Con el Palacio Legislativo de San Lázaro rodeado por productores agrícolas con sus
tractores porque al contrario del discurso de Morena y sus rémoras, respecto a lo que fue
el prolongado e intenso debate sobre una nueva Ley General de Aguas y de reformas a la
Ley de Aguas Nacionales, para nada les otorga a los trabajadores del campo certeza
jurídica; al contrario, resultó ser un “madruguete”; un dar “atole con el dedo” a los
agricultores por horas de parte del oficialismo, como ellos mismos lo reconocieron.
Y los pretextos que esgrimió el partido guinda y sus rémoras a lo largo de la discusión
fueron diversos, siendo el principal que que el agua es un derecho humano y no una
mercancía; que se supone que la referida Ley enviada desde Palacio Nacional servirá para
que se neutralice el mal manejo del agua y que se trata de una ley de Agua “moderna para
México” y que el agua ya no es una mercancía.
El presidente de la Junta de Coordinación Política, (JUCOPO) de la Cámara de Diputados,
Ricardo Monreal, explicó que el dictamen al que de repente se le dio tanta premura y
“fast-track”, sufriría modificaciones a lo largo de las horas. Esto también como respuesta a
la bancada del PRI en la Cámara Baja que coordina Rubén Moreira que evidenciaron que
no ha quedado claro en las leyes que la transmisión de derechos del agua está
garantizada, en caso de herencia o venta de tierras, entre otras cuestiones.
Aún con toda esta tensión, el diputado Monreal se comprometió a que los de Morena y
sus rémoras no le fallarían a los productores del campo porque el debate no había
concluido y atribuyó a un manejo perverso, desde luego de parte de los malosos de la
oposición, de que el contenido del dictamen ya era el definitivo”.
Enormes fotografías de Emiliano Zapata fueron colocadas en la tribuna de la Cámara de
Diputados porque es perfectamente aplicable para el vital líquido el lema del Caudillo del
Sur: “el agua es de quien la trabaja”.
Muchísimas cartulinas se dejaron ver en el Salón de Planos que les plantaron algunas
verdades a los diputados del oficialismo.
“Defendamos el agua para todos”; “Sí a la defensa del campo”; “el agua del campo es
patrimonio de quienes la trabajan”. “Morena quiere a los campesinos en la cárcel”, “basta
de criminalizar a quienes nos alimentan”, “Morena odia al campo”.
LOS MALOSOS DE LA OPOSICIÓN
Por su parte, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López
Rabadán estuvo en su lugar en el debate y antes de éste subrayó que la deliberación
sobre los cambios a la propuesta enviada por el Poder Ejecutivo en materia de derecho y
aprovechamiento del agua continuaba abierta. Asimismo, dio a conocer que la Mesa
Directiva envió a la comisión dictaminadora la minuta de la reunión de trabajo que
sostuvo con productores agropecuarios representantes de 11 estados de la República y
explicó que a las más de 50 modificaciones anunciadas en días pasados deberán sumarse
las planteadas en la minuta de referencia, por lo que se tenía previsto que el pre dictamen
circulado aún sufra modificaciones.
“Eso que significa, dijo, que sí sigue habiendo observaciones y exigencias sobre el tema, y
que existen posiciones diferencias entre los distintos integrantes del sector, por lo que es
necesario mantener la discusión para llevar a cabo las modificaciones necesarias”,
concluyó la diputada López Rabadán.
La oposición, siempre malosos, puso en su justa dimensión las verdaderas intenciones de
Morena y rémoras.
El diputado priísta Luis Gerardo Sánchez, recordó la frase de la que siempre echa mano
esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso: “con el pueblo
todo, sin el pueblo nada” y les pidió, “váyanle a decir lo mismo a los productores agrícolas
que están afuera (de San Lázaro) y a los transportistas. ¿Por qué contra el mediano y
pequeño productor?, y destacó que en las elecciones del 2027 serán cuando se cobren las
facturas.
Y propuso a nombre de la fracción del PRI “detener esta aprobación precipitada sin
consultar a los pueblos afectados y que se abra un debate real; que Conagua rinda
cuentas, que explique su rezago e irregularidades antes de recibir más poder, primero
organizar su casa. Que ninguna concesión se cancele, que se proteja al campesino, que se
reconozcan los derechos adquiridos. Este dictamen se está discutiendo sin permitir
reservas que podrían mejorarlo”.
Por su parte, el diputado del PAN, José Mario Iñiguez Franco, lanzó a Morena y rémoras a
la cara: “No hay palabras para describir a quienes manipulan el agua como botín político el
agua”, y explicó que lo que intenta el oficialismo, es convertir un derecho humano en un
instrumento de poder clientelar bajo el disfraz de que es una reforma técnica, “el
gobierno busca quedarse con la llave del agua para que determine quién merece
recibirla”.
“Están legislando para garantizar sumisión, criminalizando a los productores y dejar el
agua a capricho del poder” y tenerla como un mecanismo de premio o de castigo, como
una herramienta electoral.
“El agua no es de la presidenta ni de un partido político que quiere controlar hasta el
último rincón del país. Esta ley es el tiro de gracia para el campo”.
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