Una Época Inolvidable de los Bailarines en el Cine
Sergio Corona Apasionado del Baile y la Actuación
Iba para Médico, Alfonso Arau, Prefirió ser Artista
JORGE HERRERA VALENZUELA*
En esta ocasión retrocedo a la década de los años cincuenta del
siglo pasado. Eran los días del cine en blanco y negro. Principiaba la
televisión, en pantalla chica, con programas “en vivo”.
En la radio los programas de concurso y las radionovelas, además
del Tío Polito en la XEW y las Aventuras de Carlos Lacroix y La
Sombra. Tomás Perrín y Alejandro Cianguerotti padre,
respectivamente.
Los que vivimos esa época, hoy, mínimo, somos ochenteros.
Siempre diremos que ese ambiente lo disfrutamos los nacidos en
los años treinta. Programas en vivo: el concurso de Los Aficionados,
aspirantes a cantantes; El Cochinito, Peso por Palabra, El Doctor IQ,
Jorge Manrique, en los tres premios en efectivo.
En los hogares la Familia se mantenía, sentada, frente a una caja de
madera con un aparato conectado a la energía eléctrica; usaba
bulbos, tenía un cuadrante con números para fijar la frecuencia,
como el 900, de la XEW. Oíamos las voces e imaginábamos todo.
Apareció la televisión. Cajas cuadradas con una pantalla. Veíamos y
oíamos a las personas que hablaban, cantaban, bailaban y
actuaban. No había aparatos en todos los hogares. En algunos sitios
cobraban 20 centavos para ver la Lucha Libre. Se superó la técnica y
Guillermo González Camarena, inventó los colores para la
televisión.
“¡Tenemos tele a color!”, presumíamos los chiquillos, los
adolescentes y los jóvenes. Programas en vivo con todas las
estrellas en el canto, en la actuación, concursos (“¡Pelayo, Sube
Pelayo!”. Más tarde telenovelas con su iniciadora Silvia Derbez.
Bien, pues fueron esos años los que están registrados como los de
la moda de ver en el cine y en los Teatros de Revista (Iris y Lírico),
más tarde en la televisión, a parejas de bailarines que figuraban en
los repartos cinematográficos.
Los pioneros como pareja de bailarines que vimos en la pantalla
grande, fueron Los Hermanos Norton, cuando finalizaba la década
de los cuarenta y pasaron años para el surgimiento de Los Yorsys,
bailarines acróbatas, Alejandro Malpica y Enrique Mondragón.
Estuvieron en varias películas que encabezaba Tin Tán.
Hubo bailarines y actores al mismo tiempo. El más veterano
Roberto Cobo, “Calambres”. Fue un neoleonés bautizado como
Eleuterio García Romero; su nombre artístico lo adoptó al morir su
padre y su madre casó con un señor de apellido Cobo.
Lucieron sus habilidades para ejecutar el baile, “Cantinflas”,
“Resortes”, “Piporro” y Tin Tán. Ellos, como los antes citados,
estuvieron en escenarios teatrales, en sets cinematográficos y en
estudios televisivos. Recorrieron exitosamente Estados Unidos (en
territorios fronterizos con México), Sudamérica y España.
BAILARÍN, COMEDIANTE Y ACTOR
Al ojear las páginas de la vida de los artistas, encontré al más
veterano, al superviviente de la Época de Oro del Cine Mexicano,
así como con quien temporalmente hizo pareja, Alfonso Arau.
Empezaré por comentar en torno a uno de los más queridos
comediantes mexicanos, Sergio Corona.
Legendario pachuqueño que está en las páginas de la historia del
México Cinematográfico, Teatral y Televisivo. Junto con Alfonso
Arau, impartieron clases de baile en una Academia ubicada en
Avenida Insurgentes Sur.
ACTUANDO A LOS 95 AÑOS
Es el actor veterano número uno. Está activo en la televisión.
El próximo lunes 7 de octubre cumplirá sus primeros 95 años y está
activo en la televisión. “Don Tomás” es su personaje, desde el 1 de
febrero de 2011, en la serie “Como Dice El Dicho”, por la tarde, en
el Canal de Las Estrellas, antes Canal 2. Están en la Temporada 14 y
van 900 capítulos.
El programa de treinta minutos, de lunes a viernes, fue creado por
Vittoria Zarattini y José Antonio Olvera. La producción es de
Genoveva Martínez y la dirección es de Emmanuel López.
Corona es Don Tomás León, dueño y gerente de una cafetería en la
Ciudad de México. En las primeras cuatro temporadas colaboraron
con él, Wendy González, como su nieta Isabel. Poncho, mesero y
asistente, fue el personaje de Michael Ronda. En las diez restantes
temporadas, han cambiado el reparto e invitados como Héctor
Sandarti.
NIÑO PRODIGIO COMO BAILARÍN
Podría afirmarse que Sergio Corona Ortega, cuyos padres se
llamaron Miguel y María Cristina, pertenece al grupo de los niños
prodigio. Su biografía refiere que a los 3 años de edad empezó “a
estudiar” baile en la Academia de Bellas Artes. Sí, en 1931, con sus
maestros Silva y Sergio Hungar.
La pasión de Sergio siempre ha sido, es y será, el baile y la
actuación. Dejó de estudiar al terminar el segundo año de
Secundaria y trabajó como mozo en la histórica zapatería El
Borceguí, en la Ciudad de México.
Por sus habilidades como bailarín, a los 17 años de edad, llegó al
Teatro Río e hizo sus pininos al lado de los bailarines Carlos Marín y
Antonio de la Torre, así como hizo pareja con Cuquita Martínez.,
según biógrafos.
Su buena estrella brilló intensamente y don Jesús Martínez
Rentería, el gran cómico critico de políticos “Palillo”, lo invitó para
que supliera al bailarín “Trotski” (José Luis Aguirre) y participó en
los sketches en los teatros de Revista o sean de “variedad”.
Los saltos que da la vida. Las carteleras de los teatros anunciaron,
en 1948, por semanas a Corona y Arau. Anduvieron por los países
sudamericanos y terminaron en La Habana, Cuba. Ahí, Arau se
quedó un año. Eran parte del Ballet Chapultepec.
Su primera incursión en el cine fue en la película “Curvas
Peligrosas”. Bailaron. Ni siquiera aparecieron sus nombres en el
reparto. No se desilusionaron y para entonces ya recibían
contratos como pareja y duraron hasta 1959. Decidieron cada
quien seguir por su lado, de acuerdo con sus aspiraciones.
Antes de proseguir, les comento dos detalles. Alfonso y Sergio
fueron cuñados, porque Magdalena, hermana de Corona, casó con
Arau y éste trabajó como chofer del comediante.
HOGAR, DULCE HOGAR
Recordemos que en 1974 comenzó una serie televisiva titulada
“Hogar, Dulce Hogar” que escenifican dos parejas matrimoniales,
con libreto y guion, cómico, humorístico y blanco. Diez años
ininterrumpidos, una vez a la semana, por el Canal 2.
¿Los actores? ¿Las actrices?
Luz María Aguilar y Begoña Palacios. Sergio Corona y José Gálvez.
Lucha y Sergio eran una pareja. Ella, autoritaria, impositiva. Él,
bonachón y blandengue. Juanita y Pepe, el otro dúo se
caracterizaba porque la mujer era sumisa e ingenua, mientras que
el colombiano-mexicano la hacía “sufrir”.
Entre los cuatro intercambiaban sus penas, surgían los
malosentendidos, había situaciones “difíciles” y siempre
terminaban con divertidas soluciones, abrazos y besos.
Comenzaron el 5 de septiembre de 1974. José Gálvez murió en
1978. Sergio y Lucha terminaron en 1982 y Begoña en 1984.
En los siguientes repartos hubo muchas figuras Los iniciadores en la
producción, el genial Humberto Navarro. Antonio Ferrer,
responsable del libreto, el guionista.
En su vida privada, Sergio Corona tuvo romance con Raquel
Vázquez y tuvieron una hija.
ACTOR, DIRECTOR Y BAILARÍN
Alfonso Arau Inchástegui, cuatro años menor que Sergio, defeño
de nacimiento y huérfano desde pequeño, quedó bajo el cuidado
de un tío del lado paterno. Se inició como estudiante en la Escuela
Nacional de Medicina, UNAM, desertando para ser artista.
En enero pasado cumplió 92 años y debe estar feliz y orgulloso de
su trayectoria artística que principió a finales de los años 40.
Reconocido por sus triunfos nacionales e internacionales como
actor y director cinematográfico.
De su matrimonio con Magdalena Corona Ortega, Alfonso procreó
al hoy músico, caricaturista, compositor y actor plástico que se
llama igual que su tío, Sergio, de 72 años y Alfonso, dos años
menor, dedicado a la actuación y es conductor en televisión. Los
dos nacieron en el Distrito Federal.
ÉXITO INTERNACIONAL
En México la película “Como Agua para Chocolate” obtuvo un
rotundo éxito y las críticas muy elogiosas tanto para él como
director y para la autora de la novela del mismo título, Laura
Esquivel Valdés. Después los elogiarían en el extranjero.
La novela escrita en 1989 por Laura se internacionalizó. Está
traducida en 30 idiomas y corresponde al estilo de humor negro y
de realismo mágico. En España la adaptaron para presentarla en
teatro, así como fue musicalizada por la Compaña Ballet Theatre de
Nueva York.
La película fue filmada en 1992. El argumento, basado en la novela
“agridulce de amores y desencuentros, abarca tiempos de la
Revolución Mexicana. Es amor, de tradiciones y de recetas de
nuestra gastronomía.
El dicho popular “estoy como agua para chocolate”, es equivalente
a que una persona está “molesta y furiosa”.
Dirigidos por Arau, actuaron Lumi Cavazos, Regina Torné, Ada
Carrasco, María Isabel y su hijo Mario Iván Martínez, David
Ostrowsky y Mario Leonardi, entre otros del múltiple reparto.
Alfonso y Laura terminaron en 1995 sus veinte años de vida
matrimonial. Ella es guionista, escritora, dramaturga y docente. En
2015 llegó como diputada federal a San Lázaro. Es muy amplia su
trayectoria como intelectual.
ARAU DIRIGE A ESTRELLAS
Cierto, el hecho de que después de la probadita en el cine
mexicano como bailarín en pareja con Corona, la fama, la
popularidad, el prestigio y los honores para Alfonso se le dieron
como actor y director cinematográfico.
En el presente siglo Arau ha dirigido cine en los estudios
norteamericanos, en películas donde actuaron estrellas como
Woody Allen, Sharon Stone, Geraldine Chaplin y Marie Grazie
Cuenotta.
Más adelante comento su trabajo como director en dos películas y
en una también como actor filmadas en México.
Uno de los pasajes importantes de Alfonso es la demostración de su
creatividad. El ilustre hidrocálido Ernesto Alonso, El Señor
Televisión, le transmitió la idea de integrar un grupo para parodiar
a The Beatles.
Nació el grupo Tepetlates.
Fue en noviembre de 1995 el debut en el centro nocturno Quid, en
la Colonia Roma, D.F.; la banda rockera no tuvo el éxito que se
esperaba. No impactó como deseaban Ernesto Alonso y Arau.
Hicieron presentaciones en diferentes sitios y al año se disolvió el
grupo. Recibieron el apoyo de Carlos Monsiváis, como letrista. El
polémico pintor José Luis Cuevas y el escritor Vicente Rojo Almazán,
se encargaron del diseño.
CALZÓNZIN INSPECTOR
En los años sesenta Eduardo del Río García, caricaturista e
historietista michoacano, al mismo tiempo que hacia cartones para
ilustrar las páginas editoriales de diarios, entre ellos La Prensa
dirigida por Manuel Buendía, elaboraba semanalmente la revista
“Los Supermachos” que empezó a circular en junio de 1965.
Era una crítica política, satírica, aludiendo a los políticos desde el
Presidente de México hasta los policías, el burócrata y no podía
faltar la beata del imaginario pueblo de San Garabato de Las Tunas,
estado de Cucuchán (Michoacán).
Juan Calzónzin, caracterizado por Alfonso Arau, “indio filósofo” que
abarcaba temas nacionales como asuntos internacionales. Se cubría
el cuerpo con un sarape, enrollado; después “progresó” y usaba
una cobija eléctrica, cuyo cable estaba suelto.
Los personajes: Don Perpetuo del Rosal, presidente municipal;
Doña Pomposa y Enedina, esposa e hija de Perpetuo. La Primera
Dama y la Primera Hija. Alusión al hidalguense Alfonso Corona del
Rosal, cuando era jefe del Departamento del Distrito Federal.
Doña Eme, la rezandera que no dejaba pasar un día para estar en la
Iglesia, beata que vestía de largo y se envolvía en un rebozo. Dos
que no faltan en el pueblito, el cantinero Fiacro Franco, dueño del
establecimiento “El Sanatorio” y el boticario Don Lucas Estornino.
La clásica pareja de policías, El Lechuzo y Arsenio. El inseparable
amigo del alcalde, Chon Prieto, principal consumidor de pulque.
También aparecían Ticiano Truyé, tendero; referido al potentado
Carlos Trouyet. Gedeón Prieto, un burócrata; Don Plutarco y
Nicanor, el burgués y el músico, respectivamente. Gedeón, era el
presidente GDO.
*Reportero Redactor en el diarismo mexicano desde 1956. Profesor
de Redacción Periodística y Ortografía de 1971 a 1982 en la Escuela
de Periodismo Carlos Septién García. Catedrático Universitario en
Facultades de Derecho, diferentes planteles del País. Autor de los
reportajes “Bob Kennedy y Los Asesinos Sin Cara” y “La Radio, El PRI
y El Destape”. Columnista Periodístico en páginas digitales desde
2012, en México y en Los Ángeles, California.
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