocido el resultado oficial del Instituto Federal
Electoral.
El PRI entró en agonía. Roberto Madrazo Pintado y Elba Esther
Gordillo Morales, presidente y secretaria general, le dieron fuerte
estocada. Dividieron a la membresía. Roberto fracasó en su
aspiración presidencial. Elba Esther organizó el Partido Nueva
Alianza, el PANAL, siguió de dueña del sindicato magisterial hasta
su encarcelamiento de cinco años.
Es en 2012 el regreso del PRI a Palacio Nacional y a la residencia de
Los Pinos. Un joven mexiquense que únicamente hizo política en
Toluca y de ahí la televisión lo lanzó al estrellato, inclusive se casó
con la actriz Angélica Rivera. Su gobierno se caracterizó por la
corrupción e impunidad.
Los electores se cansaron de los partidos políticos actuantes,
principalmente PRI y PAN, tampoco respaldaban al PRD. Tomaron la
decisión que resultó, como decían las abuelitas, peor el remedio
que la enfermedad.
DE LA CIMA A PROFUNDO BARRANCO
El Siglo XXI significa, políticamente, el final del PRI.
Solo la aparición de un líder capaz de inyectarle la medicina
adecuada, porque ni San Judas Tadeo o Santa Rita de Casia, a
quienes se atribuyen milagros de lo imposible, sacarán del ataúd en
que se encuentra el hacedor de muchas generaciones de políticos.
Mal empezó la nueva centuria para el tricolor. Raquítico apoyo
recibió el candidato presidencial, un político de prestigio, Francisco
Labastida Ochoa.
¿Recuerdan los “convenios” entre el PANismo y salinas de gortari
en 1989 y 1991? Al que llamaron “el innombrable”, sigue metido en
la política y “pesa”. Ahora vio consumado su plan de liquidar al
partido que lo postuló el 4 de octubre de 1987.
Siguieron los tropiezos. Entre 2005 y 2024 las y los dirigentes del
otrora “mandón en la política” no hicieron algo para recuperar el
terreno perdido. Después de Dulce María Sauri Riancho, última del
siglo pasado y primera en el nuevo, cronológicamente, desfilaron
por la presidencia nacional:
Roberto Madrazo Pintado, de negrísimo historial. Mariano Palacios
Alcocer, Beatriz Elena Paredes Rangel, Pedro Joaquín Coldwell,
María Cristina Salazar Díaz (dos breves interinatos), César Camacho
Quiroz, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Ochoa Reza, Claudia Ruiz
Massieu Salinas y el actual.
De ese grupo únicamente han salido al frente, oponiéndose, sin
éxito, a las medidas reeleccionistas de “alito”, Dulce María, Pedro
Joaquín, Enrique Ochoa Reza, Francisco Labastida Ochoa, así como
los senadores encabezados por Miguel Ángel Osorio Chong
abandonaron las filas PRIistas.
Dulce María anunció la formación del frente Amplio de
Renovación, que, por lo visto, no encontró eco en ninguno de los
expresidentes nacionales del partido, dejando que los 71 años de
gloria se fueran al vacío. Dejaron los supervivientes dirigentes, y
algunos connotados políticos en el activo, que hoy el PRI esté en un
profundo barranco.
El licenciado Labastida Ochoa se declaró exPRIista. Él y otros
políticos han sido difamados por el campechano.
LAS ELECCIONES DE “alito”
Me decía mi estimado amigo y respetable colega Roberto Vizcaíno
Aguilar que el campechano tiene cierta razón al afirmar que a él no
lo nombró el Presidente de la República, como era la costumbre. En
aquel entonces se cubrían formas y protocolos, siendo “un dedito”
el principal elector. Hoy, se aplicó la “costumbre”, desde Palacio
Nacional.
Los seguidores del campechano manifiestan que “alito” fue electo
en asamblea del Consejo Nacional de Procesos Internos, presidida
por José Rubén Escajeda Jiménez. El 14 de agosto de 2019.
El Notario Público 241 certificó que la dupla de “alito” y Carolina
Viggiano obtuvieron 1 millón 603,725, participando delegados de
los 31 Estados y la Ciudad de México. Los disidentes declararon que
“ese presidente (el del PRI9 tiene cercanía con el de Palacio
Nacional”.
La siguiente elección fue en este agosto de 2024 y Dulce María,
Pedro Joaquín y Ernesto Ochoa, la calificaron como “una farsa”. Se
habla de que hay violación a los estatutos, por cierto, con la
reforma del 7 de julio pasado, porque en el PRI mantenía la
bandera de la no reelección estaba vigente.
En sesión extraodinaria del Consejo Político Nacional del partido, se
aprobó que “alito” y Carolina permanezcan en los mandos
directivos hasta 2028 y pueden seguir hasta 2032. Obtuvieron 440
votos, el 97 por ciento del padrón electoral partidista.
“alito”, COPIA DEL TABASQUEÑO
Era gobernador en Campeche y pidió licencia, el 13 de junio 2019,
para emprender el camino a la presidencia nacional del partido.
Quedó en su lugar Carlos Miguel Aysa González.
A partir del 18 de agosto de ese año es el presidente del comité
ejecutivo nacional, teniendo como secretaria general a Carolina
Viggiano Austria, esposa del exgobernador y diputado Rubén
Moreira Valdés.
Aysa González terminó el interinato y “alito” lo apadrinó como
embajador en República Dominicana, desde el 26 de abril de 2022.
Carlos Miguel Aysa Damas es diputado federal. Padre e hijo fueron
del PRI, ahora son del partido en el poder.
“ME DIFAMAN, ME CALUMNIAN”
La gobernadora Layda Elena Sansores San Román desde el primer
día de su mandato, 21 de septiembre de 2021, formuló denuncias
ante las autoridades correspondientes por diversos delitos
cometidos por “alito”.
En principio en Palacio Nacional dieron visto bueno a las denuncias,
presentadas en la Fiscalía General de la República. Después marcha
atrás. “Archivadas las carpetas”.
“Me difaman, me calumnian”, dice el campechano en su defensa.
Emprendió la guerra interna, seguro de tener “el apoyo” de YSQ.
Copió al inquilino de Palacio Nacional, se declaró víctima y
maniobró para modificar a su antojo los estatutos, negándose a
dejar el cargo, que no liderazgo.
Consiguió su propósito en asamblea a puerta cerrada. Ahora será
mínimo cuatro años más presidente de un agónico partido, pero si
quiere puede reelegirse para terminar en 2032.
Hoy el PRI solo tiene las gubernaturas de Coahuila y de Durango.
Pírrico el número de diputados federales y de senadores para la
legislatura que comienza el 1 de septiembre. Nula representación
en las Legislaturas Estatales y sin presencia en las presidencias
municipales de ciudades capitales más importantes del País.
Informaciones periodísticas lo señalan como propietario de
residencias, playa, colección de automóviles. Campante como
Johnny Walker.
Los militantes no olvidan que su presidente estuvo ausente en la
campaña de su candidata presidencial, ni impugnó, por mero
trámite, el resultado final de la votación.
¿Por qué copia del tabasqueño?
Porque todos los que están contra “alito”, al paredón. Lanza
amenazas de expulsión contra de quienes disienten por su
ambición de poder.
El senador electo, expresidente nacional del PRI, exgobernador de
su Estado, legislador, Manlio Fabio Beltrones Rivera, “expulsado de
la bancada senatorial”.
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