Hermosa, Inteligente, Amorosa, Incansable
Actriz, Carismática, Empresaria, Política
Su Pasión, los sets, los escenarios y los estudios
JORGE HERRERA VALENZUELA
Con aplausos la despedimos y en el cielo la reciben con aplausos.
Silvia Pinal Hidalgo se encontrará con el hombre que le escribió
muchas cartas y con pinceles plasmó la belleza de La última Diva
del cine mexicano, Diego Rivera.
Habrá de llegar al infinito para saludar a quien ella calificó como su
esposo más cariñoso y respetuoso, Tulio Hernández Gómez.
Estará feliz de abrazar a su llorada hija Viridiana, fallecida muy
joven en un accidente automovilístico.
Se juntará la Familia. Doña María Luisa Hidalgo Aguilar, quien la
recibió en sus brazos cuando, a los 17 años se convirtió en mamá.
Estará con el coronel Luis G. Pinal Blanco, su padre adoptivo.
Silvia nació el 12 de septiembre de 1931, en el Puerto de Guaymas,
Sonora, municipio del que fueron originarios los presidentes
Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta y Abelardo L. Rodríguez.
Es posible que el nacimiento fue en ese puerto, porque el padre
biológico de Silvia haya tenido un contrato como director de
orquesta en Guaymas, por lo cual salieron del Distrito Federal. El
retorno de la madre y su bebé fue a una casa en Bucareli 102,
céntrica calle, donde pasó su infancia la pequeña hija de María
Luisa.
Tres obras permanentemente son recodadas, y lo serán por
siempre: en el cine, El Inocente, al lado de Pedro Infante. En el
escenario del Teatro Insurgentes, Mame. En la televisión, Mujer,
Casos de la Vida Real, donde actuó y tuvo sus mejores producción y
dirección, además de presentadora y conductora.
PELÍCULAS, TELEVISIÓN Y TEATRO
La sonorense, mexicanísima de corazón, cumplió 18 años y
empezaría su carrera teatral, motivada por sus maestros Salvador
Novo, Isabelita Blanch y Carlos Pellicer. Estudiaba en Bellas Artes y
además vocalizaba, pretendía cantar ópera.
En el año 1949 Rafael Banquels, que le doblada en edad, la invitó a
integrarse a la compañía teatral con él y después filmarían, ese
mismo año, juntos la película musical y drama, “El Pecado de
Laura”, compartiendo créditos con Meche Barba, Abel Salazar,
Ramón Gay, Emilio Brillas, Pepe Ruiz Vélez y Juan Bruno Terrazas.
Dirigidos por Julián Soler. Una cinta de 83 minutos de duración.
Feliz debut que llevó a La última Diva de Oro a ser llamada para
más de 80 películas, con directores de la talla de Luis Buñuel, quien
la dirigió en la internacional Viridiana, en 1961.
“El Inocente”, en 1956, con Sara García y Oscar Ortiz de Pinedo,
uno de sus mayores éxitos e inclusive sigue en la programación de
canales televisivos. Con “Cantinflas” hizo “Puerta Joven” que ahora
es titulada “El Portero”.
Estar en los tablados teatrales, una pasión que Silvia Pinal desbordó
en la puesta de obras. “Mame” mereció comentarios muy
elogiosos, porque a sus 54 años de edad, la escultural artista
aparentaba ser de 30. Se desenvolvía con tal agilidad que motivaba
a sus compañeros a seguirla.
El reparto presentado en el Teatro Insurgentes y en el que llevó su
nombre (antiguo Cine Estadio y hoy recinto religioso), fue de lujo:
Evangelina Elizondo, la hermosa “Cenicienta”; Guillermo Murray,
Fernando Allende, Virma González, Marquesita Radel, Rogelio
Guerra y Raymundo Capetillo.
“Mame” estuvo en cartelera por períodos prolongados en 1972,
1985 y 1989. Se recuerda que en cierta ocasión Manolo Fábregas
afirmó “ya he visto la obra veintidós veces y volveré”.
Los estudios de Televisa albergaron a la productora y actriz Silvia
Pinal en la serie “Mujer, Casos de la Vida Real”, comedias
dramáticas basadas en el problema social por las vertientes de
violencia de género, abuso psicológico y desigualdad social.
Se hizo famosa la frase de doña Silvia: “Acompáñenme a Ver esta
Triste Historia”. Grabaron 1,521 episodios. Los primeros fueron de
media hora y de una hora al incrementarse, en forma impactante,
la audiencia. En la actualidad se siguen programando.
La idea surgió al platicar Silvia con el guionista Jorge Lozano Soriano
y contó con la colaboración para redactar, los primeros capítulos,
de Rosa Salazar y Rosa Subugel.
UNA INFANCIA COMPLICADA
Radicadas ya en la Ciudad de México, doña María Luisa trabajó para
sostener el hogar. Vivía con su hermana Concha, quien sin pensarlo
provocó que la niña Silvia tuviera una infancia no muy grata.
Sin saberlo la mamá, su hermana empezó a llevar a Silvia a los
pasillos de la XEW, en la calle Ayuntamiento 52, con el fin de que
conociera a su papá. Obvio la pequeña no sabía quién era ese señor
y su tía no se lo decía.
Moisés Pasquel no desconoció a su hija, pero tampoco le llegó a
decir que era su papá. En alguna de las visitas, la niña le dijo “papá”
y él la rechazó, no le habría de decir, en público, papá.
En otra ocasión, Moisés fue a Bucareli 102 y en la puerta de la casa
se encontró con la joven María Luisa. Hubo discusión y reclamos.
Así la niña se enteró que “ese señor que le daba regalos” era su
padre.
Para esa etapa, María Luisa había conocido al militar Luis G. Pinal y
mantuvieron relaciones matrimoniales. Silvia simpatizó con él y al
paso del tiempo le manifestó su amor y lo consideró como su
verdadero padre.
El progenitor biológico en los pasillos de la Radiodifusora se
encontró con Silvia, ya tenía 14 años. Moisés la llamó “hija” e
inmediata reacción de la adolescente: “no me llames hija”. Sin
embargo, al morir el músico, Silvia lo despidió llamándolo papá,
aclarando siempre reconocía a Luis como su padre.
Nuestra muy querida Silvia Pinal llegó a la cumbre en todos los
sectores sociales, artísticos, políticos y su personalidad arrolladora
le abría paso en todos lados. Su belleza la cuidó siempre y perduró
hasta el último día de sus 93 años de edad.
POLÍTICA SERVIDORA
El gusanito de entrar a la política surgió al ser esposa del
gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández. Primera Dama en esa
bella entidad. Presidenta del DIF. En ambos casos no se limitó a los
actos sociales, trabajó denodadamente para servir a la mujer
tlaxcalteca.
Más adelante fue Representante en la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal; diputada federal y senadora de la República por
tres años, promoviendo que Hacienda disminuyera los impuestos a
las empresas teatrales. Salió avante.
Tuvo una tarea muy complicada como dirigente de la Asociación
Nacional de Actores, ANDA, así como en la Asociación Nacional de
Intérpretes, ANDI. Antes de reintegrarse al medio artístico, la
inolvidable sonorense-defeña, reveló que llegó a pensar en buscar
ser Presidenta de México; desistió por su amor a la actuación.
“Esta Soy Yo”, libro editado en 2015, es una completa autobiografía
de la actriz en todas sus facetas. No excluyó nada de su vida
sentimental y podemos enterarnos de sus matrimonios, de sus
noviazgos y de quienes formaban su círculo de amigos.
[email protected]