La Participación de la Mujer en la Historia en 5 Siglos
La Esposa de Madero, Primera Dama de la Revolución
Influyente y Discreta Secretaria de Tres Presidentes
Mecanografió Los Libros de Madero y de ObregónEste Domingo 19 de Octubre hay Ceremonias Familiares, en el
Monumento a la Revolución. En 1945 falleció Plutarco Elías Calles
y en 1970 Lázaro Cárdenas. Generales, Revolucionarios,
Presidentes de México. Sus Restos Depositados en el Monumento.
Recién oímos que se lanzó un “¡Vivan las Heroínas Anónimas!
El historiador y maestro Oscar González Azuela imparte un curso,
los lunes, vía zoom, en el que rescata del olvido a las mujeres que
figuran en la Historia de México, desde la Etapa Precolonial.
Dos motivos para conocer a quienes no buscaron la gloria,
desempeñaron tareas de acuerdo con su forma de pensar, sujetas a
las circunstancias y tendientes a ser apoyo personal y a la sociedad.
En la escuela nos hablaron de La Malinche, quien sirvió e inclusive
tuvo un hijo con Hernán Cortés. Sé que una princesa maya de
nombre Itzel fue la pionera en el mestizaje al contraer matrimonio
con el español Gonzalo Guerrero.
Después sería Isabel, hija de Moctezuma Xocoyotzin. También tuvo
una hija con Cortés, a la que bautizaron como Leonor Cortés
Moctezuma. Isabel se casó en cinco ocasiones, la segunda con el
emperador Cuauhtémoc.
En la lucha de Independencia no solamente participaron doña
Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Poco se van conociendo
más nombres: Mariana Rodríguez del Toro, Gertrudis Bocanegra,
Manuela Medina “La Capitana” y “La Güera” Rodríguez, ésta en los
finales de la causa Insurgente.
En la llamada Revolución Mexicana, el Movimiento Armado de
1910, destacaron en campos de batalla, en el manejo de explosivos,
en el espionaje, asistiendo como soldaderas estuvieron:
Adela Velarde Pérez, inmortalizada en la canción, “La Adelita”;
Amelia Robles Avitia que se vistió de hombre, haciéndose llamar
“Coronel Amelio”; “La Generala” Carmen Vélez; Clara de la Rocha,
comandante de guerrilla en la toma de Culiacán, Sinaloa.
Petra Herrera, líder y estratega en campo de batalla; Valentina
Ramírez Avitia, “La Leona de Norotel”; Subteniente de Caballería
Encarnación Mares, en Nuevo León; Ángela Jiménez, en la tropa
villista como experta en el manejo de explosivos.
En el Siglo XX las activistas feministas, las mujeres que lucharon por
la igualdad de derechos ciudadanos, integraron un grupo muy
numeroso. En 1923 fueron electas las primeras diputadas locales,
en Yucatán. Baja California, en 1955, eligió a la primera diputada
federal. Años después a una sonorense y una campechana,
senadoras y en 1979 la primera gobernadora.
Con López Mateos, la primera mujer en el gabinete presidencial,
Subsecretaría de Educación y la primera ministra en la Suprema
Corte. En el gobierno de López Portillo una titular, en Turismo.
Actualmente, desde octubre de 2024, la Primera Presidenta de los
Estados Unido Mexicanos.
SARITA PÉREZ DE MADERO
Originaria de San Juan del Río, Querétaro, en 1897 Sara Pérez
Romero conoció a un joven de nombre Francisco Ignacio Madero
que visitaba a sus hermanas Mercedes y Magdalena, en el Colegio
Notre Dame, en Indiana. Las tres eran compañeras de estudio.
Francisco y Sarita mantuvieron noviazgo durante seis años y se
casaron, el 23 de enero de 1903, en la Capilla Arzobispal de la
Ciudad de México, oficiando el Arzobispo Próspero María Alarcón y
Sánchez de la Barquera.
La boda civil se realizó cuatro días después y se sirvió un banquete
en el Hotel Reforma, no encontré la ubicación; el hotel de Paseo de
la Reforma y París, fue construido en 1935, luego de un litigio entre
los arquitectos Mari Pani Daqui y Carlos Obregón Santacilia.
La familia Madero completa: el potentado abuelo y fundador de la
dinastía, Evaristo Madero, así como Francisco Madero Hernández y
Mercedes González Treviño, padres de 16 hijos, cinco mujeres y
once hombres. Brindaron por el primogénito, Francisco Ignacio, y
Sarita.
Los jóvenes esposos decidieron establecer su hogar en el histórico
San Pedro de las Colonias, Coahuila. No hubo descendientes.
SARITA CON LOS HERMANOS SERDÁN
En documentos de la época hay constancias de la felicidad que
mantuvieron los jóvenes esposos. Sarita llegó a confesar que
estaban muy enamorados y ella no se separaba para nada de
“Panchito”, quien había estudiado en planteles norteamericanos y
en europeos. Hablaba inglés y francés, además de su afición por
escribir y eso se reflejó en el libro “La Sucesión Presidencial de
1910”, de consulta en nuestros días.
Madero estaba en plena campaña antireelecionista y Sarita hacía lo
propio, integrada en el grupo de mujeres que encabezaba la
poblana Carmen Serdán.
Participaba y opinaba de los planes antireeleccionistas trazados por
hermanos Aquiles y Máximo Serdán Alatriste. Preparaban el inició
del Movimiento Armado, pero fueron descubiertos el 18 de
noviembre de 1910; hubo enfrentamiento con la policía que sitió la
casa, localizada en céntrica calle de la capital poblana.
Oficialmente el 20 de Noviembre es reconocido como inició de la
Revolución Mexicana. Guerra fratricida entre maderistas,
carrancistas, zapatistas, villistas y obregonistas.
Después de un mitin, donde pronunció un discurso que enojó a
Porfirio Díaz, Madero fue detenido en Monterrey. Ahí le fue
permitido a Sarita estar en la celda. De esa prisión fue enviado a
otra, en San Luis Potosí, el que sería electo Presidente de la
República de noviembre de 1911 a febrero de 1913.
Cuando Madero estuvo en la prisión de San Luis Potosí, Sarita pudo
acompañarlo a distancia y alquiló una casa en las cercanías de la
cárcel. Apoyada por el potosino Pedro Antonio de los Santos, iban a
pagar la fianza para la libertad del que sería llamado El Apóstol de
la Democracia.
Sarita seguramente sabía de la fuga de Madero, quien salió de la
penitenciaría potosina vestido con ropas de mecánico, éste huyó a
San Antonio, Texas, donde redactó completo el Plan de San Luis.
Obvio estaba acompañado por ella.
La joven queretana asistía a todos los eventos políticos y sociales
del carismático chaparrito, cuyo abuelo, don Evaristo, no aceptaba
que Pancho emprendiera dura campaña contra el presidente
Porfirio Díaz.
ACUDE AL EMBAJADOR YANQUI
La mañana del 9 de febrero de 1913, escoltado por cadetes del H.
Colegio Militar y montado en su caballo, Madero sale del Castillo de
Chapultepec. Sarita le dio un beso de despedida y no volvió a verlo
con vida.
Enterada de lo que sucedía en Palacio Nacional, de la detención de
su esposo y del tiroteo que se registraba en las calles, la queretana
entró en crisis. Supo que su cuñado Gustado Adolfo también estaba
detenido por la gente sublevada.
Determinó acudir a la embajada de Estados Unidos de América y
tuvo una entrevista con Henry Lane Wilson. El diálogo fue muy
agresivo de parte del diplomático. Dijo que no podía intervenir, que
no haría ninguna gestión.
Asesinado Madero junto con el vicepresidente –último en
México—José María Pino Suárez, Sarita recibe el apoyo del
embajador cubano Manuel Márquez Sterling y se va a La Habana.
Un año después retorna a la Capital Mexicana y organiza una
ceremonia luctuosa en el Panteón Francés de La Piedad. A la tumba
asisten los cinco hermanos de Francisco Ignacio.
La señora Pérez Romero, no uso el “de Madero”, fundó la Cruz
Blanca Neutral Para La Humanidad y el Club Caridad y Progreso, al
servicio de la clase desamparada.
Después de corto tiempo, viaja hacia Estados Unidos y regresa a
México en 1921. Vive en una casa de las calles de Zacatecas, en
Colonia Roma, hasta su muerte el 31 de julio de 1952.
Los restos de la hija de Macario Pérez Romero y Avelina Romero,
familia de recursos económicos, fueron depositados en la tumba
donde estaban los de su siempre amado esposo.
TRABAJÓ CON 3 PRESIDENTES
No es precisamente una heroína anónima, sino una mujer
excepcional al desempeñarse como secretaria taquimecanógrafa,
ganándose la confianza de los políticos más poderosos entre 1913 y
1936. Originaria de una ranchería de la Villa de San Pedro, en
Coahuila; nació el 17 de septiembre de 1898 y fue bautizada como
Soledad González Ávila o Dávila. Muy pequeña quedó huérfana y
la familia de Francisco I. Madero la cuidó y él la envío a Saltillo para
que estudiara taquimecanografía.
Su primer trabajo, aun niña, fue mecanografiar el manuscrito del
libro “La Sucesión Presidencial de 1910”, iniciado por Madero
durante su estancia en París, Francia. Soledad vivía con los Madero
en San Pedro de las Colonias.
Se convierte, sin nombramiento, en secretaria particular del
presidente Madero y trabaja en Palacio Nacional. La familia se
cambia al Castillo de Chapultepec y ahí tiene una recámara la joven
nacida en tierras de la Comarca Lagunera.
Por esos días conoce a otro coahuilense, Venustiano Carranza,
quien habrá de presentarla con Álvaro Obregón, calificándola de
eficiente secretaria, inteligente y que sabía guardar la secrecía.
A la muerte de Madero y antes de abandonar el Castillo de
Chapultepec, Carranza autoriza a Soledad recoja toda la
documentación que tenía Madero, así como sus objetos
personales.
Obregón le pide que sea su asistente personal y viajó con él a
Sonora. Tuvo nueva experiencia en su oficio, porque su jefe había
escrito un libro, “8,000 Kilómetros en Campaña”. La joven de casi
veinte años de edad conocerá a Plutarco Elías Calles, al que oye
que su jefe lo llama “El Turco”.
La relación laboral, de quien va a ser conocida simplemente como
“Cholita”, empezará por derroteros que ni ella misma esperaba.
Comenzará como secretaria particular del Secretario de
Gobernación, el profesor y general Plutarco en el equipo de
Carranza.
Vida y Milagros podría ser otro libro, porque “Cholita” se convierte
en una persona clave para la vida pública del sonorense. Ya tenía la
experiencia cuando colabora con Calles al ser secretario de
Industria, Comercio y Trabajo en el gabinete de Obregón.
Trató la secretaria presidencial con el líder sindicalista Luis N.
Morones; con el aguerrido anticatólico Tomás Garrido Canabal,
personajes del callismo y destacaron no por ser honestos
funcionarios. “Cholita” será intermediaria entre el gobierno y los
extranjeros propietarios de minas. La agenda del presidente,
siempre controlada por ella.
Calles cae enfermo y lo atiende el doctor Abraham Ayala González,
quien es recibido por la secretaria presidencial. Surge el amor a
primera vista y “Cholita” se casó con el facultativo. Continuará
trabajando al lado del expresidente hasta el día en que sale
desterrado hacia Estados Unidos. Asiste al velatorio e inhumación
de Calles, en octubre de 1945.
Retirada de las oficinas, lleva tranquila su vida privada al lado del
doctor Ayala González. Murió a los 54 años de edad y en el Museo
de San Pedro de las Colonias, hay un busto de Soledad González,
como homenaje de sus coterráneos.
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